COMERCIO: Brasil cuestiona subsidio europeo al azúcar

La misión del grupo de Asia, Caribe y el Pacífico (ACP) se marchó este viernes de Brasil sin poder disuadir al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de seguir con la queja en la OMC contra las exportaciones de azúcar subsidiado de la Unión Europea.

La Cámara Interministerial de Comercio Exterior de Brasil ya había decidido en la víspera pedir paneles en la OMC (Organización Mundial de Comercio) para cuestionar tanto los subsidios de la Unión Europea (UE) al azúcar como los que concede Estados Unidos a sus productores de algodón.

La fase previa de consultas ya se cumplió en los dos casos, que ahora pueden pasar a la etapa decisiva del arbitraje.

Además, Brasil rechaza el argumento de que su triunfo en la disputa representaría el fin de las preferencias concedidas por la UE al azúcar de sus ex colonias que hoy conforman los países de ACP, en desmedro de economías en general muy pobres.

Los representantes de las Islas Mauricio, Fiji, Guyana, Swazilandia y Belice, que representaron en Brasilia los 17 países azucareros del grupo de estados de ACP, señalaron que sus exportaciones a la UE son vitales y temen perderlas.

Ese comercio les permite obtener ingresos imposibles por otras vías, ya que la UE les paga el precio que le otorgan a los productores dentro de ese bloque, que es más de tres veces la cotización internacional del mercado libre.

El Comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, también presionó el gobierno de Lula, en su visita a Brasilia la semana pasada, advirtiendo que el proceso en la OMC terminaría por afectar a los países de ACP.

Pero la queja brasileña, apoyada por Australia, no ataca las importaciones del azúcar de ACP en condiciones favorecidas y, por lo lanto, no afecta la ayuda al desarrollo de las ex colonias europeas en Africa, Caribe y Asia, contrarrestaron las autoridades de Brasil.

Lo que se está cuestionando son las exportaciones con subsidios. La UE importa cerca de 1,6 millones de toneladas de azúcar sin refinar de ACP, pagando cerca de 620 dólares por tonelada.

El problema deriva de que luego ese producto es refinado y reexportado a otros mercados a menos de 200 dólares la tonelada.

A ese volumen se suman cerca de 3,6 millones de toneladas de producción interna que la UE exporta también con subsidios, sumando unos 5,2 millones de toneladas que disputan terceros mercados de forma desleal y abatiendo los precios, argumentó el gobierno y los empresarios brasileños del sector.

El acuerdo de la UE con el ACP ”no sufre ningún riesgo”, dijo a IPS Elizabete Serodio, consultora para negociaciones internacionales de la Unión de la Agroindustra Cañera de Sao Paulo (Unica), que reúne a las empresas responsables por dos tercios de la producción azucarera brasileña.

El informe del Tribunal de Cuentas de la UE, del año pasado, deja claro que cualquier ajuste necesario en el régimen azucarero europeo se hará sobre la producción doméstica, no en las importaciones de ACP, observó.

Además, en los protocolos UE-ACP, de Lomé y Cotonou, las preferencias en el caso del azúcar, a diferencia de otros productos, se establecieron por ”plazo indeterminado” y sólo podrán modificarse por acuerdo de ambas partes, acotó Serodio.

La UE está ejerciendo presiones, incluso por intermedio de los países de ACP, que ”son legítimas”, pero Brasil y otros exportadores también ”tienen que pelear por sus intereses” dentro de las reglas de la OMC, indicó la experta.

El comercio internacional de azúcar es limitado a 35 millones de toneladas anuales, poco más de un cuarto del consumo mundial de 130 millones de toneladas. Por eso los cinco o seis millones de toneladas exportadas con subsidios por la UE representan un factor de distorsión y competencia depredadora, destacó.

La industria azucarera brasileña calcula sus pérdidas en 500 millones de dólares anuales, a causa de los subsidios europeos.

Además de Australia, ya asociada a la queja brasileña, Tailandia podrá juntarse al proceso después que cumpla el rito del pedido de consultas. Por ello, y para realizar estudios adicionales sobre los efectos de la política de la UE, Brasil decidió aplazar en dos meses el pedido del panel.

Esa disputa no es la primera que pone en lados opuestos a países en desarrollo y constituye un ejemplo que se multiplicará en el futuro próximo, dijo en Ginebra a IPS el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Rubens Ricupero.

Años atrás se registró el caso del banano, en que países como Ecuador, Colombia y de América Central cuestionaron también las condiciones especiales concedidas por la UE al producto de las naciones de ACP.

Ese tratamiento discriminatorio por parte de países ricos provoca esa ”confrontación” entre naciones en desarrollo en lucha por exportar sus productos básicos. Esta ”no es la mejor solución” para ayudar a los más pobres, según Ricupero.

Lo mejor es ”reducir el nivel de discriminación” y asegurar a los países pobres condiciones de desarrollo especializándose en áreas en que son más competitivos, sugirió.

Los pequeños países de ACP no podrán competir en azúcar con extensos países como Australia y Brasil, porque la productividad de ese producto depende de disponibilidad de nuevas tierras, que permiten gran escala de producción mecanizada, concluyó Ricupero. (

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