DESARROLLO-ETIOPIA: Invertir contra el hambre, aconsejan expertos

Etiopía debe crear programas de ”educación por alimentos”, redes de caminos e instituciones de mercado para evitar una nueva hambruna que podría costar millones de vidas, recomendó un grupo de expertos de Washington.

El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) advirtió que hasta 15 millones de etíopes podrían padecer hambre en los próximos meses y que la actual crisis podría resultar ”tan o más grave que la de 1984-1985”.

Aunque ese país del Cuerno de Africa aumentó 70 por ciento su producción de alimentos desde la década de 1980, todavía necesita ayuda alimentaria, además de políticas a largo plazo para evitar la repetición de hambrunas, señaló el IFPRI.

Etiopía es uno de los países más pobres del mundo, con un ingreso anual por habitante de apenas 100 dólares y una población de 65 millones, de los cuales dos tercios son analfabetos. Cuarenta y siete por ciento de los niños menores de cinco años están desnutridos.

Aunque el país exporta pequeñas cantidades de café, caña de azúcar, semillas oleaginosas, cuero y cera de abejas, tiene una enorme deuda externa, además de un altísimo índice de pobreza y enfermedades.

”Lo esencial es encontrar un puente entre el alivio a corto plazo y el desarrollo a largo plazo”, y ese puente debe basarse en tres pilares, dijo Joachim von Braun, director general del IFPRI.

En primer lugar, Etiopía debe desarrollar un programa de ”educación por alimentos” como incentivo para que los niños asistan a la escuela. Un programa similar en Bangladesh logró aumentar 40 por ciento la tasa de inscripción escolar, señaló Von Braun.

En segundo lugar, es necesario un programa que estimule la construcción de caminos para llevar los alimentos a las zonas que los necesitan y trasladar el comercio local desde regiones con suministros abundantes hacia áreas desaventajadas.

Apenas 12 por ciento de los caminos están pavimentados en Etiopía, que tiene una de las densidades de caminería más bajas del mundo.

Por último, con la ayuda de donantes internacionales, deberían hacerse inversiones en pequeña escala en banca comercial para desarrollar instituciones de mercado, recomendó Von Braun.

”El programa de educación por alimentos obró maravillas en varias partes de Africa, en especial en Botswana, pero también en algunas partes de Etiopía. El camino a seguir son las instituciones de mercado”, agregó.

Pero no todos los economistas y organizaciones preocupados por la gravedad de la situación en Etiopía y otras partes de Africa coinciden en que ése sea el camino a seguir.

Los analistas discuten cuáles son las causas de las hambrunas en el continente. La cuestión es importante porque podría determinar futuras medidas para prevenir la escasez de alimentos.

Food First, otro grupo de investigación estadounidense, atribuyó el hambre en Etiopía y otros países de Africa a las políticas impuestas por instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Esas instituciones, respaldadas por Estados Unidos, exacerbaron el hambre en Africa a través de sus programas de ajuste estructural, diseñados para abrir las economías al comercio y las finanzas internacionales, afirmó Food First en diciembre.

Esos planes, arguyó el grupo, obligan a los países endeudados a recortar los servicios a sus ciudadanos, exportar sus cosechas, desmantelar sus reservas agrícolas y devaluar sus monedas para pagar las deudas.

Pero el IFPRI señaló el miércoles que las persistentes crisis alimentarias de Etiopía tienen causas domésticas, entre ellas malas gestiones de gobierno (en especial en el pasado), el desamparo de sus agricultores, problemas con la producción de alimentos y mercados que no funcionan.

Además, Etiopía padeció 15 sequías desde 1965, y a principios de los años 90 emergió de tres décadas de guerra civil.

”No veo un factor externo en el caso de Etiopía. Nadie la obligó a vender casi toda su producción”, afirmó Von Braun.

El IFPRI, cuyos donantes incluyen al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo, consideró que las razones del hambre en Etiopía son su legado de pobreza y su ”situación estructural”.

Millones de pequeños agricultores etíopes siguen dedicados a actividades de subsistencia y dependen totalmente del clima, propenso a las sequías, señala el informe del IFPRI. En un período de 10 años, Etiopía sufre entre tres y cuatro de sequías.

Además, entre cinco y seis millones de personas simplemente no tienen dinero para comprar alimentos, aun en períodos de superávit de producción, agrega el documento.

Para reducir esa susceptibilidad, el gobierno de Meles Zenawi debe introducir seguros agrícolas e invertir, con la ayuda de donantes, en sistemas para predecir mejor la producción y el clima, recomendó el IFPRI.

El rendimiento de la producción de granos en Etiopía apenas supera la tonelada por hectárea, mientras en Estados Unidos suma casi seis toneladas por hectárea.

Los agricultores de áreas remotas también tienen dificultades para adquirir fertilizantes y otros materiales y transportarlos largas distancias por malos caminos. En el norte de Etiopía, por ejemplo, la distancia promedio hacia el mercado más cercano es de casi 40 kilómetros.

Durante la hambruna de 1984, había superávit de alimentos en el sur mientras un millón de personas moría de hambre en el noreste del país, y actualmente sólo un cuarto de los alimentos producidos llega al mercado.

”Eso encierra a los agricultores pobres en la agricultura de subsistencia, que los condena a la pobreza”, dice el informe, y por eso recomienda invertir en infraestructura de caminos, telecomunicaciones y almacenamiento moderno.

Dado que 85 por ciento de la población de Etiopía depende de la agricultura, el país debe comprometerse a desarrollar este sector crítico, concluyó el IFPRI. ***** +IFPRI (www.ifpri.org) +Food First (www.foodfirst.org) +International Famine Centre (www.ucc.ie/famine/Latest/latest.html)

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