Al menos 40.000 personas protestaron este sábado en las calles de Ciudad del Cabo y Johannesburgo, en Sudáfrica, contra los planes estadounidenses para invadir Iraq, al tiempo que el presidente Thabo Mbeki anunciaba el envío de expertos en desarme al país árabe.
El régimen de Saddam Hussein y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, aceptaron la colaboración sudafricana en el esfuerzo por el desarme que patrocina el foro mundial, aseguró Mbeki.
La protesta antibélica en Ciudad del Cabo tuvo amplio respaldo. Al frente de la marcha se ubicaron los líderes de la Coalición Anti Guerra, entre ellos ministros del gobierno y clérigos cristianos y musulmanes. En la segunda fila, padres cargando bebés.
El principal cartel desplegado por los manifestantes mostraba la imagen tradicional de la muerte y su guadaña, con la bandera de Estados Unidos como fondo.
Otros rezaban ”es tiempo de un cambio de régimen en Estados Unidos”, en alusión a las intenciones de Washington de desalojar del poder a Saddam Hussein. Un grupo de travestis también tomó parte en la marcha.
Los manifestantes entonaron cantos contra el presidente estadounidense George W. Bush y los primeros ministros Tony Blair, de Gran Bretaña, y Ariel Sharon, de Israel.
En cambio, algunos defendieron la inocencia del líder de la red islámica radical Al Qaeda, Osama bin Laden, a quien el gobierno estadounidense atribuye la autoría intelectual de los atentados que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.
El rostro de Bin Laden adornaba muchas camisetas que rezaban ”inocente hasta que se pruebe lo contrario”.
La presencia musulmana fue masiva en Ciudad del Cabo, donde esa comunidad religiosa es mayoritaria. La larga marcha se detuvo en el consulado de Estados Unidos, rodeado de alambre de púas y policías.
Los manifestantes mantuvieron una actitud pacífica mientras escuchaban los discursos. Algunos colocaron sus carteles en el alambre de púas.
En Johannesburgo, la manifestación reunió a un disímil grupo de activistas que dejaron de lado sus diferencias para participar en la protesta.
Algunos de los discursos contuvieron críticas al gobierno sudafricano, a pesar de su oposición a la guerra, por autorizar a buques militares británicos y estadounidenses atracaran en el puerto de Durban en su travesía hacia el Golfo, así como a la empresa paraestatal Denel por vender equipo bélico a Londres y Washington.
Los expertos enviados a Iraq son los mismos ”que condujeron nuestro programa para destruir nuestras armas nucleares, químicas y biológicas, así como los misiles”, dijo Mbeki.
El apartheid, régimen de segregación racial institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra que dominó Sudáfrica hasta 1994, desarrolló proyectos de armamento nuclear ”que el orden democrático neutralizó a través de un programa de desarme”, afirmó el gobernante.
La oposición de Mbeki a la guerra desató críticas dentro del gobernante partido Congreso Nacional Africano, pero el creciente movimiento popular contra la guerra respalda sus acciones.
El pueblo sudafricano ”prefiere la guerra a la paz”, pues ”sabe, por experiencia, que sin paz no habrá desarrollo”, dijo Mbeki en su mensaje anual al parlamento.
La semana pasada, Mbeki envió al vicecanciller Aziz Pahad a Iraq, tanto para manifestar su solidaridad al país asediado como para convencer al régimen de Saddam Hussein de colaborar con más decisión con los inspectores internacionales de desarme.
El presidente sudafricano no participó en las manifestaciones.