COMERCIO: Ministros peregrinan a Japón en busca de acuerdos

Ministros de un grupo reducido de países intentarán, del 14 al 16 de este mes en Tokio, destrabar las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en particular en el polémico sector de la agricultura.

El gobierno de Japón invitó a ministros de Comercio y de Agricultura de 25 países para que discutan sobre los obstáculos que frenan las negociaciones de la Ronda de Doha, encomendadas por la conferencia ministerial de la OMC, realizada en la capital de Qatar en noviembre de 2001.

Entre los países invitados figuran Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Costa Rica, Chile, China, Egipto, Estados Unidos, Hong Kong, India, Indonesia y Kenia.

La lista incluye a Lesotho, Malasia, México, Nueva Zelanda, Nigeria, Senegal, Singapur, Sudáfrica, Suiza, Trinidad- Tobago, el bloque de la Unión Europea y Uruguay.

Las negociaciones se encuentran particularmente atrasadas en el sector agrícola, aunque tampoco se evidencian progresos en otras áreas de interés primordial para los países en desarrollo.

Entre otros temas relegados, están las especificaciones sobre trato especial y diferenciado a los países pobres, que las normas de la OMC admiten para aliviar su debilidad económica, y la aplicación de acuerdos pendientes de la anterior negociación, la Ronda Uruguay, que benefician a naciones en desarrollo.

Una cuestión crucial donde tampoco hay avances es la de aspectos de los derechos de propiedad intelectual vinculados al acceso a medicinas por parte de las poblaciones de los países del Sur.

La aprobación de una reglamentación encomendada por la conferencia de Doha, que otorgaría facilidades a los países en desarrollo para obtener medicinas de bajo costo en caso de emergencias sanitarias, se demora porque Estados Unidos pretende limitar esos beneficios a muy pocas enfermedades.

El director general de la OMC, el tailandés Supachai Panitchpakdi, previno esta semana que la ausencia de un acuerdo sobre patentes farmacéuticas y acceso a medicinas tendrá un efecto negativo en el conjunto de las negociaciones.

Las diferencias, que en casi todos los temas reflejan los intereses opuestos de países industriales y países en desarrollo, amenazan con frustrar la próxima conferencia ministerial de la OMC, que deberá sesionar en septiembre en la ciudad turística de Cancún, en el sur de México.

Los países industrializados aspiran a que los ministros de los 145 países miembros de la OMC otorguen en Cancún nuevo impulso al proceso de liberalización comercial, con la apertura de nuevas negociaciones sobre inversiones, competencia, facilitación del intercambio y transparencia en compras gubernamentales.

Pero difícilmente lleguen a aprobarse esos ”nuevos temas”, como se denominan en la jerga de la OMC, si antes las naciones industriales no ceden en las cuestiones pendientes, especialmente en agricultura, y aplicación y tratamiento especial y diferenciado.

El presidente del comité que se encarga de las negociaciones agrícolas, Stuart Harbinson, de Hong Kong, trazó esta semana un panorama pesimista.

El funcionario, que presentará un resumen del estado de esa negociación a los ministros reunidos en Tokio, adelantó que algunas delegaciones no muestran ”ambición” de progresar. Los únicos avances insinuados se limitan a cuestiones meramente técnicas.

La negociación agrícola comenzó el 1 de enero de 2000 y deberá concluir el 31 de diciembre de 2004. Pero el 31 de marzo, los países tendrían que convenir las modalidades en que se desarrollará el periodo crucial del intercambio de ofertas para reducir el proteccionismo, que aún campea en el comercio agrícola.

De un lado se ubican, aunque con matices, casi todos los países en desarrollo, partidarios de la eliminación de las barreras al intercambio de productos agrícolas. Estados Unidos, que subvenciona gran parte de su agropecuaria, coincide en algunos puntos con las naciones del Sur.

En la vereda de enfrente están la Unión Europea y un puñado de países como Japón, Corea del Sur, Noruega y Suiza, que apenas aceptan la idea de introducir mínimas reformas a sus actuales regímenes de elevada protección estatal a la agricultura.

El canciller de Japón, Yoriko Kawaguchi, se manifestó esperanzado en que la reunión ministerial de Tokio favorezca entendimientos para la redacción del documento final sobre modalidades, que Harbinson debe presentar a fines de marzo.

Algunos países de la OMC han apelado en el pasado, e insisten ahora, al recurso de promover reuniones de un grupo limitado de delegaciones, conocidas como ”mini-ministeriales”, para buscar acercamiento entre las partes.

Canadá y Costa Rica promovieron un encuentro de ese tipo, que se realizó esta semana en Ginebra, aunque sin resultados fructíferos aparentes en el proceso de negociación.

El vocero de la OMC, Keith Rockwell, comentó que muchos países han protestado por estas reuniones excluyentes.

En la sesión de esta semana del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC), que dirige las discusiones de la Ronda de Doha, los delegados de Cuba, Paraguay y Pakistán censuraron esta práctica, dijo Rockwell.

La OMC ha sido criticada por países en desarrollo y por organizaciones no gubernamentales a causa del mecanismo de concertación de acuerdos en reuniones de grupos exclusivos de países, generalmente convocadas por naciones industriales.

Esos cónclaves se conocen como las ”salas verdes”, porque comenzaron a efectuarse en un salón tapizado en ese color del edificio de la OMC en Ginebra.

En atención a reclamos de los países en desarrollo y de la sociedad civil, Supachai anunció esta semana que convocará a nuevas reuniones del CNC, a las que podrán asistir todos los miembros del sistema multilateral, para asegurar amplia participación.

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