ECONOMIA: Guerra en Iraq provocaría grave crisis mundial

Un conflicto militar en Medio Oriente causaría una grave crisis económica y humanitaria en esa atribulada región y en todo el mundo, advirtieron altos funcionarios y expertos en economía de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

”El impacto económico mundial de una acción militar en Asia occidental (Medio Oriente) se debería principalmente a sus efectos sobre la oferta y los precios del petróleo, sobre la confianza de los consumidores y empresarios y sobre las políticas macroeconómicas”, dice un nuevo informe de la ONU.

El informe de 61 páginas, titulado ”Situación y perspectivas económicas mundiales 2003”, presenta una lista de consecuencias negativas de una muy probable guerra en Iraq, que incluye muertes, crisis humanitarias, destrucción de infraestructura y trastorno general de todos los países involucrados.

”Una nueva guerra crearía destrucción y caos en la región, tanto para el capital humano como físico”, advirtió Ian Kinniburgh, director de la división de análisis sobre políticas de desarrollo de la ONU, ante la inminencia de un ataque militar encabezado por Estados Unidos contra Bagdad.

Esa destrucción repercutiría de forma negativa en la economía mundial, que experimentó una lenta e inestable recuperación el año pasado, agregó Kinniburgh.

La magnitud de los efectos del conflicto estaría directamente relacionada con su intensidad y duración, dice el informe de la ONU.

”Un aumento temporal en el precio del petróleo afectaría adversamente a los países en desarrollo importadores de petróleo, pero normalmente tendría sólo un impacto limitado en la economía mundial en su conjunto”, sostiene el estudio.

En cambio, una ”conmoción petrolera”, es decir un aumento marcado del precio que se sostenga por seis meses o más, tendría un efecto recesivo en todo el mundo, advierte.

”Los países exportadores de petróleo podrían beneficiarse inicialmente del aumento, pero la experiencia indica que esos beneficios son de corto plazo e incluso se contrarrestan por el consiguiente enlentecimiento de la economía mundial”, señala el informe.

El precio mundial del barril de crudo se situó entre 28 y 30 dólares en los últimos 12 meses.

Un aumento de 10 dólares por barril, si se sostiene por más de seis meses, ”reduciría el crecimiento económico mundial en medio punto porcentual”, previno Kinniburgh.

Sheik Zaki al-Yamani, ex presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), declaró el mes pasado que una guerra en Medio Oriente podría elevar el precio del crudo por encima de 100 dólares el barril.

Como la vigorosa recuperación que se anticipaba en la economía mundial en el segundo semestre del año pasado no ocurrió, el crecimiento previsto para 2003 se redujo de 3,8 a 2,8 por ciento.

Según el informe de la ONU, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos pasará de 2,5 por ciento en 2002 a tres por ciento en 2003, el de Japón (la segunda economía mundial), de medio punto negativo a uno por ciento, y el de la Unión Europea, de 0,8 a 1,8 por ciento.

La acción militar no sólo perjudicaría a los países en la zona del conflicto sino que también tendría ”un impacto negativo sustancial” sobre la actividad económica en otros países de Medio Oriente.

Ese impacto se produciría a través de la reducción del comercio, los flujos de capital y las remesas de los trabajadores, la caída del turismo y el efecto en la confianza de los consumidores y las empresas internacionales.

Durante la guerra del Golfo, una repatriación masiva de trabajadores que habían emigrado a Medio Oriente causó un daño irreparable a las economías de varios países en desarrollo de Asia, como India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka y Filipinas, y también de Egipto, Jordania y Yemen.

Según la Organización Internacional de Migración, con sede en Ginebra, cerca de 10 millones de trabajadores trabajan actualmente en Medio Oriente, la mayoría de ellos procedentes de India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Egipto, Filipinas e Indonesia.

Esos inmigrantes trabajan principalmente en Arabia Saudita, Bahrain, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Omán.

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, las remesas totales de los trabajadores egipcios sumaron 3.800 millones de dólares en 2000, principalmente de Medio Oriente, y las de los indios representaron el mismo año 11.600 millones de dólares.

Bangladesh recibió el año pasado cerca de 2.000 millones de dólares de remesas de Medio Oriente, lo que convierte a ese concepto en la segunda nacional de divisas después de las exportaciones de vestimenta. (

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