Un informe del Banco Mundial desató la polémica este lunes sobre los intentos de privatización de los recursos hídricos en el Tercer Foro Mundial del Agua, en curso en esta sudoccidental ciudad de Japón.
La fijación de precios para el agua es un instrumento esencial para asegurar la sustentabilidad de este recurso, y el reconocimiento de este hecho debe acompañar cualquier nueva inversión en el sector hídrico, sea de fuentes públicas o privadas, sostiene el documento de 24 páginas.
Las inversiones del sector privado sólo fluirán hacia el mundo en desarrollo si los gobiernos proveen un ambiente de apoyo a las inversiones, con normas transparentes, predecibles y equilibradas, advierte el nuevo informe.
Estas afirmaciones generaron protestas de organizaciones no gubernamentales (ONG) y expertos presentes en el foro, que también se celebrará en las ciudades de Shiga y Osaka.
Están impulsando la privatización lo más posible, afirmó Patrick McCully, director de campañas de la Red Internacional de los Ríos, un grupo ambientalista y de derechos humanos con sede en California.
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Lo que quiere el Banco es la participación del sector privado con garantías del sector público, advirtió McCully.
La propuesta de la institución financiera multilateral tiene una clara base ideológica y tiende a aumentar el acceso de empresas privadas a los mercados, sostuvo María Selva Ortiz, de la organización ambientalista Amigos de la Tierra.
Sin embargo, un alto ejecutivo del Banco Mundial seguró que su institución no promueve la privatización del agua.
El Banco no tiene una ideología de la privatización, sino una ideología de la eficiencia, explicó Ian Johnson, vicepresidente de desarrollo sostenible del Banco, en el lanzamiento del informe.
Estamos interesados en ofrecer agua de alta calidad al menor costo posible, y cada país deberá determinar la mezcla adecuada de participación pública y privada para ofrecer agua dulce a sus habitantes pobres, declaró Johnson.
El Banco instó a superar el debate sobre el involucramiento del sector privado en el suministro del agua. El debate no es sobre lo público o lo privado, sino sobre el acceso sostenible a un suministro de agua segura, aclara el informe.
El estudio cita una estimación de la Comisión Mundial del Agua según la cual las inversiones anuales en el sector deberían aumentar de 75.000 millones a 180.000 millones de dólares en los próximos 20 años para que el agua dulce llegue a todos.
Aunque este desafío es enorme, la comunidad internacional debe despertar hoy y hacerle frente para mejorar la vida de los pobres y evitar que futuras generaciones nazcan en la pobreza, dice el informe, titulado Agua, prioridad para el crecimiento responsable y la reducción de la pobreza: Una agenda de inversión y cambio político.
Algunos activistas advirtieron sobre los intentos de privatizar los recursos hídricos en todo el mundo.
La campaña de la Unión Europea (UE) por la privatización del agua en países en desarrollo está envuelta en un discurso sobre el desarrollo sostenible, pero su verdadero objetivo es asegurar mercados rentables para las empresas hídricas europeas, afirmó el independiente Observatorio Empresarial de Europa.
La UE solicitó a 72 países, incluso a muchas naciones en desarrollo, que abrieran sus servicios de agua a la competencia internacional, señaló el Observatorio en un comunicado de prensa distribuido en el foro.
Actualmente, apenas cinco por ciento del suministro mundial de agua es controlado por empresas privadas, entre ellas multinacionales como Suez y Vivendi Universal, de Francia, Bectchel, de Estados Unidos, y Thames Water, una firma anglo- alemana.
Suez se jacta de haber conectado en los últimos ocho años a 1,6 millones de habitantes de Buenos Aires, la capital de Argentina, a una red de agua potable.
La tarifa por el servicio es incluso inferior a la vigente cuando entró en vigor el contrato, sostiene la compañía.