IRAQ: Kofi Annan bajo fuego cruzado

Estados Unidos acalló sus críticas hacia el secretario general de la ONU, Kofi Annan, por su reticencia a avalar una guerra contra Iraq. Ahora, es el régimen de Saddam Hussein el que apunta contra el diplomático.

El gobierno de Iraq se considera traicionado porque Annan ordenó, pocas horas antes de que las bombas comenzaran a caer sobre Bagdad, la retirada de los funcionarios del foro mundial apostados en el país asediado. Los cuestionamientos son compartidos por expertos y activistas.

Estados Unidos decidió la semana pasada pasar por encima de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) e iniciar una guerra contra Iraq sin el aval del Consejo de Seguridad. Pocas horas después, y antes de que comenzaran a caer las bombas sobre Bagdad, Annan ordenó la partida de los funcionarios de la ONU.

Así, se retiraron los trabajadores humanitarios en Iraq y las fuerzas de paz en la frontera con Kuwait. También se suspendió el programa Petróleo por Alimentos, que alivia las sanciones económicas dispuestas por la ONU contra Iraq en 1991 al permitirle la venta de crudo, bajo un estricto control, para comprar productos de primera necesidad.

En una reunión a puertas cerradas, el Consejo de Seguridad de la ONU ”tomó nota” de las acciones dispuestas por Annan, una forma de mostrar complacencia.
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Pero el embajador de Iraq en la ONU, Mohammed AlDouri, pasó a la ofensiva el fin de semana, al decir que la retirada de los trabajadores humanitarios del país allanaba el camino para el avance estadounidense hacia Bagdad.

El vicepresidente iraquí Taha Yasin Ramadán fue aun más allá, al calificar a Annan de ”alto comisionado colonialista”.

Annan replicó este lunes que, previendo el ataque estadounidense, varios gobiernos habían retirado a sus delegaciones diplomáticas de Iraq mucho antes que la ONU.

”Los trabajadores de la ONU fueron los últimos en abandonar Bagdad. Nuestro personal se fue el martes. La guerra comenzó el miércoles”, dijo a la prensa.

”Normalmente evitamos que nuestro personal salga lastimado. Pero ya he indicado que volverá a Iraq tan pronto como sea posible. Tenemos trabajo urgente que hacer allí y queremos regresar para hacerlo”, agregó.

Los expertos Hans Von Sponeck y Jan Oberg, de la Fundación Transnacional de Investigaciones para la Paz y el Futuro con sede en Suecia, acusaron a Annan de ceder con demasiada facilidad a las demandas estadounidenses de retirar el personal de la ONU.

Washington ”recomendó” que los inspectores de desarme del foro mundial, los trabajadores humanitarios y las fuerzas de mantenimiento de la paz abandonaran Iraq antes de que comenzaran los bombardeos, indicaron ambos investigadores.

Annan informó sobre la orden de evacuación luego de una breve reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad, dijeron.

”Un estado miembro (de la ONU, Estados Unidos) denomina 'recomendación' a un ultimátum. La ONU obedece y abandona al pueblo iraquí, que será intimidado, humillado, asesinado, herido y, dentro de pocas semanas, hambreado”, escribieron Von Sponeck y Oberg en un escrito.

Los investigadores citaron el artículo 100 de la Carta de la ONU, según el cual ”el secretario general y su equipo, en el cumplimiento de sus obligaciones, no deberán buscar ni recibir instrucciones de ningún país”.

”Nos preguntamos cómo fue posible que un Estado miembro lograra en cuestión de horas la retirada de la ONU, con todas sus inmensamente importantes misiones”, comentó el académico Paul de Lespinasse, del estadounidense Adrian College.

”También nos preguntamos si el secretario general no podía mostrar más perseverancia en la defensa de la organización, que es tan importante para el mundo y para el pueblo de Iraq”, añadió.

Cuando Annan fue consultado sobre la acusación de colonialismo, respondió que en las actuales circunstancias son ”muy comprensibles” los sentimientos de ira, frustración y exasperación de los iraquíes, en especial debido a la suspensión del programa Petróleo por Alimentos.

Ese programa era supervisado por la ONU e implementado en forma directa por Bagdad, y una fuente diplomática comentó que su suspensión da la impresión de que en la actualidad Iraq carece de gobierno.

Annan afirmó que la ONU está dispuesta a trabajar con cualquier autoridad que esté a cargo de Iraq cuando terminen las hostilidades.

”La ONU y yo no tenemos interés en convertirnos en un alto comisionado. Y es una paradoja que yo sea acusado de colonialista, porque fui víctima del colonialismo”, adujo el secretario general, ciudadano de Ghana, ex colonia británica.

Estados Unidos criticó a la mayoría del Consejo de Seguridad de la ONU por no autorizar en forma expresa el ataque contra Iraq, pero anunció que apelará al foro mundial para que brinde ayuda humanitaria a los iraquíes tras la guerra.

Annan admitió que la subsistencia de cerca de 60 por ciento de los 27 millones de habitantes de Iraq dependía del programa Petróleo por Alimentos. ”Es por eso que el Consejo de Seguridad y yo estamos decididos a hacer todo lo que podamos para mantener” ese programa, alegó.

El secretario general informó que discute con Estados miembros del Consejo ”ajustes” de ese programa, que le den mayor libertad de acción para destinar dinero a urgentes tareas humanitarias.

Annan también fue criticado por no haber viajado a Bagdad en los días previos al comienzo de la guerra, para tratar de evitarla, pero el portavoz de la ONU, Fred Eckhard, dijo a periodistas a comienzos de este mes que el secretario general se esforzó cuanto pudo entre bambalinas.

”¿Qué más podía hacer? El no integra el Consejo de Seguridad”, arguyó Eckhard.

Hace dos semanas, el portavoz fue consultado sobre la posibilidad de un viaje de Annan a Bagdad, y dijo que el secretario general ”no estaba dispuesto a involucrarse en gestiones diplomáticas unilaterales con un Estado miembro de la ONU”.

Sin embargo, agregó Eckhard, Annan seguía siendo ”un defensor de la Carta del foro mundial y del imperio de la ley”.

Annan se reunió con el presidente iraquí Saddam Hussein en 1998, cuando el mandatario no permitió que los inspectores de desarme de la ONU visitaran sus palacios, y forzó su retirada de Iraq, pero el secretario general ”podía desempeñar un papel en aquel momento”, sostuvo Eckhard.

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