La Organización Mundial del Comercio (OMC) reanudó su debate sobre el acceso a medicamentos baratos en países pobres, tras incumplir su propia decisión de terminarlo el año pasado.
Estados Unidos sólo ha aceptado habilitar facilidades de acceso a fármacos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria, la tuberculosis y algunas otras enfermedades graves y contagiosas.
En cambio, la mayoría de los otros 143 estados miembros, y en especial los africanos, han insistido en que debe respetarse el espíritu de la declaración sobre comercio y salud pública aprobada en Doha en noviembre de 2001 por la IV Conferencia Ministerial de la OMC, que no fijó límites en la materia.
La Conferencia de Doha previó un acuerdo en 2002 para que países pobres incapaces de fabricar fármacos puedieran importar medicamentos genéricos de otras naciones en desarrollo, cuando afronten crisis sanitarias, aunque reconoció que quienes patentaron esos medicamentos tienen derecho a ciertas regalías.
Los medicamentos genéricos, identificados por el nombre de su principio activo, son mucho más baratos que sus equivalentes con marca registrada, y las grandes compañías farmacéuticas sostienen que producirlos es un acto de piratería en su perjuicio.
El Consejo General de la OMC se reunirá el 10 y el 11 de febrero para considerar el asunto, y el Consejo sobre Aspectos de la Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus siglas en inglés) le presentará un informe.
El martes, en un encuentro informal del Consejo sobre TRIPS, el representante de la Unión Europea (UE), Carlo Trojan, presentó una propuesta respaldada por ese bloque para acercar las posiciones de Estados Unidos y de gran parte de los países en desarrollo.
Esa propuesta permitiría importar génericos por lo menos contra el sida, la malaria, la tuberculosis, la fiebre amarilla, la peste bubónica, el cólera, el dengue, la gripe, el sarampión, la fiebre tifoidea, la tripanosomiasis africana, el tifus, la fiebre hemorrágica y las infecciones por meningococos, leishmanias, shigellas y arbovirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha opuesto al acotamiento de las enfermedades que pueden considerarse causantes de crisis nacionales, y esa posición es compartida por el próximo director general de esa agencia, Jong Wook Lee, quien asumirá ese cargo en julio.
La UE propuso que la OMS quede encargada de asesorar a los integrantes de la OMC sobre la pertinencia de importaciones de genéricos en nombre de crisis sanitarias, pero altos funcionarios de la agencia sanitaria no parecen dispuestos a que se les traslade el problema.
Además, el comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, nunca pidió la opinión de la OMS sobre el asunto, y si lo hubiera hecho, sabría que es diametralmente opuesta a la suya, dijo el director del programa mundial de medicamentos de la OMS, Germán Velázquez, en declaraciones publicadas el 10 de este mes por el diario francés Libération .
No corresponde a la OMS definir una lista limitante. Las autoridades de cada país están en mejor posición para identificar las prioridades de salud pública (…), y en Dogha se acordó darles la oportunidad de decidir por sí mismas, enfatizó.
Aprobar la lista de la UE, o sugerir que incluya otras enfermedades, sería entrar en la lógica de la limitación mediante una lista para todo el mundo, pero el problema es distinto y mucho más complejo, porque hay enfermedades propias de cada continente, explicó Velázquez.
En realidad, la UE apoya la propuesta de Estados Unidos, y apela a la OMS para que dore la píldora, opinó.
Estados Unidos y el grupo de países africanos de la OMC no han expresado sus opiniones sobre la propuesta de la UE, pero una lista similar fue manejada durante negociaciones sobre el asunto en diciembre, y rechazada por la mayoría de las naciones en desarrollo.
En la reunión informal del martes, Brasil y China adelantaron que no aceptarán ninguna limitación, y Kenia compartió ese punto de vista, con la aclaración de que no involucraba a otros países africanos..
Las grandes firmas farmacéuticas han alegado que es preciso evitar abusos por parte de países en desarrollo, que podrían invocar la Declaración de Doha para habilitar, por ejemplo, el uso de versiones genéricas de Viagra, marca comercial de un medicamento contra algunas formas de impotencia masculina.
Diplomáticos del mundo en desarrollo han replicado que sus gobiernos actuarán en forma responsable, y tendrán muy en cuenta las posibles consecuencias de sus decisiones. (


