Hombres y mujeres homosexuales deberán esperar por lo menos un año más para que sus derechos aparezcan por primera vez mencionados en un documento formal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Una coalición de países islámicos, con apoyo de algunas naciones presionadas por el Vaticano, impidió que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobara esta semana una resolución presentada por Brasil de reconocimiento de las garantías que protegen a esos grupos.
La Comisión, con sede en Ginebra, resolvió que el texto fuera debatido dentro de un año, en la próxima sesión del máximo organismo humanitario de la ONU.
Pero la misma suerte correrán las cinco propuestas de enmiendas presentadas por Arabia Saudita, Egipto, Libia, Malasia y Pakistán, aunque lograron su propósito de impedir la discusión del proyecto de Brasil.
Las organizaciones humanitarias independientes atribuyeron también gran parte del fracaso de la iniciativa brasileña a la parcialidad de la presidenta de la Comisión, la diplomática libia Najat El Mehdi Al-Hajjaji.
El proyecto propiciaba una declaración de profunda preocupación ante las violaciones de los derechos humanos que se cometen en el mundo contra las personas por motivo de su opción sexual.
Los derechos de hombres y mujeres homosexuales, bisexuales o transexuales nunca han sido reconocidos, pese a que el ordenamiento jurídico internacional en la materia comenzó a armarse al finalizar la segunda guerra mundial (1939-1945), observó el jurista canadiense Douglas Sanders.
Ninguna asociación de homosexuales ha obtenido hasta ahora el estatus consultivo de reconocimiento que el Consejo Económico y Social (Ecosoc) de la ONU otorga a determinadas organizaciones no gubernamentales, precisó Sanders, profesor de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá.
Sin embargo, suman millones las personas que sufren prisión, torturas y discriminación por su opción sexual o su identidad de género, remarcó en varias ocasiones durante las seis semanas de sesiones de la Comisión Melinda Ching, la portavoz de la organización humanitaria Amnistía Internacional, con sede en Londres.
En Egipto, por ejemplo, 21 hombres fueron condenados a tres años de prisión, luego de una ola de arrestos y de enjuiciamientos a personas señaladas de homosexualidad, citó Ching.
Brasil advirtió a los 53 estados miembros de la Comisión de la ONU, en su proyecto de resolución copatrocinado por 19 naciones europeas, que la causa subyacente de muchas violaciones cometidas en el mundo es con frecuencia la condición sexual de las víctimas.
La diplomacia brasileña ha mantenido desde hace muchos años una actitud coherente ante este tema. El representante de Brasilia en Ginebra, Luis Felipe de Seixas Correa, recordó que su país ya lo presentó en la Conferencia Mundial contra el Racismo, realizada en 2001 en la oriental ciudad sudafricana de Durban.
Seixas Correa criticó la reacción de la Comisión de la ONU, al señalar que ese organismo fue concebido para borrar los tabúes, no para mantenerlos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, que sostiene contactos permanentes con los grupos de derechos humanos de grupos homosexuales, insistirá el año próximo con la misma propuesta, adelantó el diplomático.
El debate de la iniciativa brasileña tuvo un proceso dificultoso en razón de los obstáculos procesales que levantaron los países islámicos, en una maniobra para impedir la discusión o para aplazarla, comentó el director del Servicio Internacional de Derechos Humanos, Morris Tidbal.
La embajadora Al Najjaji, presidenta de turno de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, no actuó en los últimos dias de sesiones con la imparcialidad que se esperaba, seguramente para congraciarse con los países o bloques de naciones que la ha apoyado, afirmó.
Por su parte, Loubna Freih, de la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, coincidió en que Al Najjaji actuó con parcialidad cuando usó el poder de la presidencia de la Comisión para apoyar los planes de Libia o de naciones aliadas.
En las dos últimas jornadas de sesiones de la Comisión, que clausuró este viernes sus tareas, la presidenta se mostró reacia a facilitar la discusión del tema de los derechos humanos y la opción sexual, dijo la activista de HRW.
A su vez, Antoine Madelin, de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH), declaró la indignación de su grupo por lo que entiende fueron maniobras de Arabia Saudita, Egipto, Libia, Malasia y Pakistán, que se beneficiaron del apoyo complaciente de la presidenta.
La designación de Al Najjaji, en representación del grupo africano, había sido cuestionada por algunas organizaciones no gubernamentales que objetaban los antecedentes de su país, Libia, en el campo de los derechos humanos.
En la última sesión de la Comisión, este viernes, los países islámicos procuraron obstruir el debate mediante la presentación de mociones de orden, que provocaron confusión e interrupciones de las sesiones.
La presidenta, finalmente, propuso superar los inconvenientes con la aprobación de una decisión que aplaza el examen de la propuesta brasileña hasta el siguiente periodo de sesiones de la Comisión en 2004.
La iniciativa de Al Najjaji fue aprobada por 24 votos, con 17 en contra y 10 abstenciones. Entre los votos favorables figuraron los de países islámicos, además de Argentina, China e India.
Por la negativa votaron Brasil y las naciones europeas, con excepción de la católica Irlanda que se abstuvo, al igual que países como Costa Rica, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
Tidbal interpretó que además del apoyo islámico, en el resultado de la votación se advierte la influencia de la Iglesia Católica en el tema.
Aseguró que el Vaticano se movilizó para frenar lo que originalmente era un apoyo bastante incondicional de los países de América Latina al proyecto de Brasil.
A pesar de ese desenlace, Joanna Weschler, de HRW, resaltó que el tema de la opción sexual figura por segundo año consecutivo en una resolución referida a las ejecuciones extrajudiciales.
Pero, lo más importante, es que este año apareció también en el texto de un proyecto de resolución separada, dedicada exclusivamente a la cuestión de la opción sexual, dijo Weschler. Ese ha sido un paso muy importante, añadió.