La internacional ambientalista Amigos de la Tierra destacó este lunes que la privatización del agua tuvo efectos negativos en muchos países y propuso una acción de resistencia mundial al control empresarial y la mercantilización del recurso.
Amigos de la Tierra, con representantes en 68 países y casi un millón de miembros, analizó en un informe antecedentes y perspectivas del Tercer Foro Mundial del Agua, que se reunirá en la sudoccidental ciudad japonesa de Kyoto del 16 al 23 de marzo.
La cuestión del agua se caracteriza por su escasez en muchas partes del mundo y por la contaminación o degradación que le ocasionan actividades humanas.
La degradación se atribuye a efectos causados por grandes represas hidroeléctricas, contaminación urbana e industrial, deforestación, uso de plaguicidas en la agricultura, eliminación de desechos y minería.
Otros factores que afectan la disponibilidad de agua son las transformaciones del ecosistema mundial ocasionadas por el cambio climático y la desertización.
Un ser humano necesita unos 50 litros por día para bebida, cultivo y preparación de alimentos, higiene y saneamiento, según expertos. Pero en Estados Unidos el promedio de consumo por habitante es de 250 a 300 litros diarios, y un habitante promedio de Somalia apenas dispone de nueve litros por día.
En 2000 había 1.100 habitantes del planeta sin acceso a agua potable, y 2.400 millones sin servicios de saneamiento, según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Amigos de la Tierra observó en el estudio que uno de los problemas más graves de la actualidad es la privatización de fuentes de agua en todo el mundo.
El comité de derechos económicos, sociales y culturales de la ONU aseveró en noviembre de 2002 que el agua debe ser considerada como ”un bien social y cultural, no principalmente como una mercancía”, destacó.
Pero los organismos financieros internacionales allanan el camino de grandes empresas transnacionales que lucran con el vital líquido, porque exigen promesas de privatizar el agua para otorgar préstamos a países empobrecidos.
Michel Camdessus, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezó un grupo encargado de estudiar la financiación de la infraestructura mundial del agua, que presentará un informe a la reunión de Kyoto.
Ese grupo tuvo en cuenta uno de los Objetivos del Milenio establecidos por la ONU: lograr que la proporción de habitantes del planeta sin acceso sustentable a agua potable sea en 2015 la mitad que en 2000.
Camdessus alegó en el informe que el sueño del agua potable para todos está al alcance de la humanidad, si los esfuerzos comprometidos hasta 2015 se prolongan 10 años más.
Para eso, el flujo financiero hacia el sector del agua debería por lo menos duplicarse, con recursos provenientes de los mercados financieros, de las tarifas cobradas por ese sector, de las instituciones financieras multilaterales, de los gobiernos y de la asistencia oficial al desarrollo, señaló.
Pero el grupo especializado en cuestiones financieras previno que para alcanzar ese objetivos se requieren ciertas condiciones, entre ellas gobernanza, responsabilidad, participación de la sociedad civil, descentralización y transparencia.
El futuro del agua está ligado a una forma más participativa de gestión de la sociedad, en donde las mujeres tengan su legítimo lugar, afirmó Camdessus en su informe.
El año 2015 marcará una etapa importante en la marcha hacia la total seguridad del agua en 2025, que tendrá mayores requisitos financieros, sostuvo.
En los países en desarrollo y emergentes, el gasto actual en nueva infraestructura del agua es unos 80.000 millones de dólares por año, pero en los próximos 20 o 25 años será necesario duplicar con creces esa cifra para llevarla a unos 180.000 millones, según el estudio.
Gran parte de esos nuevos recursos se deben destinar a saneamiento en hogares, tratamiento de aguas servidas y desechos industriales y riego, entre otros fines, añadió.
Pero Amigos de la Tierra opinó que los borradores de los documentos que se han elaborado para el Foro de Kyoto, con el objetivo de aprobar un plan de Acción Mundial para el Agua, se caracterizan por contener mera retórica.
La base de esos documentos es un mayor acceso a los mercados para las compañías privadas del agua, y los gestores de influencia de esas grandes empresas concurrirán en gran número a Kyoto para alcanzar ese objetivo, afirmó.
Según la red ambientalista, el Segundo Foro Mundial del Agua, coauspiciado por el Banco Mundial y la ONU, que se realizó en la sudoriental ciudad holandesa de La Haya en marzo de 2000, ”estuvo dominado por las transnacionales del agua y la alimentación”.
El Banco Mundial es consciente de que la idea del agua como una mercancía comercializable ”es todavía muy impopular y políticamente inadmisible”, apuntó Amigos de la Tierra.
Por ese motivo, el Banco tiene la intención de crear organizaciones de fachada en el tema del agua, que permitan a las grandes empresas del sector disfrazar sus motivaciones económicas como objetivos de interés público, arguyó.
Organismos financieros internacionales como el Banco y el FMI apoyan la expansión de esas empresas y presionan a los países para que privaticen sus sistemas de abastecimiento y suministro de agua, como condición para acceder a préstamos y reprogramaciones de sus deudas externas, sostuvo la red ambientalista.
Amigos de la Tierra desarrolla una campaña mundial por justicia en el acceso al agua.
Muchas acciones de esa iniciativa apuntan contra la privatización y proponen nuevos modelos de propiedad y de gestión, basados en sistemas colectivos o comunitarios que respondan a las necesidades de la población.
Otras concentran sus esfuerzos en la disminución del consumo y la reutilización del agua, y en la recuperación de ríos y humedales.