GIBRALTAR: Veinte detenidos en protesta por derrame petrolero

Seis ecologistas y 14 periodistas fueron detenidos este lunes en Gibraltar, en el marco de una protesta contra el vertido de petróleo en el mar convocada por Greenpeace Internacional, que acusa de complicidad en ello al gobierno de esa colonia británica.

La enérgica reclamación presentada por la cancillería de España ante la embajada británica en Madrid logró que fueran puestos en libertad todos los involucrados, luego de permanecer 10 horas apresados.

Los seis activistas de Greenpeace habían abordado este lunes desde su barco ”MV Esperanza” al buque ”Vemamagna”, un monocasco construido en 1978, de 87.290 toneladas de capacidad y de bandera de conveniencia maltesa.

El MV Esperanza fue seguido por los 14 periodistas de los españoles diarios El Mundo y El País, el canal estatal Televisión Española, el autonómico Canal Sur y los privados Antena3 y Tele5, quienes se movilizaron en dos lanchas con el propósito de fotografiar y filmar la acción del grupo de Greenpeace.

El barco Vemamagna está fondeado permanentemente en el puerto de Gibraltar y utilizado como depósito, en el que recibe productos petroleros traídos por otras embarcaciones para luego trasbordarlos a otras menores.

”La detención de periodistas debidamente documentados y que estaban cumpliendo su labor profesional a 100 por ciento es un hecho impresentable”, dijo a IPS Benito Castro, portavoz de Canal Sur, la televisión pública de Andalucía, una de las 17 comunidades autónomas que componen España.

Este país afronta desde mediados de noviembre una catástrofe ecológica derivada del hundimiento del petrolero Prestige, un buque monocasco de menor capacidad que el Vemamagna pues podía cargar sólo hasta 77.000 toneladas.

El Prestige se averió cerca de las costas noroccidentales españolas, derramó 20 toneladas de fuel y luego fue remolcado a 160 kilómetros del lugar del accidente para hundirse el 19 de noviembre y quedar a 3.000 metros de profundidad, de donde sigue saliendo su carga contaminante.

Los buques petroleros, ante el peligro de averías y hundimientos, comenzaron a construirse hace dos décadas de doble casco, lo que permite una mayor seguridad.

Estados Unidos, por ejemplo, prohibió el ingreso a sus aguas jurisdiccionales de buques monocasco, a diferencia de Europa que hasta la tragedia del Prestige lo seguía permitiendo.

España, después del accidente ecológico originado por el hundimiento de ese buque, también prohibió el ingreso a sus aguas de los monocascos e impulsó en la Unión Europea (UE) una medida similar.

El Consejo de Ministros de Transporte de la UE acordó el 6 de diciembre que el petróleo pesado no podrá transportarse en buques de las características del Presitge.

En función de esa resolución, los gobiernos de los 15 países que integran la UE se comprometieron a adoptar ”acuerdos administrativos” para impedir que los buques monocascos recalen en sus puertos, terminales o zonas de fondeo.

En consecuencia, la entrada en vigor del acuerdo depende de que se apruebe un reglamento europeo vinculante y, mientras, de las decisiones nacionales.

España, Francia, Portugal e Italia ya tomaron medidas al respecto, pero el resto de la UE todavía no.

Gran Bretaña se abstuvo de hacerlo y el viernes un portavoz de su gobierno declaró expresamente el apoyo a la posición de Gibraltar, que no sólo recibe ese tipo de embarcaciones sino que tiene a una fondeada permanentemente en su puerto.

Gibraltar, un territorio ubicado al norte del estrecho del mismo nombre que une el océano Atlántico con el Mar Mediterráneo, fue ocupado militarmente en 1704 por Gran Bretaña, que lo convirtió en su colonia en 1830.

España reclama soberanía sobre ese territorio desde 1940 y en la actualidad es objeto de conversaciones entre los dos países.

El gobierno de Gibraltar anunció el miércoles 17 que no impedirá la entrada de petroleros monocasco en su puerto hasta que no lo prohiba la Unión Europea como tal.

La comisaria (ministra) de Transportes y Energía de la UE, la española Loyola de Palacio, aseguró ese mismo día que no entraría en polémica con ”administraciones territoriales de Gran Bretaña”.

En tanto, el ex director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y actual presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, dijo a IPS que ”hoy, además de paraísos fiscales y del narcotráfico, hay otros (paraísos) que hacen posible que naveguen verdaderas bombas ambientales”.

Por eso, Greenpeace se dirigió al jefe del gobierno gibraltareño, Peter Caruana, pidiéndole que abandone su complicidad con la industria petrolera y apoye un nuevo régimen legal de responsabilidad ilimitada para esta industria.

Ese nuevo régimen, ”única vía para evitar la repetición de catástrofes medioambientales y económicas como la del Prestige, debe incluir la prohibición de los monocascos”, precisió la organización no gubernamental ecologista.

”La connivencia del gobierno de Gibraltar con la industria del petróleo supone un serio obstáculo para evitar nuevos desastres”, declaró a IPS Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España, quien se encuentra a bordo del MV Esperanza.

López de Uralde añadió que esa actitud es un claro ejemplo de cómo las autoridades gibraltareñas protegen siempre los intereses de las empresas petroleras y su suculento negocio, aunque ello suponga poner en riesgo el ambiente marino.

El activista concluyó precisando que Gibraltar sólo inspeccionó seis petroleros en los últimos tres años, según datos de la Unión Europea. (

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