Unos 25 millones de argentinos irán este domingo a votar en elecciones presidenciales, con un entusiasmo que despertó a último momento, porque la ausencia de favoritos hace sentir la importancia de cada elector.
Todas las encuestas indican que habrá segunda vuelta el 18 de mayo, entre los dos postulantes más votados, pero no está claro quiénes participarán en ella, y los que tienen más posibilidades se esfuerzan por seguir en carrera con los más diversos recursos.
El último tramo de la campaña se ha centrado más en el intercambio de acusaciones que en el destaque de las presuntas virtudes o las propuestas de cada candidato.
”En Argentina, los políticos nos hacen sentir que estamos rendidos a ellos, que los tenemos que aceptar como son porque no hay otros, y esto genera impotencia y desinterés por votar, pero ahora que la elección está tan reñida, uno se siente más poderoso, al menos por unas horas”, dijo a IPS Susana Colombo, una de las votantes que los encuestadores llaman ”inestables”.
Esa categoría ciudadana no está integrada por personas indecisas, sino por electores con preferencias cambiantes, según los técnicos.
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Los ”inestables” son 40 por ciento del electorado según la empresa encuestadora Romer y Asociados, y casi 60 por ciento según la firma Catterberg.
Colombo relató que hace un tiempo había decidido votar a la diputada centroizquierdista Elisa Carrió, cuyas posibilidades de pasar a la segunda vuelta decayeron según las encuestas, y que ahora piensa en votar al oficialista Néstor Kirchner ”para que no gane” el ex presidente Carlos Menem (1989-1999).
Cambios de opinión similares se han hecho comunes, y parece que fueran minoría quienes mantienen su preferencia de hace un mes. Eso puede ser una causa de que las preferencias por los candidatos en encuestas suban y bajen en forma insólita.
El encuestador Jorge Giacobbe aseguró a IPS que la mayoría de los votantes pueden cambiar su intención de voto cada día y cada hora, con base en información y sin ataduras ideológicas, y ”se sienten libres para tomar decisiones de último momento”, incluso en el momento de votar.
Ese no es el único fenómeno nuevo en estos comicios, los primeros en que el Partido Justicialista presenta tres candidatos, y en que su tradicional rival, la Unión Cívica Radical, aparece amenazada de extinción, con apenas dos por ciento de intención de voto en las encuestas para su candidato, Leopoldo Moreau.
También es la primera elección presidencial en que se considera segura la realización de una segunda ronda, porque ningún candidato alcanzará en la primera los mínimos requeridos desde 1994 para ser presidente: por lo menos 45 por ciento de los votos, o por lo menos 40 por ciento con ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
Los encuestadores sólo aseguran que los tres candidatos con más posibilidades de pasar a la segunda vuelta son los justicialistas Menem y Kirchner, y el centroderechista Ricardo López Murphy, ex radical.
La situación en las encuestas de esos tres es considerada un ”empate técnico”, con diferencias porcentuales entre ellos menores que el margen de error del sondeo.
Según las encuestas, el tercer candidato justicialista, Adolfo Rodríguez Saá, se ubica cerca de Menem, Kirchner y López Murphy, y el quinto lugar corresponde a Carrió.
Pero en la última encuesta de Giacobbe, realizada el 18 de abril, la diferencia entre el primero y el último de esos cinco fue apenas 8,5 por ciento por los consultados.
”Ya en estas horas vemos que por ejemplo López, que estaba tercero en ciudades grandes como Mar del Plata o Avellaneda (ambas de la oriental provincia de Buenos Aires), pasó en ocho días al primer lugar”, aseguró el encuestador, uno de los primeros en advertir ese rápido crecimiento.
Giaccobe señaló hace días que López Murphy tenía importantes posibilidades de pasar a la segunda vuelta con Menem, pero el jueves, en vísperas de la veda de publicidad electoral e información de encuestas, lanzó otro pronóstico.
”Muchos votantes, al ver que en los últimos días comenzó a subir López, cambiaron de la diputada Carrió por un voto a Kirchner, entonces no sería raro que en lugar de Menem llegue Kirchner a la segunda vuelta, en competencia con López”, advirtió.
También habría cambio de intenciones de voto en sectores derechistas de clase alta o media alta, que veían a Menem como el candidato de esa ideología con más posibilidades, pero prefieren votar a López Murphy, por su imagen de mayor honestidad, si éste tiene chance de ganar.
Hay en total 19 aspirantes a la presidencia, pero 14 de ellos tienen muy bajos porcentajes de adhesión en los sondeos previos. En esta oportunidad no se votarán gobernadores ni legisladores, salvo en la noroccidental provincia de La Rioja, donde se renuevan las autoridades ejecutivas y legislativas locales.
Algunos candidatos, entre ellos Rodríguez Saá, agitan de antemano el fantasma del fraude, y se prevé que habrá impugnaciones del resultado electoral si éste es muy parejo.
En una situación de incertidumbre por resultados cercanos al empate, no habría tiempo para cumplir con el cronograma que fijó para el 7 de mayo la eventual proclamación de los dos participantes en la segunda vuelta, por parte del Poder Legislativo.
Ese cronograma prevé que el próximo presidente asuma el 25 de mayo.
Si el conteo de votos o un proceso de impugnación impidieran cumplir con los plazos previstos, el Poder Legislativo debería proclamar a un presidente interino, elegido entre los gobernadores provinciales y legisladores nacionales, para que suceda en forma temporal al actual mandatario Eduardo Duhalde.