Todas las personas que pretendan ingresar a Egipto serán sometidos en puertos y aeropuertos a análisis e interrogatorios, para impedir que con ellos entre el virus de la neumonía atípica o síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), informó el gobierno.
El virus del SRAS ocasiona síntomas similares a la gripe y severos problemas respiratorios. Todavía los expertos están lejos de encontrar una cura a esta enfermedad, que mata a uno de cada cinco infectados.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) advirtió este jueves que hasta ahora 507 personas han muerto a causa de la enfermedad, y que hay unas 7.000 infectadas. También aconsejó evitar los viajes a China y a Taiwan, los países más afectados.
Egipto, el país árabe con mayor población, lanzó un programa para impedir el ingreso de la enfermedad, informó a IPS el subsecretario para Prevención de Enfermedades, El Sayed Ali Ohn. El plan incluye medidas en los puertos de entrada, vigilancia en los hospitales y una campaña de información pública.
Las personas que ingresen a Egipto a través de sus 31 puertos marítimos y aeropuertos serán sometidos a exámenes médicos obligatorios. Se establecieron también zonas de cuarentena para los pasajeros que presenten síntomas similares a los del SRAS, como tos seca, fiebre, dificultades para respirar y mareos.
Doctores con máscaras protectoras y guantes de latex examinarán a los pasajeros y a la tripulación con termómetros electrónicos después de someterlos a un cuestionario.
En el Aeropuerto Internacional de El Cairo, responsable de 60 por ciento del tráfico aéreo del país, se instaló un centro médico por donde deben pasar los viajantes antes del puesto de inmigración.
Hemos recibido los equipos más modernos para detectar a los portadores de la enfermedad, y que reducen la posibilidad de contagio durante los estudios, dijo al diario Al Akhbar el jefe del equipo médico del aeropuerto, Hassam Saaban.
Los pasajeros cooperan con las autoridades de los aeropuertos, con algunas raras excepciones. Una mujer egipcia que regresaba a El Cairo después de un viaje a Beirut fue detenida días atrás por negarse a someterse a exámenes.
En otro caso, los médicos dejaron en cuarentena en el aeropuerto a dos pasajeros que llegaron de Tokio con síntomas de fiebre, hasta que se confirmó que no se trataba de SRAS.
Las autoridades egipcias también están fortaleciendo la vigilancia en los hospitales para identificar a las víctimas del SRAS, señaló Ohn. Ya están listas unidades de aislamiento con unas 100 camas en 110 hospitales.
Tenemos 500 respiradores mecánicos en los hospitales del gobierno, y muchos más en los privados, destacó el funcionario.
El Ministerio de Salud lanzó una campaña publicitaria el mes pasado para explicar los peligros del SRAS y pedir que se informe a las autoridades de cualquier caso posible de la enfermedad.
Lo más importante de la campaña es que insta a las personas a cambiar sus costumbres y cuidar más la higiene personal para prevenir la propagación de la enfermedad, señaló Ohn.
Pero, justamente, cambiar los hábitos de los egipcios parece ser el desafío más grande de la campaña.
El carpintero Hani Youssef dice que nunca dejará de darle la mano a sus clientes ni la costumbre de saludar con un beso en la mejilla a sus amigos a pesar del peligro de la transmisión de la enfermedad.
Los ofendería si no lo hago. Los egipcios preferirán confiar en que Dios los librará de la enfermedad antes que arriesgarse a ofender a un amigo o a un pariente, dijo Youssef.
La mayoría de los egipcios tienen poca información sobre el SRAS. Algunos creen que sólo afecta a la población de China, y otros atribuyen la enfermedad a armas biológicas fabricadas por Estados Unidos.
Estados Unidos lo lanzó contra China para destruir su economía y sobre Canadá porque se negó a apoyar al presidente George W. Bush en su campaña contra Iraq, afirmó Youssef.
Autoridades de la OMS destacaron los esfuerzos de Egipto para contener la enfermedad.
Egipto se está tomando esto seriamente y está haciendo más incluso de lo que les pedimos. Las autoridades de la salud son muy honestas, destacó Nadia Taleb, del Departamento de Epidemias y Enfermedades Contagiosas de la OMS.