La decisión de las Fuerzas Armadas de Zambia de rechazar a los aspirantes portadores del VIH echa por tierra más de 20 años de esfuerzos por eliminar el estigma social del sida, en un país con una de las tasas de infección más altas del mundo.
Las Fuerzas Armadas no son un jardín de infantes ni la Cruz Roja. Necesitamos gente que reúna las condiciones necesarias, declaró el brigadier general James Simpungwe, encargado del departamento médico del Ministerio de Defensa.
La vida militar es muy activa, y pruebas científicas demostraron que la actividad física excesiva puede causar una muerte prematura a un portador del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), arguyó.
Estas y otras razones nos llevaron a decidir que sólo los VIH- negativos serán reclutados, anunció Simpungwe el pasado viernes.
El Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) estimó que 21,5 por ciento de la población de Zambia de 15 a 49 años vivía con el virus del sida a fines de 2001.
Este alto porcentaje se inscribe en la gravísima situación de Africa subsahariana, donde viven 70 por ciento de todos los infectados con el virus del sida.
Lo que más sorprendió a los activistas del sida fue la aprobación del anuncio del Ministerio de Defensa por el ministro de Salud, Brian Chituwo, quien supuestamente encabeza la campaña contra la discriminación como parte de la política nacional del gobierno sobre sida.
El Ministerio de Defensa, arguyó Chituwo, es una institución peculiar y por lo tanto puede excluir a los portadores de VIH. La excesiva actividad física mandaría más rápido a la tumba a los infectados, agregó.
Los actuales miembros de las Fuerzas Armadas que estén infectados con el VIH no serán destituidos, pero se les bajará de grado y se les ofrecerá atención médica, incluso drogas antirretrovirales, anunció el ministro.
Las protestas fueron inmediatas entre los activistas. Eric Nachibanga, de la Asociación Nacional de Personas que Viven con Sida, calificó la medida de ignorancia en su forma más espantosa.
Esto es ridículo y demencial. Primero, un legislador opinó que los portadores del VIH deberían ser enjaulados, y luego, varios políticos dijeron que los candidatos a la presidencia deberían ser VIH-negativos, mientras se hablaba de no discriminación y desestigmatización, señaló Nachibanga.
El gobierno se ha mostrado incapaz de seguir su política nacional sobre sida, sentenció.
Otros portadores de VIH coincidieron con Nachibanga. Esto es escandaloso. Yo entré al ejército ya con el virus. He estado aquí más de nueve años y nunca perdí una sesión de entrenamiento ni he estado enferma más de una semana, declaró la sargenta Mary Nikazwe.
Según Nikazwe, vivir con el virus del sida no significa estar enfermo y ser incapaz de hacer ejercicios físicos.
Por supuesto que si una persona no es físicamente apta no puede ser reclutada, pero no por tener VIH, opinó.
Paradójicamente, Sipungwe y Chituwo hicieron su anuncio en el lanzamiento de un programa conjunto contra el sida entre la organización internacional de salud Project Concern International y el Ministerio de Defensa.
El programa está destinado a fortalecer la capacidad de las Fuerzas Armadas de Zambia para implementar y evaluar actividades eficaces y sostenibles de prevención del sida.
Tom Ventrigilia, representante de Project Concern, distanció de inmediato a su organización de lo que calificó como una sorprendente decisión política.
Project Concern International no participa en forma alguna de la decisión política del Ministerio de Defensa, aclaró Ventrigilia.
Medios de prensa nacionales normalmente reticentes también atacaron la decisión ministerial, a la que calificaron de una medida ignorante y retrógrada.
El diario oficial Times of Zambia advirtió que la decisión del Ministerio de Defensa tendrá un efecto dominó.
¿Qué impedirá a otros empleadores admitir únicamente a personas VIH-negativas? ¿Cómo van a encontrar trabajo millones de desempleados? ¿Acaso Zambia no tiene una política sobre discriminación?, preguntó el periódico en un editorial.