La guerra en Iraq desvía preocupación sobre otros conflictos, como el de Colombia o Palestina, advirtió este lunes un activista colombiano ganador del máximo galardón internacional que se otorga a los defensores de los derechos humanos.
El abogado Alirio Uribe Muñoz, quien se alzó este año con el Premio Martin Ennals que disciernen 10 de las principales organizaciones humanitarias del mundo, trazó un paralelo entre la situación en Iraq tras la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña y el caso de su país.
En Iraq se comete un delito de agresión contra su población en una guerra injusta e ilegal, donde se perpetran toda clase de crímenes dentro del llamado combate contra el terrorismo, dijo Uribe Muñoz, presidente del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.
Las mismas pretendidas razones se utilizan en Colombia para destruir los últimos restos del estado de derecho y para cercenar las libertades cívicas, en tanto el conflicto armado interno empeora con la creciente intervención de Estados Unidos, explicó.
El activista, que encabeza una de las organizaciones de derechos humanos más activas de Colombia, añadió que Estados Unidos se alista en una guerra mundial contra el terrorismo mientras el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, adopta el mismo discurso.
Por un lado, el gobernante iraquí Saddam Hussein, que es un dictador, se opone a la invasión de Estados Unidos, reflexionó.
En cambio, el presidente colombiano pide la intervención de Estados Unidos, reclama más armas, más tropas y demanda a los países vecinos que integren una fuerza internacional para invadir a su propio país, comparó.
La guerra en Iraq puede determinar que el mundo deje de mirar a Colombia por unos meses y, por tanto, la situación en el país se deteriorará, aunque lo cierto es que el escenario actual en el territorio colombiano es de una guerra total, sostuvo Uribe Muñoz.
Otro activista humanitario, Morris Tidball-Binz, del Servicio Internacional de Derechos Humanos, declaró compartir totalmente las preocupaciones del abogado colombiano.
Tidball-Binz aceptó que no es sencillo establecer una relación entre la erosión de los derechos humanos en Colombia y el conflicto desatado por la invasión anglo-estadounidense a Iraq.
Sin embargo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington y el lanzamiento de la guerra contra el terrorismo por parte del presidente estadounidense George W. Bush, de la cual forma parte la ofensiva contra Iraq, constituyen un antecedente del deterioro de la situación en Colombia, expuso.
Las consecuencias se reflejan en el endurecimiento de las reglas de combate, que afectan a decenas de miles de inocentes, con una ley que se ha vuelto más severa y que permite a los militares detener a civiles para interrogarlos sin necesidad de intervención de la justicia.
De esos datos deduce Tidball-Binz que hay pruebas para demostrar la existencia de un vínculo entre la guerra contra el terrorismo y el agravamiento de la situación en Colombia.
Estados Unidos sostiene que 90 por ciento de la cocaína que consumen más de 30 millones de personas en ese país proviene de Colombia.
También incluyó en su lista de 29 organizaciones terroristas del mundo a tres grupos armados colombianos: las guerrillas izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) así como a los grupos paramilitares de derecha Autodefensas Unidas de Colombia.
Uribe Muñoz opinó que en las actuales condiciones se va a intensificar la intervención directa estadounidense en Colombia, donde ya participan como asesores militares o simplemente como militares activos.
Otros estadounidenses civiles se desempeñan en compañías privadas o en empresas de seguridad en Colombia, insistió.
Se ven en Colombia militares de Estados Unidos no solamente entrenando y preparando a los batallones antinarcóticos o a los batallones antiterroristas como son llamados ahora, sino que también participan en acciones armadas, aseguró el abogado colombiano.
Las FARC afirman que capturaron en combates a tres miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, agregó el activista premiado.
Esta es la primera vez que recibe un ciudadano colombiano el premio que recuerda al defensor de los derechos humanos Martin Ennals (1927-1991), de nacionalidad británica y uno de los fundadores de la organización no gubernamental Amnistía Internacional.
Pero un grupo que respaldó trabajos en territorio colombiano, la Internacional de Brigadas de Paz, obtuvo en 2001 el galardón por la protección que otorgó a los defensores de los derechos humanos que se encontraban bajo Salud Mental de Gaza, en 1998.
También en 1997 le fue entregado al entonces obispo del meridional estado mexicano de Chiapas, Samuel Ruiz García, por su mediación entre el gobierno y el guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Uribe Muñoz recibió el premio este lunes en Ginebra, de manos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sergio Vieira de Mello.
El jurado que otorga la distinción está integrado por representantes de Amnistía Internacional, la Oficina de Derechos Humanos Diácona de Alemania, Human Rights Watch, el Servicio Internacional de Derechos Humanos, Alerta International y Defensa de la Infancia Internacional.
Los restantes miembros del jurado pertencen a la Federación Iternacional de Derechos Humanos, la Organización Mundial contra la Tortura, la Comisión Internacional de Juristas y Huridocs.