Niños y niñas que viven en las calles de Egipto sufren detención arbitraria, extorsión, golpizas y violencia sexual a manos de funcionarios policiales, informó este miércoles la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) en El Cairo y en Washington.
Los agentes suelen detener a los niños de la calle, por lo general mendigos, para extorsionarlos aunque no hayan cometido delito alguno, según el informe divulgado por HRW, titulado Acusados de ser niños: La policía egipcia abusa de menores que necesitan protección.
La policía alega que la Ley Infantil vigente en Egipto le permite detener a niños a los que consideren vulnerables a la delincuencia o al delito.
El gobierno dice que arresta a los niños para protegerlos. La realidad es que la mayoría de esos niños vuelven a la calle en menos de una semana, en condiciones aun peores que antes, dijo la directora de la División de Derechos Infantiles de HRW, Clarissa Bencomo.
En lugar de protegerlos, los policías abusan de ellos y les roban todo el dinero que tienen, agregó Bencomo.
El informe se basa sobre entrevistas a 37 niños, numerosos funcionarios del gobierno, activistas por los derechos infantiles y expertos. Otros estudios de HRW pintan un panorama crítico de la situación global de los derechos humanos en Egipto.
Esta misma semana, la organización con sede en Nueva York informó que el gobierno de Hosni Mubarak ha arrestado a opositores a los planes de guerra de Estados Unidos contra Iraq, entre ellos profesionales e intelectuales reconocidos, en un intento por impedir manifestaciones a gran escala.
Un niño de 15 años detenido a mediados de enero junto con organizadores de protestas en dependencias de la Inteligencia de Seguridad Estatal (SSI) sufrió torturas, incluidos choques eléctricos, antes de su liberación, según HRW, que demandó una investigación sobre el tratamiento dado a los presos.
A fines de enero, cientos de extranjeros, la mayoría procedentes de Africa subsahariana, fueron detenidos en sus casas y en la calle, golpeados y mantenidos dos días en la cárcel, según otro informe de la organización.
Muchas de las víctimas eran solicitantes de asilo y refugiados registrados ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, a quienes les informaron que su condición legal no era de importancia para las autoridades, agrega el informe. La mayoría fueron liberados.
El último informe indica que los niños y niñas detenidos por la policía son objeto de abuso y de negligencia. Se los confina en condiciones insalubres durante días o semanas, durante las cuales se les niega alimentación, agua limpia, cama y atención médica, indica el estudio.
Con frecuencia, son ubicados en celdas junto con delincuentes adultos que también abusan de ellos, según el informe, que se concentra en la situación en El Cairo pero concluye que el problema se repite en otras ciudades de Egipto, que con 69,3 millones de habitantes es el país más populoso del mundo árabe.
HRW aseguró que la policía somete rutinariamente a los niños a golpes de puño y con bastones y a choques eléctricos en el momento de la detención. Entonces, son transportados a la cárcel, con frecuencia junto a adultos, en grandes vehículos de metal que carecen de asientos y de ventilación adecuada.
En otras ocasiones, son inmovilizados con sogas y con esposas y obligados a dar largas caminatas.
La policía también usa con frecuencia la amenaza de detención para cobrar sobornos, o simplemente le roba dinero a los niños bajo su custodia. En algunos casos, policías someten a las niñas a abuso sexual a cambio de protección contra la violencia sexual de terceros, indica el informe.
Una vez detenidos, los menores se ven obligados a sobornar a los guardias y a los presos adultos para obtener alimentos y cama. El único centro de detención para menores de El Cairo, Al- Azbekiya, también está sobrepoblado. La alimentación, las camas y el servicio médico que se brindan allí son inadecuados.
En el proceso, los niños son constantemente sometidos a abuso verbal. En el caso de las niñas, el contenido sexual de la degradación verbal es, a veces, el preludio de la violencia sexual, indica el informe.
Los niños que formulan quejas acerca del tratamiento que reciben se arriesgan a sufrir represalias, tanto de los abusadores como de oficiales de mayor rango, según HRW.
Los niños llegan a los destacamentos policiales ya golpeados y atados con sogas. Huelen horrible. Los policías los golpean, los cuelgan de los pies y les aplican choques eléctricos, dijo a HRW un asistente social de la justicia de menores en El Cairo.
Cuando le preguntamos a los mukhbirim (agentes rasos) quién trajo a los niños en esas condiciones, contestan: 'Merecerían un tratamiento peor que éste', agregó el funcionario.
La ley egipcia impone un plazo de 24 horas para conducir ante los fiscales a todos los detenidos, pero los niños son mantenidos en la cárcel por periodos mayores y a veces liberados sin siquiera haber visto a un fiscal, indica el informe.