Estados Unidos apela a la ayuda financiera al exterior en busca del apoyo político que necesita en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poner en marcha sus planes de guerra contra Iraq, según diplomáticos y expertos.
”Estados Unidos hace promesas de asistencia o de acceso al petróleo iraquí para obtener votos” en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuerpo que deberá decidir si avala un ataque contra Iraq, dijo el presidente del no gubernamental Centro de Derechos Constitucionales, Michael Ratner.
El paquete de asistencia de 26.000 millones de dólares de Estados Unidos a Turquía, hoy objeto de una disputa entre los dos países, aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es un ejemplo de la ”diplomacia de la chequera”, explicó a IPS el experto radicado en Nueva York.
”Por cierto, en la guerra del Golfo de 1991 contra Iraq, el dinero tuvo una gran influencia para lograr el apoyo de Egipto y otros países” al ataque en que participaron 34 naciones, sostuvo Ratner.
Estados Unidos necesita que nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad aprueben una resolución que lo autorice a atacar Iraq, y que ninguno de los cinco países con derecho a veto en el organismo – – China, el propio Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia – – ejerza esa facultad.
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El proyecto de resolución que, según distintas versiones, presentarán Estados Unidos y Gran Bretaña la semana próxima tiene cuatro votos seguros: el de esos dos países y los de Bulgaria y España.
Se prevé que Alemania y Siria votarán contra una acción militar en Iraq. Francia amenazó con hacer uso de su derecho al veto, mientras China y Rusia podrían abstenerse, pero también seguir el ejemplo francés para dejar sin efecto una eventual resolución.
Los restantes seis países que integran el Consejo – – Angola, Camerún, Chile, Guinea, México y Pakistán – – no efectuaron pronunciamientos públicos sobre su voto ante la propuesta británico-estadounidense. Pero todos ellos reciben grandes sumas de ayuda financiera oficial de Estados Unidos.
Los países objeto de presión no la sienten en la sede de la ONU en Nueva York, sino en sus propias capitales.
El presidente estadounidense George W. Bush ya telefoneó en persona a dos jefes de Estado para pedirles su apoyo en el Consejo: a los presidentes Pervez Musharraf, de Pakistán, y José Eduardo dos Santos, de Angola.
La agencia nacional de noticias angoleña, Angop, informó que Dos Santos también recibió llamadas del vicepresidente estadounidense Dick Cheney y del presidente francés Jacques Chirac, quien presiona por su parte a los miembros del Consejo para que voten contra la resolución.
Angop también aseguró que las autoridades estadounidenses pidieron a uno de sus aliados en los planes de guerra contra Iraq, el primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, que intercediera ante Dos Santos, con quien tiene una estrecha amistad.
”Si Estados Unidos obtiene los nueve votos requeridos y Francia veta la resolución, el gobierno de Bush podría afirmar que cuenta con la mayoría moral de su lado”, dijo a IPS un diplomático del mundo en desarrollo.
Se trata de un buen argumento para conformar al ala más belicista del gobierno de Washington, pero usarlo sería contraproducente, ante los previsibles vetos que interpondrá sobre resoluciones contra Israel, sostuvo el informante.
El Consejo de Seguridad aprobó el año pasado, por 14 votos, una condena a Israel por el asesinato de funcionarios de la ONU en Palestina. El único voto contrario fue el de Estados Unidos, que, además, vetó la resolución, recordó el diplomático. ”El argumento de la mayoría moral podría utilizarse en su contra”, sostuvo.
Funcionarios en Washington suelen asegurar ante la opinión pública que sus planes de guerra tienen amplio apoyo de numerosos aliados, dijo a IPS la directora del Programa de Seguridad Mundial y Desarme de la estadounidense Universidad de Maryland, Natalie Goldring.
”Pero no dicen cuánto le costará ese apoyo” a los contribuyentes estadounidenses, agregó Goldring, para quien algunos de los aliados potenciales, como Turquía, están aprovechando los impulsos bélicos de Estados Unidos para aumentar la asistencia económica que reciben.
”Ellos saben” que el gobierno de Bush ”tiene dificultades para reunir una coalición” militar contra el presidente iraquí Saddam Hussein, sostuvo.
Los posibles aliados ”tienen influencia sobre Washington, y la están usando con eficacia”, pues ”a medida que la guerra se aproxima, los paquetes” de ayuda financiera ”parecen crecer”, afirmó. ”Esto es un chantaje político”, concluyó.
El gobierno de Turquía rechazó un paquete de ayuda financiera estadounidense de 26.000 millones de dólares, integrado por 20.000 millones en dólares en préstamos y 6.000 millones en donaciones. Ankara quiere subir el monto de las donaciones a 10.000 millones.
A cambio del paquete, Ankara admitiría la presencia de fuerzas estadounidenses en territorio turco en caso de una guerra contra Iraq. Turquía no integra el Consejo de Seguridad, pero su vecindad con el suelo iraquí la hacen fundamental para un ataque.
Washington advirtió a Ankara que, si se niega a cooperar, perderá la ayuda ofrecida, y también los 20.200 millones de dólares que hoy recibe de asistencia militar.
Turquía se arriesga a quedarse con las manos vacías, como Yemen, cuando en 1990 votó en el Consejo contra la moción estadounidense de expulsar de Kuwait al ejército de Iraq. Washington anuló entonces la asistencia prevista al país árabe por 70 millones de dólares.
La mayoría de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad ya reciben gran cantidad de asistencia económica y militar de Estados Unidos, y también se arriesgan a perderla si votan contra una resolución que autorice la invasión a Iraq.
Bulgaria habrá obtenido 31,5 millones de dólares de Estados Unidos en donaciones a las fuerzas armadas al cabo del trienio 2001-2003, así como 97,1 millones de dólares dirigidos a otras instituciones del Estado.
Pakistán prevé obtener este año unos 50 millones de dólares como retribución por su ayuda a la guerra contra el terrorismo declarada por Estados Unidos. En los años 90, la ayuda fue casi nula, en especial a causa del desarrollo del programa pakistaní de armas nucleares.
Angola recibe de Estados Unidos 100.000 dólares al año para la educación y entrenamiento de sus soldados y 19 millones de dólares en asistencia al desarrollo, incluidos fondos dirigidos a programas antiterroristas y de desactivación de minas.
Washington entrega 200.000 dólares por año a Camerún para el entrenamiento de sus fuerzas armadas, además de armas que el ejército estadounidense considera excedentarias.
Guinea ha recibido 26 millones de dólares en ayuda económica de Estados Unidos cada año. También obtuvo 250.000 en asistencia militar y tres millones para la compra de armas en 2001.
Las fuerzas armadas de Chile obtienen de Estados Unidos medio millón de dólares anuales para entrenamiento, y habrán recibido este año fiscal 1,5 millones de dólares en donaciones.
Mientras, México, al cual el Departamento de Estado (cancillería) estadounidense considera ”la prioridad política en América Latina”, recibirá este año 44 millones de dólares en ayuda al desarrollo, cifra que incluye la asistencia militar.
Pero el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell aseguró el jueves, entrevistado por la cadena de radio y televisión británica BBC, que su país no prevé ”presionar” a los países miembros del Consejo de Seguridad.
”Presentamos nuestros argumentos. No amenazamos. No sugerimos que el chantaje esté en regla. Y confiamos en que el poder de nuestros argumentos los persuada”, afirmó.