El presidente de Paraguay, Luis González Macchi, parece haber conseguido los votos necesarios para impedir su destitución este martes en el juicio político por corrupción y mala administración que tramita el Senado.
No se trata de que la defensa del presidente haya logrado rebatir los cargos -el desvío de 16 millones de dólares de fondos públicos y la compra de un automóvil robado con dinero estatal-, ni los argumentos legales y éticos presentados por los acusadores.
Lejos de eso, el proceso iniciado el 23 de enero se transformó en una puja de intereses entre las fuerzas políticas y aun dentro del propio partido gobernante.
"Si la opción a González Macchi es (el presidente del Senado, Juan Carlos) Galaverna, no vamos a votar la destitución, porque es peor el remedio que la enfermedad. Si asume Galaverna habrá un estallido social", dijo a IPS Carlos Galeano Perrone, apoderado general de la opositora Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), del ex general golpista Julio César Oviedo.
El Senado dio lugar al juicio político solicitado por la Cámara de Diputados en diciembre, tras una iniciativa del opositor Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que también fue respaldada por un sector del gobernante Partido Colorado.
Tras escuchar en las últimas semanas los alegatos de acusadores y defensores del presidente, los senadores deberán anunciar su fallo en la mañana de este martes. Para destituir al jefe de Estado se requieren los votos de 30 de los 44 miembros de la cámara alta.
Los cargos contra González Macchi se basan en el desvío de 16 millones de dólares de dos bancos liquidados y la compra, para uso personal y con dinero del Estado, de un automóvil marca BMW robado en Brasil.
Pero además, se lo responsabiliza de la grave crisis económica de este país, donde más de 20 por ciento de la población económicamente activa está desempleada, la pobreza alcanza a 70 por ciento de los 5,3 millones de habitantes y el producto interno bruto se contrajo 4,5 por ciento en 2002.
Asimismo, González Macchi es cuestionado por las irregularidades en la privatización de la empresa estatal de telefonía Copaco.
El propio Galaverna, que en diciembre respaldó a González Macchi y aseguró que haría "todo lo posible" para que continuara en el poder, fue quien anunció el jueves que había votos suficientes en el Senado para destituir al jefe de Estado.
Galaverna reemplazaría a González Macchi si éste es destituido, ya que el vicepresidente Julio César Franco, del PLRA, renunció el 16 de octubre para presentarse como candidato presidencial en las elecciones del 27 de abril.
El presidente y candidato a la presidencia del Partido Colorado, Nicanor Duarte Frutos, inició el fin de semana una serie de contactos con senadores oficialistas y opositores para "frenar la ambición de Galaverna", según el diario ABC Color.
De este modo, el comprometedor trance de González Macchi se revirtió a último momento gracias a la intervención de Duarte Frutos, y el presidente cuenta ahora con el respaldo de 19 senadores, mientras otros seis están indecisos.
El colorado Darío Franco Flores, que en principio apoyaba la destitución, fue uno de los legisladores que cambiaron de opinión entre el sábado y el domingo. "Duarte Frutos me habló y me convenció. No es el momento de destituir al presidente", admitió.
Mientras, la Unace, que en diciembre impulsó el juicio político, también cambió de postura y no votará la destitución, pues quiere impedir que Galaverna asuma la presidencia.
"Si nos dan a elegir entre González Macchi y Galaverna, nos quedamos con González Macchi. Galaverna es mucho peor de lo que se puede imaginar. Violó la Constitución en más de una ocasión y se jacta de ello. La Unace está totalmente en contra de que él sea presidente", afirmó Galeano Perrone.
Oviedo, líder de la Unace, está acusado por la justicia paraguaya de ser el autor intelectual del asesinato en 1999 del vicepresidente Luis María Argaña, y permanece exiliado en Brasil.
Según Galeano Perrone, Galaverna es enemigo declarado de los oviedistas.
"Lo ideal hubiese sido que Julio César Franco se hiciera cargo de la presidencia hasta el 15 de agosto (cuando deberá asumir el triunfador de las próximas elecciones), o que se nombrara a otro vicepresidente. Es mejor que González Macchi siga por unos meses, y no que asuma Galaverna", añadió el dirigente político.
La oposición había presentado ante el Congreso, en forma paralela al juicio político, una iniciativa para nombrar a un nuevo vicepresidente, pero Galaverna se negó a convocar a las dos cámaras alegando errores en la redacción de la propuesta.
Sólo el PLRA decidió mantenerse en su postura y pedir la destitución del presidente, aunque mostró un tono más suave en sus demandas.
"Los senadores liberales van a estar firmes y defender los mismos argumentos para pedir que González Macchi sea destituido. Esto no se trata de ninguna enemistad personal con el presidente. Simplemente creemos que González Macchi no es transparente y por eso no es digno de estar allí", dijo Franco a IPS.
Por su parte, el presidente del partido País Solidario y uno de los cuatro diputados que oficiaron de fiscales en el juicio, confirmó su postura a favor de la destitución, aunque admitió que si Galaverna asumiera la presidencia, "no ofrecería cambios al país".
Galeano Perrone sostuvo que Duarte Frutos quiere salvar a González Macchi "porque teme el costo político de un gobierno interino de Galaverna", que no traerá respuestas a las grandes necesidades de la población y que podría perjudicar la imagen del Partido Colorado de cara a las elecciones de abril.
La semana pasada, González Macchi manejó la posibilidad de adelantar la entrega del poder, pero la idea fue rechazada luego por portavoces del Partido Colorado. Sin embargo, el presidente se muestra ahora confiado en su absolución.
"Considero que las pruebas contundentes que mis abogados presentaron para destruir la acusación, carente de fundamentos, permitirán que sea absuelto. Siento la tranquilidad de aquellos que están con la verdad", dijo el mandatario, a la espera del fallo de este martes.