Luis Ernesto Derbez, hasta este viernes ministro de Economía de México, sustituyó al frente de la cancillería a Jorge Castañeda, un cambio que expertos entienden implicará un nuevo enfoque economicista de la política externa.
El funcionario elegido por el presidente Vicente Fox para reemplazar al renunciante Castañeda es un doctor en economía de 55 años, egresado de la universidad estatal estadounidense de Ohio, que trabajó 14 años en el Banco Mundial.
La designación de Derbez en la Secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores significa abrir una nueva etapa en la cual el "enfoque economicista" va a dominar la diplomacia mexicana, según el analista político Raimundo Riva Palacio.
Precisamente, Derbez explicó poco después de asumir el cargo que buscará apuntalar la política exterior con la promoción económica, comercial y cultural del país, en aras de un desarrollo sustentable y de largo plazo.
Fox también decidió este viernes nombrar como nuevo ministro de Economía a Fernando Canales Calirond, un próspero empresario de 56 años que en unos meses más finalizará su mandato de seis años como gobernador del septentrional estado de Nuevo León.
Castañeda declaró, al término de una breve ceremonia privada de traspaso del cargo de canciller, que su retiro del gabinete obedece a que se convirtieron en inalcanzables las metas centrales del ministerio que encabezaba.
Era imposible lograr en "esta etapa y en los términos en que fueron establecidos", algunos de los objetivos de la agenda de política exterior que se había fijado, señaló en una conferencia de prensa realizada en la sede del gobierno.
El ahora ex canciller se refirió en particular a los esfuerzos emprendidos para alcanzar un acuerdo migratorio con Estados Unidos.
"Más allá de los acontecimientos del 11 de septiembre" de 2001, cuando Nueva York y Washington fueron blanco de atentados, "asumo la responsabilidad" de que no se haya podido trazar un plan mexicano-estadounidenses sobre uno de los asuntos más complejos compartidos por ambas naciones.
Castañeda apuntó que "dejó la cartera, pero no la lucha" por la consolidación de la democracia en México".
A partir de ahora "trabajaré desde la trinchera de la sociedad civil", puntualizó, tras resaltar su "compromiso con el cambio", para lo cual utilizará el "análisis, la reflexión y la opinión".
Por su parte, Fox agradeció "el esmero, compromiso, lealtad y capacidad profesional" demostrados por Castañeda a lo largo de algo más de dos años de labor.
Resaltó, además, "la audacia, tenacidad y fuerza para defender los intereses de México en el extranjero" aplicados por Castañeda en favor del proceso de cambio democrático en el país.
Pero el cambio de ministros fue antecedido de fuertes críticas de la oposición, por entender que Fox tenía previsto demorar hasta el próximo lunes los anuncios en ese sentido.
El mandatario cedió el miércoles por la noche a la insistencia de la prensa para que confirmara los rumores que circulaban desde comienzos de semana sobre que Castañeda había presentado su renuncia al cargo.
Líderes políticos y analistas comenzaron a presionar a Fox para que tomara decisiones sobre los cambios en la cancillería y otras carteras, debido a las consecuencias negativas que implicaba mantener semiparalizadas las actividades en sectores clave del gobierno.
"Preocupa la irresponsabilidad del presidente de dejar en el limbo a buena parte del gobierno federal", había señalado Samuel Aguilar, diputado y secretario de la Comisión de Relaciones Internacionales del opositor Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México entre 1929 y 2000.
A su vez, portavoces del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, también de oposición, declararon estar preocupados porque "un jefe de Estado no puede dudar al momento de separar de su cargo a un funcionario, por importante que éste sea".
También se sumó a las críticas Julio Hernández López, columnista del diario La Jornada, quien indicó el jueves que, "de manera abierta, el presidente ha aceptado un papel secundario, reactivo, condicionado, ante la renuncia de un colaborador que ya no quiere estar con él".
"Como si hubiese sido tomado por sorpresa y sus movimientos políticos requirieran de largos días para coordinarse o sus decisiones tuvieran que ser tomadas en otros centros políticos, el titular del Poder Ejecutivo fue incapaz de fijar una posición firme" sobre el asunto, agregó.
También la prensa nacional dio cuenta de la amplia difusión de los cambios en el gobierno mexicano realizada por los medios de comunicación de Estados Unidos, en especial la reacción de Washington ante la renuncia de Castañeda.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, "siempre disfrutó de su relación con el secretario Castañeda", declaró el jueves el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Bush "desea todo lo mejor" a Castañeda y "espera que la relación entre Estados Unidos y México siga siendo de alta prioridad", añadió.
Hasta hace 16 meses, el mandatario estadounidense no había desaprovechado ocasión para señalar que su país no tenía una relación más importante en todo el mundo que la que lo vinculaba a México.
Como muestra de esas palabras, prometió acordar con Fox un plan tendiente a resolver la situación de millones de mexicanos indocumentados que residen en Estados Unidos.
Sin embargo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 trastocaron el orden de prioridades en la política exterior de Estados Unidos, convirtiendo en meta imposible la fijación de una fecha para la firma de un acuerdo bilateral migratorio antes de 2004, cuando finaliza el mandato de Fox.
En contraste con el fracaso en forjar un plan migratorio, Castañeda destacó que ahora México ofrece un nuevo rostro hacia el mundo y la voz del país es escuchada en el concierto internacional.
También mencionó que ésta es la primera administración que asume en el país dentro de un proceso de transición sin sobresaltos ni crisis económica.
