DERECHOS HUMANOS-CHINA: Pena capital amenazada de muerte

En China, el país en donde se ejecuta a más personas en el mundo, surgió por primera vez un debate público sobre la pena de muerte, cuya abolición exigen cada vez más juristas.

Expertos chinos han debatido las ventajas y desventajas de la pena capital por más de 200 años, pero ahora por primera vez se inició un debate público sobre cómo limitarla para luego impulsar su desaparición gradual.

”La limitación de las sentencias de muerte y su abolición gradual es la postura más apoyada por los expertos de China en estos días”, señaló el periódico Southern Weekend.

El periódico informó sobre los primeros resultados de una conferencia realizada en diciembre en la meridional ciudad de Xiangtan.

La conferencia sobre la pena de muerte reunió a más de 30 expertos legales de China y el extrajero en lo que se consideró la primera discusión abierta sobre el asunto. Sin embargo, en el reunión no se divulgaron estadísticas sobre las últimas ejecuciones, como se esperaba.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, documentó más de 29.500 sentencias de muerte y 19.000 ejecuciones en China entre 1990 y 2000, aunque se calcula que estas cifras están muy por debajo de las reales.

Documentos del gobernante Partido Comunista divulgados en el libro ”Los nuevos gobernantes de China”, de Andree J. Nathan y Bruce Gilley, señalan que entre 1998 y 2001 fueron ejecutadas 60.000 personas.

Esto da un promedio anual de 15.000 muertos anuales y hace de China el país en que se llevan a cabo 97 por ciento de las ejecuciones de todo el mundo.

La prensa china no informa sobre la cantidad de ejecuciones. Sin embargo, sí señaló que los crímenes castigados con la pena máxima aumentaron de 32 a 73, entre ellos 28 delitos económicos, desde que el gobierno lanzó en 1983 una fuerte campaña contra la delincuencia.

Pero hasta 1997, una persona acusada de robar 3.600 dólares podía ser condenada a muerte en cuestión de semanas, pero ahora sólo si se embolsa al menos 480.000 dólares.

Los partidiarios de la pena de muerte arguyen que el castigo tiene carácter disuasivo y evita la reincidencia.

La pena capital ”es mucho más barata que llevar a alguien a la cárcel. Sólo se necesita un disparo o una inyección, en tanto que las sentencias a prisión agotan las arcas del Estado”, afirmó un experto legal citado por el Southern Weekend.

Pero los abolicionistas subrayan que las ex colonias Hong Kong (devuelta por Gran Bretaña en 1997) y Macao (devuelta por Portugal en 1999) ya no aplican la pena de muerte.

De los países industrializados, sólo Estados Unidos y Japón utilizan la pena capital.

Los opositores a la pena de muerte ganaron fuerza desde que China firmó la Convención Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Derechos Civiles y Políticos, en 1998. Estos consideran que la abolición de la pena capital es una forma de proteger el derecho a la vida.

Activistas defensores de los derechos humanos señalan que las condenas a muerte aumentaron de forma notoria desde que el gobierno lanzó su campaña contra el crimen de 1983, diseñada por el fallecido líder Den Xiapoing.

La campaña fue fortelcida en 1996 por el presidente Jiang Zemin, que la concentró en la lucha contra la corrupción.

La campaña obliga a las instituciones legales del país a acelerar los procedimientos legales para así cumplir con cuotas de delitos resueltos preestablecidas.

La forma de ejecución más común es el disparo en la nuca.

Muchos expertos legales sostienen que China debe adaptar sus normas al resto del mundo.

”China se prepara para ratificar la convención de la ONU y en el futuro las prácticas legales de nuestro país deberán acercarse a las que demanda ese tratado”, dijo el jurista Chen Zhonglin, profesor de la Universidad Xian de Política y Leyes.

”La pena de muerte no es la panacea para el crimen. Muchos han sido ejecutados durante la campaña, pero la criminalidad y la corrupción crecen”, dijo el abogado Yi Yunglong, contrario a la pena de muerte.

Sin embargo, todos los abolicionistas coinciden en que pasará mucho tiempo antes de que las autoridades de China dejen de ver la pena capital como un método disuasivo.

Muchos afirman que el principal obstáculo para la abolición no es el gobierno, sino la opinión pública, y por ello proponen una urgente campaña nacional para informar a la población.

Hu Yungten, del Departamento de Investigaciones del Tribunal Supremo de China, dijo que se necesitarán unos 100 años para que se logre la abolición de la pena capital.

Pero el profesor de leyes Ma Chengshou, de la Universidad de Xiangtan, sostuvo que la pena de muerte será abolida dentro de unos 20 años, cuando la clase media china alcance una mayor prosperidad. (

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