El cumplimiento del Protocolo de Kyoto sería apenas una pequeña contribución contra el recalentamiento planetario, dada la magnitud que ha adquirido el fenómeno, dijo el presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPPC), Rajendra Pachauri.
El IPCC intentará responder las principales interrogantes sobre el recalentamiento del planeta y prever lo que ocurrirá en los próximos años, en su cuarto informe sobre este fenómeno, dijo Pachauri a IPS.
El IPPC es una red internacional de expertos creada en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y por el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente, dedicada a evaluar de forma periódica los efectos del cambio climático.
Intentaremos estudiar la naturaleza y extensión del cambio climático en diferentes regiones del mundo, señaló Pachauri, al anunciar el inicio de las investigaciones para la elaboración de este cuarto informe.
El estudio incluirá, entre otras cosas, proyecciones específicas para Asia meridional, donde se espera que el aumento del nivel del mar por el derretimiento de los glaciares tendrá graves consecuencias para la agricultura.
Este cuarto informe se centrará en investigar el vínculo entre el cambio climático y el desarrollo sustentable.
El presidente del IPCC explicó que el dióxido de carbono, el óxido nitroso y los fluorocarbonos, conocidos como gases invernadero, están formando una especie de sábana sobre la Tierra que crean el efecto de recalentamiento del planeta.
El Protocolo de Kyoto aprobado en 1997 obliga a 38 países industrializados a reducir para 2012 sus emisiones de gases invernadero 5,2 por ciento respecto de las de 1990. La mayoría de esos gases se liberan en la atmósfera por la quema de combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón.
Pero si esas naciones cumplen con su compromiso equivaldría apenas a arañar la superficie del problema, afirmó Pachauri, quien subrayó que hasta ahora la reducción ha sido de tres por ciento, incluso en los países que ratificaron el protocolo.
Estados Unidos, emisor de 25 por ciento de los gases invernadero, decidió en 2001 abandonar el Protocolo de Kyoto. Eso indignó a ambientalistas, pero no al presidente del IPCC, pues considera que el acuerdo es, en sí, apenas un pequeño paso que no alcanza para solucionar el problema.
El experto explicó que hay otros factores que contribuyen al recalentamiento, como el uso de cemento en las grandes ciudades, que pueden llegar a convertirse así en verdaderos depósitos de calor.
El clima del planeta siempre ha cambiado por razones naturales, pero nunca hemos visto este nivel de aumento de calor. Hay suficiente evidencia de que los glaciares se derriten y de que el hielo en los polos está retrocediendo, en tanto el nivel del agua aumenta, dijo Pachauri.
El lento sumergimiento de islas del Pacífico Sur, la salinización del agua de consumo y las inundaciones sin precedentes en Europa son otros síntomas del recalentamiento del planeta.
En 1990, el IPCC afirmó que no podía concluir de forma definitiva que el recalentamiento de 0,6 grados centígrados registrado el siglo XIX se debió a un ciclo natural o a las actividades humanas.
Pero en 1995, tras desarrollar modelos de investigación más complejos, el IPPC revisó su opinión y encontró una influencia humana perceptible en el recalentamiento del planeta.
En su último informe de 2001, el IPCC hizo una serie de polémicas proyecciones, y advirtió que la temperatura de la Tierra aumentará hasta 5,8 grados centígrados durante este siglo.
De cumplirse esa predicción, habrán tormentas violentas, un gran incremento del nivel del mar y extinción de plantas, incluso cultivos, y animales incapaces de adaptarse a un cambio tan abrupto.
El mismo informe señaló que el recalentamiento observado en los últimos 50 años se debe probablemente (una posibilidad de 66 a 90 por ciento) al aumento de las concentraciones de gases invernadero.
Eso es lo que sucederá si no se aplican políticas concretas para evitarlo. Si se adoptan iniciativas firmes, podrán obtenerse otros resultados, dijo el experto.
Los cálculos del IPCC se basan en modelos climáticos que utilizan poderosas computadoras y una gran cantidad de variables, método que en algunos casos ha sido criticado por otros expertos. (