La distribución de alimentos dentro de Iraq se convertirá en un desafío mayor que su introducción en ese país para los grupos humanitarios y los ejércitos de ocupación, debido a la interferencia de bandas criminales.
Mohammed Hadi, de la meridional ciudad portuaria de Um Qasar, sabe que organizaciones humanitarias reparten trigo, agua embotellada, azúcar y medicamentos, pero el único alimento disponible para él, sus dos esposas y cuatro hijos es una reserva para una semana de harina infestada de gusanos y otras raciones que distribuía el régimen de Saddam Hussein.
Gran parte de la ayuda extranjera quedó en manos de criminales y fue vendida en el mercado negro, afirmó Hadi.
Bandas partidarias de Saddam operaban en el sistema de ayuda humanitaria, sostuvo Mohammed Kazem, un taxista de 30 años.
Si se enteraban de que uno tenía agua, iban hasta la casa y se la llevaban… Intentaban aterrorizarnos y crear trastornos civiles dentro de nuestra comunidad, relató.
Tales dificultades están cediendo, pero ha sido muy difícil controlar la situación, declaró Katherine Prudhoe, capitán del ejército británico.
Comenzamos por delegar facultades a líderes locales sobre la distribución. Ahora pusimos soldados para controlar que los suministros realmente sean distribuidos, explicó.
Varios canales de televisión mostraron a niños y adultos peleando por alcanzar los paquetes plásticos marrones que contienen galletas, manteca de maní y otros alimentos de la dieta militar entregados como ayuda de emergencia.
Algunas personas corrieron riesgos extraordinarios al tratar de obtener paquetes de alimentos de camiones que se movían a alta velocidad, relataron socorristas.
La situación en Um Qasar y la región fronteriza con Kuwait contrasta con la del otro lado de la frontera.
Mientras la mayoría de los niños andan descalzos y muchos adultos están vestidos con harapos en Um Qasar, a dos horas de viaje, en la Ciudad de Kuwait, los niños usan modernos zapatos deportivos y las familias pasean por esplendorosos centros de compra.
Para los iraquíes, la lucha es por la supervivencia. Cerca de 60 por ciento de los 26 millones de habitantes dependían en los últimos siete años de los suministros que distribuía mensualmente el gobierno bajo el programa petróleo por alimentos, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esos iraquíes dependen ahora enteramente de los alimentos distribuidos a través de los canales de la ayuda internacional.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU abrió el cuarto corredor de ayuda humanitaria hacia Iraq al enviar 54 camiones con 2.700 toneladas de trigo a ese país a través de Siria.
Este es el primer convoy de ayuda desde Siria desde que estalló la guerra en Iraq el mes pasado, declaró Mohamed el- Kouhene, representante del PMA en Siria.
El gobierno sirio nos ofreció numerosas facilidades para la exportación de alimentos de producción doméstica a Iraq, agregó.
Once de los camiones ya llegaron a la septentrional ciudad iraquí de Mosul, informó el PMA. Previamente se habían enviado a Iraq harina, lentejas, leche en polvo, aceite vegetal, azúcar y otros productos desde Turquía, Irán y Jordania.
Iraq representa un nuevo desafío para el PMA, que alimenta a cerca de 80 millones de personas en 82 países, en su mayoría refugiados y desplazados internos.
El apoyo al programa del PMA se fortaleció rápidamente. Grupos humanitarios de Turquía recibieron un embarque de trigo donado por Estados Unidos, en lo que se considera la mayor donación internacional de alimentos desde el comienzo de la guerra, el pasado 20 de marzo.
Las 31.407 toneladas de trigo serán convertidas en harina y embarcadas a Iraq en las próximas dos semanas.
Agradecemos al gobierno de Estados Unidos por esto, y esperamos que otros países envíen al pueblo iraquí lo que puedan, declaró Heather Hill, portavoz del PMA.
El organismo no recibió informes sobre escasez grave de alimentos hasta ahora, pero es probable que los iraquíes más vulnerables se queden sin reservas a principios de mayo. (