La creación de un grupo de países amigos de Venezuela, entre ellos Brasil y Estados Unidos, se pactará este miércoles en Quito, en el marco de la asunción del presidente electo Lucio Gutiérrez, para buscar una salida a la crisis de gobernabilidad del país.
Se trata de la primera medición de fuerzas, en el tablero americano, entre Estados Unidos, que en noviembre del año pasado nombró enviado especial para América Latina al conservador Otto Reich, y Brasil, cuyo nuevo presidente es Luiz Inácio Lula da Silva, del izquierdista Partido de los Trabajadores.
El ministro de Relaciones Exteriores de Lula es el experimentado diplomático Celso Amorim.
Ante el creciente conflicto entre el presidente venezolano Hugo Chávez y sus opositores, Washington apoyó desde mediados de 2002 los esfuerzos para hallar una salida a la crisis conducidos por el ex mandatario colombiano César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Luego el nuevo gobierno brasileño, que asumió el 1 de enero, propuso formar un grupo de países amigos de Venezuela que respaldara la gestión de Gaviria, y Estados Unidos avaló esa iniciativa.
La idea de crear ese grupo había sido manejada por el presidente ruso Vladimir Putin y por el propio Chávez, quien mencionó como posibles integrantes a países de América Latina, entre ellos Cuba, excluida de participar en la OEA desde 1962, además de Rusia y alguno de los socios de Venezuela en la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Estados Unidos "reaccionó para evitar que el núcleo de apoyo internacional a la solución del problema se alejase, hacia el sur, de Washington y de México, su influyente aliado", comentó a IPS un diplomático latinoamericano en Caracas, quien pidió no ser identificado.
"Es indudable que presenciamos una prueba de fuerza entre Washington y Brasilia", comentó el especialista en política internacional Carlos Romero.
"Brasil deberá mostrar si favorece un grupo de un ámbito muy amplio, referido a la ONU como quisiera Chávez, o claramente occidental como es la tesis de Estados Unidos", añadió.
La canciller española Ana Palacio apoyó "formar un grupo de amigos en el que estarían Estados Unidos, España, probablemente Portugal y otros países europeos", y Amorim mencionó como posibles miembros a "países como Brasil, Chile y Colombia".
Existe consenso en apoyar a Gaviria, quien preside en Caracas una mesa de negociación entre el gobierno y la oposición, que ha buscado en vano desde hace dos meses una fórmula "pacífica, democrática, constitucional y electoral" para superar la crisis.
En esa mesa, el oficialismo insiste en que se respete la Constitución, que sólo permite un referendo revocatorio del mandato presidencial a partir de la mitad del periodo de gobierno, que se cumplirá a fines de este año.
La oposición plantea, en cambio, la renuncia de Chávez o una reforma constitucional que permita elecciones anticipadas en los próximos tres meses.
En la calle se suceden a diario manifestaciones de opositores y oficialistas con chispazos de violencia, y desde el 2 de diciembre una huelga contra Chávez ha paralizado grandes industrias y comercios, así como la estatal Petróleos de Venezuela.
Esa huelga hizo cesar la mayor parte de las exportaciones de crudo y causó por ese motivo pérdidas de unos 6.000 millones de dólares, o sea cerca de cinco por ciento del producto interno bruto.
Amorim dijo que "la idea es crear un grupo que sea efectivamente de apoyo al secretario general de la OEA, pero que al mismo tiempo ofrezca una perspectiva que hoy parece que no existe, o que no está clara, de una solución negociada, consensuada, con base en la Constitución, sin rupturas en Venezuela".
En abril de 2001, jefes militares desalojaron del poder a Chávez y lograron reemplazarlo durante 47 horas por el líder de la oposición empresarial, Pedro Carmona.
Según Romero, "lo que Washington quiere impulsar es una enmienda de la Constitución que recorte el período presidencial y permita organizar elecciones dentro de pocos meses", aunque el embajador estadounidense en Venezuela, Charles Shapiro, insistió en que "podemos esbozar soluciones, pero son las partes las que deben encontrarlas".
Timoteo Zambrano, representante opositor en la Mesa de Negociación, se opuso a que "países vecinos puedan integrar el grupo", y ese criterio excluiría a Brasil y Colombia.
El parlamentario oficialista Willian Lara objetó por su parte la presencia de España, con el argumento de que "no se puede convertir el grupo en un club de amigos de la oposición".
A los integrantes del grupo puede añadirse la secretaría general de las Naciones Unidas, cuyo titular Kofi Annan abogó este martes por "el respeto a la democracia y a los derechos humanos en Venezuela", antes de recibir a una delegación de la oposición venezolana.
Chávez viajará este jueves de Quito a Nueva York para reunirse con Annan, quien dijo que conversará con el presidente venezolano con la intención de "ver qué podemos aportar a la mediación para que se resuelva la crisis".