AMBIENTE: En marcha la ”revolución imposible”

La creciente preocupación por el ambiente y el bienestar humano es un buen augurio para nuestro planeta, pese a sus graves problemas, afirmó la organización conservacionista estadounidense WorldWatch Institute.

Gobiernos y comunidades locales, activistas ambientales, la sociedad civil y algunas empresas desarrollan soluciones a grandes problemas ambientales y comienzan a poner la Tierra en un camino más sostenible, sostuvo WorldWatch en su vigésimo informe anual sobre ”El estado del mundo”.

”La llamada 'revolución imposible' está ocurriendo”, aseguró el presidente de WorldWatch, Christopher Flavir.

”La cuestión es si tenemos la voluntad política necesaria para extender esos esfuerzos a escala mundial”, dado que el progreso global en los últimos años ha sido, en el mejor de los casos, decepcionante, añadió.

La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en agosto y septiembre de 2002 en Johannesburgo, fue particularmente improductiva debido a intereses opuestos entre el Sur en desarrollo y el Norte industrial.

El informe describe a esa cumbre como ”algo entre un modesto paso al costado y un pequeño paso hacia atrás”, pero destaca su aspecto positivo: la participación de más de 8.000 organizaciones no gubernamentales, en su mayoría de países pobres, y cientos de líderes sindicales y empresariales.

WorldWatch consideró esa presencia una señal del crecimiento de redes que pueden ocuparse mejor que los gobiernos de ciertos desafíos mundiales.

El nuevo informe, publicado el jueves, no intenta disimular los grandes problemas que enfrenta el planeta, muchos de los cuales se agravaron en los últimos años debido a la falta de cooperación de las industrias y algunos gobiernos.

Uno de los problemas más graves es la emisión masiva de gases de invernadero a la atmósfera, que altera el clima mundial con consecuencias catastróficas.

Además, 5.500 niños y niñas mueren cada día de enfermedades causadas por la contaminación del agua, el aire y los alimentos, mientras la malaria mata a 7.000 personas por día, afectando las perspectivas de desarrollo humano aun más que la epidemia de sida.

Mientras, las aves se extinguen a un ritmo 50 veces superior al natural debido a la pérdida de hábitat y otras consecuencias de actividades humanas.

Pese a estos datos desalentadores, el informe destaca hechos positivos que demuestran la capacidad de los seres humanos para cambiar las cosas cuando desean hacerlo.

”La cuestión es dónde concentran las sociedades sus esfuerzos creativos”, señaló Flavin.

”Si podemos construir naves espaciales que funcionan con células de combustible limpio, también podemos construir automóviles con ese tipo de energía… Y si podemos proteger a los turistas de la malaria, también podemos proteger a las personas que viven todos los días con esa amenaza”, observó.

WorldWatch citó varios avances en diversos sectores que merecen más atención, entre ellos el aumento de más de 30 por ciento anual del uso de fuentes renovables de energía en los últimos cinco años en Alemania, Japón y España gracias a ”la demanda pública, la inversión privada y el cambio de políticas”.

El informe también destacó el ”tremendo progreso” logrado por leyes de reciclaje, en particular en Europa y Asia. Holanda, por ejemplo, alcanzó un índice de reciclaje de automóviles de 86 por ciento, mientras Dinamarca sustituyó las latas de aluminio por los envases de vidrio, que son reutilizables.

En el área de la agricultura, los cultivos orgánicos crecieron notablemente, en particular en Europa, donde se multiplicaron por 15 desde 1990.

En materia de salud, la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio redujo los casos de poliomielitis de unos 350.000 en 1988 a 480 en 2001, mientras los programas de erradicación del mosquito de la malaria disminuyeron el uso de DDT y otras sustancias peligrosas en muchas comunidades.

En cuanto al transporte, el progreso de nuevas tecnologías comercialmente viables como los motores híbridos (eléctricos y diesel) y el combustible de hidrógeno fue más rápido de lo esperado.

Los programas de ”autos compartidos” para aumentar el uso del transporte colectivo incorporaron a 125.000 familias en Europa y Estados Unidos, y las jornadas ”libres de automóviles” se convirtieron en una práctica común en ciudades de 14 países.

California desafió al gobierno de Estados Unidos al imponer los primeros límites obligatorios del mundo a la emisión de gases de invernadero de los automóviles.

Mientras, en barrios urbanos de todo el mundo, los microcréditos y los programas de reciclaje y elaboración de abono han transformado la vida de millones de pobres, además de proveer mejores servicios comunitarios.

Este tipo de innovaciones ofrecen los elementos esenciales para practicar el desarrollo sostenible en todo el mundo, concluyó Gary Gardner, director de investigaciones de WorldWatch. (

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