La industria azucarera de Estados Unidos lanzó toda su ira contra dos agencias de la ONU, que exhortaron a la población mundial a reducir su ingestión del producto.
La Asociación Azucarera intentó bloquear la divulgación del informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al que calificó de ”torpe y engañoso”.
De todos modos, la organización empresarial, que representa a 16 grandes compañías del sector, negó que ejerciera presiones a Washington para que retaceara fondos a la OMS. Estados Unidos suministra 406 millones de dólares al organismo, 25 por ciento de su presupuesto.
En cambio, la Asociación Azucarera pretende que el Congreso legislativo estadounidense y el presidente George W. Bush insistan en que todos los futuros informes de la OMS estén ”respaldados por evidencia científica”, dijo a IPS el presidente de la organización, Andrew Briscoe.
Además, según Briscoe, la OMS deberá incluir en sus informes un análisis completo del impacto económico de sus recomendaciones en los 192 países que la integran.
”Ni siquiera hemos llamado a una reducción de la contribución de Estados Unidos” a la OMS, pues ”nuestro objetivo es alentar la responsabilidad”, agregó el portavoz empresarial.
El apoyo de la Asociación Azucarera estadounidense trasciende sus miembros. Sus posiciones suelen ser respaldadas por grandes organizaciones agrícolas y por dos poderosos senadores de estados productores de azúcar, el republicano (oficialista) Larry Craigh, de Idaho, y el demócrata (opositor) John Breaux, de Louisiana.
Craigh y Breaux, copresidentes del Senate Sweetener Caucus (agrupación parlamentaria cuyo nombre en inglés podría traducirse como Asamblea Endulzante del Senado), urgieron a los secretarios (ministros) de Agricultura, Salud y Servicios Humanos para que frenaran la divulgación del informe de la OMS y la FAO.
El informe, finalmente, salió a la luz pública oficialmente en una conferencia de la FAO en Roma el miércoles. Titulado ”Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas” es resultado de una investigación conjunta de dos años entre expertos de las dos agencias internacionales.
El objetivo del estudio era diseñar mecanismos para reducir la creciente ola de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad, osteoporosis y males odontológicos.
Todas estas enfermedades asociadas con la alimentación fueron responsables de casi 60 por ciento de las 56,5 millones de muertes registradas en el mundo en 2001, más de la mitad de las cuales en países pobres que difícilmente pueden afrontar el costo del tratamiento.
”Sabemos hace mucho tiempo que los alimentos con mucha grasa saturada, azúcar y sal no son saludables, que estamos aumentando nuestra ingesta de alimentos nutricionalmente pobres y energéticamente densos a medida que nuestras vidas se hace más sedentarias”, dijo la directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland.
”Esos factores, junto con el uso de tabaco, son las principales causas del gran aumento en la incidencia de enfermedades crónicas. Lo que es nuevo es que estamos estableciendo como respuesta los fundamentos para una política mundial” preventiva, agregó Bruntland el miércoles.
La recomendación que más enojó a la industria azucarera mundial fue la exhortación a limitar el consumo de azúcar agregada —es decir, la que no está naturalmente en los alimentos—, la cual fue vinculada a problemas como la obesidad, la diabetes y problemas odontológicos.
Tal recomendación, si es seguida por la población, tendría un gran impacto en la industria azucarera estadounidense. El azúcar agregada representa más de 15 por ciento de la ingesta de calorías diaria de los estadounidenses, según el Departamento (ministerio) de Agricultura de este país.
Los industriales calificaron de obsoleto uno de los estudios analizados por los 30 supervisores del informe conjunto de la FAO y la OMS.
Además, los criticaron por no tomar en cuenta el informe sobre Macronutrientes del Instituto Nacional de Medicina, elaborado en 2002, según el cual la calidad de la dieta no disminuía si el azúcar constituía hasta 25 por ciento de las calorías ingeridas.
El representante de Estados Unidos en los organismos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Roma, Tony Hall, dijo a la prensa el miércoles que el estudio no constituye ”un cuerpo completo de conclusiones y evidencias necesario para servir como base para recomendaciones de la OMS y de la FAO”.
Pero Bruntland replicó que ”el informe tiene base científica” y que será sometido el mes próximo a la Asamblea Mundial de la Salud, máximo órgano de la OMS, para su ratificación.