El convenio internacional para el control del tabaco aprobado este sábado reducirá la morbilidad causada por el tabaquismo y cambiará pautas culturales que influyeron en gran parte del mundo a varias generaciones, según activistas.
Cuando ese convenio entre en vigor y los países apliquen sus recomendaciones, desaparecerá de las pantallas, de las páginas impresas y de la vía pública la publicidad de cigarrillos que nos acompañó durante casi un siglo, destacó Kathryn Mulvey, directora de Infact, una organización no gubernamental estadounidense.
Los 171 países que aprobaron el texto del Convenio Marco para el Control del Tabaco convinieron en que una prohibición generalizada de la publicidad reducirá en forma significativa el consumo.
El propósito del Convenio, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por una amplia red de grupos de la sociedad civil, es reducir de manera continua y sustancial del consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco.
Casi cinco millones de muertos por año, 1.300 millones de fumadores en el mundo y altas tasas de jóvenes que fuman han sido en parte el resultado del fracaso de los gobiernos en la aplicación de políticas contra el tabaco, afirmó la OMS.
El texto aprobado indica que los Estados partes comenzarán a aplicar la prohibición de publicidad, que abarca la promoción y el patrocinio de ciertas actividades por parte de la industria tabacalera, cinco años después de que el convenio entre en vigor.
Pero el acuerdo prevé la excepción de los países obligados por disposiciones o principios constitucionales a aceptar la libertad de expresión con meros fines comerciales, como es el caso de Estados Unidos.
Las tabacaleras desmienten en público que exista conexión alguna entre el tabaquismo y la publicidad del tabaco, pero admiten en privado que el esfuerzo por prohibir esa publicidad es uno de sus principales motivos para oponerse a cualquier acción reguladora, porque saben que amenaza sus ventas, señaló la OMS en un documento.
El convenio es el primer tratado internacional sobre asuntos de salud pública, y en su texto se acepta que los cigarrillos y otros productos que contienen tabaco son desarrollados en forma muy refinada con el fin de crear y mantener la dependencia de los fumadores.
Muchos de los compuestos que contienen esos productos, y también el humo que producen, son farmacológicamente activos, tóxicos, mutágenos y cancerígenos según el convenio, cuyo preámbulo menciona los perjuicios causados por las firmas tabacaleras.
El negocio del tabaco ha sido la industria más floreciente de los últimos tiempos, destacó esta semana un estudio de la Organización del Trabajo (OIT), que atribuyó esa prosperidad a la inclusión de substancias adictivas en los cigarrillos y en otros de sus productos.
Philip Morris, la principal de las transnacionales del sector, obtiene ingresos anuales de 73.000 millones de dólares, especificó Infact.
Los productos del tabaco no dejarán de ser legales desde el punto de vista comercial, pese a que son letales y al rigor del convenio, lamentó Mulvey. El tabaco es el único producto disponible en el mercado que mata a la mitad de sus consumidores regulares, subrayó la OMS en un documento.
Pero el convenio dejó satisfechos a varios sectores. La directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland, firme impulsora del proyecto, opinó que su aprobación es un hito en la historia mundial de la salud pública.
Se ha demostrado que las naciones trabajarán unidas para proteger las vidas de las generaciones presentes y futuras, y asumir responsabilidades compartidas en la construcción de un mundo mejor y más saludable, alegó.
Mulvey evaluó que el carácter enérgico del texto aprobado supera lo esperado por las organizaciones de la sociedad civil participantes en el proceso de su discusión, que duró cuatro años.
Infact y organizaciones similares de otros países, integrantes de la Red para la Responsabilidad de las Transnacionales del Tabaco, expresaron en enero su preocupación por el rumbo que había tomado la negociación del convenio.
Pero los países en desarrollo abrieron el camino hacia la adopción de disposiciones eficaces y significativas, aunque estuvieron sometidos a enormes presiones de otros gobiernos y de las compañías tabacaleras, reconoció Mulvey.
El convenio entrará en vigor cuando sea ratificado por 40 estados, y entonces reducirá en forma significativa la capacidad de las grandes transnacionales, Philip Morris, British American Tobacco y Japan Tobacco, de diseminar la adicción, las enfermedades y la muerte por el mundo, reflexionó la activista.
La directora de Infact mencionó en especial a los países de Africa, Asia Sudoriental, Medio Oriente, el Pacífico y el Caribe que lograron doblegar a las fuerzas que pretendían subordinar el convenio del tabaco a acuerdos comerciales internacionales.
El preámbulo del convenio reconoce la prioridad del derecho de los Estados partes a proteger su salud pública, en caso de conflictos de interpretación entre disposiciones sanitarias y acuerdos de la Organización Mundial del Comercio.
El convenio será sometido al examen de la Asamblea Mundial de la Salud, integrada por los 191 estados miembros de la OMS, que sesionará en Ginebra del 19 al 28 de mayo, pero Brundtland desechó la posibilidad de que en esa ocasión pueda modificarse el texto.