La esclavitud infantil en las minas de diamantes de Sierra Leona es horrorosa, afirmó el representante especial del secretario general de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados, Olara Otunno.
No puedo creer que tantos niños sean sometidos hoy a la esclavitud, ganando casi nada. Esto es espantoso, dijo Otunno a IPS. El funcionario de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), natural de Uganda, se encuentra de visita en este país asolado por 10 años de guerra civil.
Estoy aterrorizado por lo que vi en las minas, agregó.
Miles de niños de entre seis y 16 años sufren explotación en las minas de Koidu, capital del distrito diamantífero de Kono, en el oriente de este país de Africa occidental.
La guerra civil en Sierra Leona terminó formalmente en enero de 2001, pero muchos ex combatientes menores de edad aún carecen de empleo.
Ibrahim Kaisamba, de 15 años, dijo a IPS: No soy feliz en las minas. Si tuviera alternativa, ahora estaría en la escuela.
Kaisamba fue capturado por fuerzas rebeldes en 1998 y obligado a combatir. Confío en que mi vida cambie drásticamente, afirmó.
Un estudio realizado por la organización internacional cristiana World Vision entre 1.000 menores esclavizados en las minas se Sierra Leona indica que 90 por ciento son niños y el resto, niñas, y que desempeñan numerosas tareas peligrosas.
Los niños mineros de Kono sufren graves abusos y constituyen un problema serio, dijo a IPS el activista Mac-Ivan Rogers, de World Vision.
Entre los menores explotados figuran ex combatientes, niños y niñas de la calle, huérfanos a causa de la guerra y pequeños abandonados o separados de sus familias por la fuerza.
Foday Kanu, de 14 años, perdió a sus dos padres por la guerra. En los últimos cinco años fue el comandante de la denominada Unidad de Niños Pequeños del insurgente Frente Unido Revolucionario. En ese periodo no hizo más que combatir. Mató a muchas personas.
Hoy, trabaja en una mina. Los adultos que me cuidan ahora no pueden pagar la escuela, porque son pobres. Perdieron todo en la guerra civil, dijo Kanu.
Los denominados barones mineros, que se aprovechan de la pobreza de los niños y niñas en este país de 4,8 millones de habitantes cuyo principal rubro de exportación son los diamantes, niegan haberlos esclavizado.
Esto no es esclavitud. Queremos trabajadores de toda clase y los niños hacen el trabajo liviano. Al menos, cuando aparecen los diamantes, obtienen algo para ayudarse a sí mismos y a sus familias, dijo el barón Samba Kamara.
Pero los propios menores aseguran ser esclavos. Trabajadores sociales coinciden con esa apreciación.
Con frecuencia les ofrecen pagos no negociables e irregulares. A veces les dan calzado deportivo o grabadores de audio, artículos que los impresionan, dijo el trabajador social Franki Sandi, que opera en Koidu.
Durante los 10 años de la guerra civil en Sierra Leona, que estalló en marzo de 1991, muchos niños eran secuestrados y obligados a combatir o se les instaba a tomar las armas para vengar la muerte de sus padres.
En medio de los combates, algunos conocieron las minas, uno de los principales objetivos militares de las facciones en pugna. Así, se sintieron atraídos por los magros beneficios que ahora reciben.
Muchos perdieron años de escolaridad y no están preparados para integrarse de lleno en la sociedad. Algunos, simplemente, son rechazados por las comunidades en que nacieron, o tienen miedo de regresar a ellas.
Esos niños son vulnerables y pueden ser reclutados por personas problemáticas. Por eso la situación es tan seria, indicó Otunnu.