El debate en Ecuador por el destino de la empresa pública Petroecuador crece y divide al gobierno, mientras el Ministerio de Energía y Minas acelera su plan para aumentar la inversión privada en el sector petrolero.
En medio de las disputas internas en el gobierno de Lucio Gutiérrez en torno del puntal de la economía terció el ofrecimiento de asistencia técnica de la firma estatal Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa), que busca una alianza estratégica.
Pese al debate entre partidarios y contrarios de la privatización, este jueves se lanzó la convocatoria internacional para entregar a privados la producción de los grandes campos petroleros Shushufindi, Sacha, Libertador, Auca y Cononaco, ubicados en la Amazonia, hasta ahora a cargo de Petroecuador.
La producción en marzo de Shushufindi fue de casi 56.000 barriles diarios en promedio, la de Sacha de 41.000 barriles y en Auca fue mayor a 16.000 barriles, tres pozos que sumaron más de la mitad de lo producido diaria ese mes en todo el país.
Esa licitación, la primera de pozos en producción por Petroecuador desde la reforma de la ley de hidrocarburos en 1993, es parte del programa petrolero del ministro de Energía y Minas, Carlos Arboleda, respaldado por el directorio de la empresa estatal, pero con el voto negativo del delegado de los trabajadores.
El plan incluye la entrega en concesión de otros campos para exploración y explotación, la remodelación de las refinerías y la construcción de terminales de almacenamiento de derivados y de gas licuado y de nuevos oleoductos, poliductos y gasoductos.
Pero el movimiento indígena y en particular el nativo Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik Nuevo País, uno de los principales miembros de la coalición que llevó al gobierno en enero a Gutiérrez, se oponen al ingreso de capitales privados a Petroecuador y no cejan en su empeño en torcer esa política.
Mientras, el clima se ha enrarecido en las últimas tres semanas, a la par de que crece el debate sobre la privatización de la firma y la alianza ofrecida por Pdvsa.
Dos accidentes en el Oleoducto Transecuatoriano, con el consecuente daño ecológico en la Amazonia, y una explosión en un poliducto cercano a Quito, que causó varias muertes, fueron atribuidos por sindicalistas y el propio Gutiérrez a posibles acciones de sabotaje para abonar la venta de Petroecuador.
El petróleo es la mayor fuente de ingresos de Ecuador con exportaciones que superan los 2.100 millones de dólares al año, constituyéndose en 30 por ciento del presupuesto estatal.
”Existen presiones de grupos económico vinculados al sector petrolero para que el Estado les ceda totalmente la explotación de hidrocarburos”, advirtió el experto petrolero y auditor de Petroecuador Henry Llanes.
”Diversos grupos han insistido desde 1998, ante los distintos gobiernos, de que la actividad petrolera la deberían manejar ellos y no el Estado”, explicó a IPS Llanes, quien en el pasado fue diputado por la hoy opositora Izquierda Democrática y hoy está cercano al sindicato petrolero y a Pachakutik.
Llanes afirmó que los gobiernos han sintonizado hasta ahora con esos intereses, ”generando un escenario de asfixia económica con el boicot financiero desde los Ministerios de Economía y Finanzas y Energía y Minas”.
”A partir de esa presión disminuyó la inversión en Petroecuador y se inició una propaganda de descrédito en contra de la petrolera estatal, a través de los medios de comunicación”, añadió.
Precisamente, uno de los compromisos de la carta de intenciones firmada en febrero por el gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece la reducción de 200 millones de dólares en la inversión estatal a Petroecuador este año.
”El ministro de Economía y Finanzas, Mauricio Poso, lleva adelante una política similar a la de los gobiernos anteriores, disminuyendo el presupuesto para que la empresa colapse, a pesar de que gran parte de ese presupuesto del Estado se sustenta en las exportaciones petroleras”, apuntó.
Para Llanes, la tumba de Petroecuador se empezó a cavar en 1993, cuando el entonces presidente de Ecuador, Sixto Durán Ballén (1992-1996) impulsó la reforma a la ley de hidrocarburos.
Esa modificación habilitó la ”transferencia al capital privado, nacional y extranjero, de toda la industria petrolera, empezando por su exploración y explotación, transporte y almacenamiento, refinación y comercialización”, explicó.
La inversión extranjera es correcta, si los términos establecidos son adecuados para el país. Sin embargo, ”mientras Petroecuador fue excluido de las últimas licitaciones petroleras, el 90 por ciento de la exploración y explotación de hidrocarburos lo realizan empresas privadas”.
Todos los pozos de la Amazonia pertenecen a compañías extranjeras vía contratos de participación o de gestión compartida implementados por el presidente interino Fabián Alarcón (1997- 1998).
Llanes entiende que la concesión a privados de los cinco campos petroleros puestos a licitación este jueves prácticamente dejan a Petroecuador sin poder explotar crudo.
Para que la participación privada sea beneficiosa para el país habría que cambiar las reglas de juego, comentó. ”Es importante definir el porcentaje de participación para esas empresas privadas y para el Estado, el monto de regalías que deben pagar y exigir el pago de tributos y aranceles de exportación”, dijo.
En Venezuela, por ejemplo, el presidente Hugo Chávez aumentó las regalías de 18 a 30 por ciento, y eso no les gustó a las empresas petroleras, pero finalmente aceptaron, puntualizó.
”Por eso es bueno el futuro asesoramiento de Venezuela”, puntualizó Llanes.
Directivos de Pdvsa se comprometieron hace una semana a dar asistencia técnica a Petroecuador y representantes venezolanos visitaron el país para estudiar proyectos conjuntos entre las dos empresas públicas.
Los planes refieren a la asistencia en exploración, perforación, explotación, industrialización y comercialización de hidrocarburos, la rehabilitación de pozos cerrados, el comercio de gasolina de alto índice de octano y gas, y la distribución de lubricantes de la marca Petroil.
Mario Isea, asesor del presidente de Pdvsa, Alí Rodríguez, declaró que próximamente se evaluarán los resultados del intercambio y presentarán un informe a la dirección de la empresa para determinar el tipo de acuerdos a los que se pueden llegar.
”De ese modo se podrá definir claramente en qué forma Venezuela puede prestar asistencia técnica o económica, para lo cual se tendrán que firmar convenios en varias áreas”, añadió Isea, coordinador del equipo multidisciplinario que visitó Ecuador.
Pdvsa es la empresa petrolera más grande de América del Sur y una de las más importantes del mundo, con una producción diaria superior a los tres millones de barriles.