El estreno de ”Monólogos de la vagina”, de la estadounidense Eve Ansler, originó todo tipo de reacciones en Kenia, donde la palabra que designa al órgano genital femenino es censurada por la prensa y las mujeres que usan pantalones son mal vistas.
Como en todo el mundo, parte de lo recaudado por las presentaciones se destinará a asistir a mujeres víctimas de la violencia, que en este país se manifiesta en la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado, entre otros males.
La actriz, productora y directora teatral keniata Mumbi Kaigwa estrenó a fines de marzo en Nairobi la obra de Ansler, aunque se supone que en este país de Africa oriental, como en muchos otros, las personas decentes no tienen por qué hablar de vaginas.
Algunos keniatas creen que las mujeres no deben usar pantalones porque las haría parecer prostitutas. Las que se atreven a ponerse minifalda corren el riesgo de ser desnudadas en público por una multitud airada, y muchos que no participarían en la agresión acusarían a la víctima de provocarla.
La obra se basa sobre cientos de entrevistas realizadas por Ensler a numerosas mujeres sobre la relación que tienen con sus vaginas. ”¿Qué ropa le pondrías a tu vagina?” y ”¿qué diría si pudiera hablar?” son algunas de las preguntas que formuló. La obra incluye, también, testimonios de violación y abuso sexual.
Luego de las primeras puestas en escena, Ensler conoció a muchas mujeres que tomaron la iniciativa de contarle sus experiencias. La dramaturga destinó parte de los fondos recaudados con las presentaciones a organizaciones que trabajan para combatir la violencia contra mujeres y niñas.
Así nació V-Day (Día V), un movimiento mundial dedicado a difundir información sobre la violencia sexual, con eventos celebrados en cientos de ciudades.
”Una y otra vez me han preguntado si Kenia está preparada para 'Monólogos de la vagina'”, comentó Kaigwa. ”Imagínate cómo cambiará tu día, desde el momento que te despiertes, cuando no exista más violencia. ¿Cómo cambiarán tus pensamientos, tu ropa, tu cuerpo, tus sentimientos?”
”¿Cómo cambiará tu forma de caminar, de hablar, de tratar a los demás? Entonces pregúntate si Kenia está preparada”, dijo Kaigwa.
La actriz Lorna Irungu, que participó en la obra y ayudó con la publicidad, fue víctima de algunas reacciones hostiles.
”Muchos me insultaron y hasta me advirtieron que no salga a la calle. 'Pensábamos que eras una persona más respetable. ¿Cómo te puedes vincular con algo así? Harás que las mujeres se rebelen', me increpaban”, contó Irungu.
Una legisladora dijo que hubiera deseado participar en la obra, pero decidió no hacerlo por las críticas que habría recibido de sus pares hombres en el Parlamento.
El segundo diario en circulación en Kenia, East African Standard, ni siquiera imprimió la palabra vagina, sustituyéndola por ”v