El magnate Bill Gates y el gobierno de Estados Unidos son el principal apoyo financiero de una campaña para incorporar micronutrientes a los alimentos básicos que ingieren cientos de millones de personas en todo el mundo en desarrollo.
La Alianza Global para una Nutrición Mejorada (GAIN, por sus siglas en inglés) lanzó su iniciativa en China, Marruecos, Sudáfrica y Vietnam, pero se prevé que muchos más países se sumen a su campaña en una reunión en Ginebra el mes próximo, dijo a IPS el director ejecutivo de la organización, Rolf Carriere.
Algunos de los países donde GAIN planea apoyar programas de fortificación de alimentos básicos son Bolivia, Costa de Marfil, Filipinas, Indonesia, Irán, Kazajstán, Nigeria, República Dominicana, Tailandia, Uzbekistán y Zambia.
La Fundación Bill y Melinda Gates, con 50 millones de dólares, y la gubernamental Agencia de Estados Unidos para la Asistencia Internacional (Usaid), con ocho millones, son los principales donantes de GAIN.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su agencia especializada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también apoyan el programa de la institución.
Carriere percibe la labor de GAIN como complemento de la cumplida por el Programa Mundia de Alimentos (PMA), organismo de la ONU a cargo de suministrar comida a la población de algunos de los países que más la necesitan, como Etiopía e Iraq.
Los que sufren hambre en el mundo necesitan no solo comida sino nutrientes esenciales, como hierro, yodo, cinc, vitamina A y ácido fólico, que pueden hacer la diferencia para mejorar la salud, la vitalidad y la inteligencia, dijo Carriere.
Pero en una situación de crisis, la prioridad debería ser, simplemente, facilitar alimentos disponibles a quienes los necesitan, agregó.
La iniciativa GAIN es sencilla, pues con unos pocos centavos por persona y por año puede hacerse mucho, aseguró Carriere. Así como se añade yodo a la sal, puede agregarse hierro a la harina en los molinos, explicó.
Otros alimentos pueden ser fortalecidos con hierro y demás nutrientes de muchas otras maneras. Pero el hierro parece ser el corazón de los proyectos. Un tercio de la población mundial —es decir, 2.000 millones de personas— sufren amnesia, en especial mujeres y niños, indicó Carriere.
Métodos tradicionales, como alentar los cambios de dieta y facilitar suplementos de hierro a la población desnutrida, tienen sus limitaciones.
El alcance de la provisión de hierro (en pastillas) no puede ir más allá de los servicios de salud. Por eso, personas que necesitan ese nutriente no lo reciben. El refuerzo de alimentos es un mejor camino, pues la población logra cubrir sus necesidades a través de alimentos básicos, dijo Carriere.
Es casi como hacer el bien a hurtadillas, agregó.
El gobierno de Sudáfrica dispondrá el refuerzo de la harina de maíz y de trigo que consumirán 45 millones de personas entre los próximos seis y 18 meses. Los niños recibirán la mitad de sus requerimientos diarios de vitamina A a través de alimentos básicos.
En China, donaciones de GAIN ayudarán a fortalecer con hierro la producción de salsa de soja, que podría alcanzar a 360 millones de personas al finalizar un programa de cinco años. El gobierno también ayudará a reforzar la harina en el occidente del país, destinada a 49 millones de personas.
La harina de trigo, el aceite comestible y la leche se enriquecerán en Marruecos para la población de bajos ingresos en los próximos 18 meses. En Vietnam, se preparará salsa de pescado fortificada para 42 millones de personas en riesgo de sufrir enfermedades por falta de nutrientes.
Todos esos proyectos son solventados con un presupuesto de apenas 15 millones de dólares. GAIN ha logrado acuerdos tendiendo puentes entre la industria privada, departamentos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, dijo Carriere.
Las compañías, al parecer, no harían eso por su propia iniciativa si pensaran que al implementar un proyecto quedarían en desventaja frente a otras, explicó. Pero el apoyo que les ha brindado GAIN ha dado rápidos resultados, añadió.
GAIN fue lanzada en mayo de 2002 y comenzó a operar en octubre. Sus directivos confían en haber implementado 10 proyectos con su respectivo financiamiento para fines de este año.
Estamos trabajando a través de alianzas nacionales en países que nos formulan propuestas y con la industria local. Las organizaciones de consumidores, la sociedad civil, los activistas, la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también tendrán su papel, dijo Carriere.
Varios países ya cuentan con esquemas operativos de fortificación de alimentos básicos. Hace años que Jordania cuenta con un programa dirigido a combatir la anemia, y ahora planea expandirlo. Lo único que deben hacer los molinos es vertir a la harina las vitaminas y minerales que reciben del gobierno-