La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado a la comunidad internacional para obtener 80.000 toneladas de alimentos destinados a Corea del Norte, donde casi tres millones de personas padecen hambre.
”Esto sólo es para el primer cuarto del año”, dijo a IPS Charles Vincent, del Programa Mundial de Alimentos (PMA), una agencia de la ONU que actualmente tiene solo 35.000 toneladas de alimentos en sus reservas.
La agencia advirtió que no podrá reanudar la distribución de alimentos en Corea del Norte, iniciada el año pasado, si no hay ”nuevas y rápidas contribuciones” de otros países.
La ONU lanzó su llamado en momentos que los dos principales donantes, Estados Unidos y Japón, suspendieron sus envíos a Corea del Norte luego de que el gobierno de ese país admitiera que ha mantenido un programa de desarrollo nuclear, en contravención de un acuerdo firmado con Washington en 1994.
”Washington sigue diciendo que no usa la ayuda alimentaria como arma política, pero pone requisitos que superan lo usual, creando un clima diplomático que impide discusiones fructíferas. Esto es negar la ayuda alimentaria”, dijo a IPS Karin Lee, del independiente Proyecto de Políticas Educativas en Asia Oriental.
”Si Estados Unidos quiere de verdad garantizar que la población más vulnerable de Corea del Norte reciba comida, debe separar lo humanitario de lo político y ofrecer un diálogo incondicional sobre cómo reanudar la ayuda cuanto antes”, afirmó Lee.
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Estados Unidos acusó al PMA de no controlar con eficacia la distribución de alimentos y asegura que el gobierno de Corea del Norte concentró la asistencia en sus Fuerzas Armadas, que suman casi un millón de efectivos. El régimen de Kim Jong Il lo niega.
No obstante, Vincent dijo que Estados Unidos, el principal contribuyente al PMA, está considerando seriamente la posibilidad de efectuar una nueva donación y que la demora sería sólo burocrática.
Vincent advirtió, además, que el PMA no se involucrará en problemas políticos bilaterales entre Estados Unidos y Corea del Norte. No hay evidencias de que los alimentos enviados a ese país hayan terminado bajo el control de las Fuerzas Armadas, señaló.
”Confiamos en que los alimentos han llegado a las personas que lo necesitan”, aseguró el lunes un alto funcionario del PMA al diario estadounidense The New York Times.
El informante de The New York Times también dijo que la suspensión de la asistencia alimentaria estadounidense y japonesa, así como los ”graves atrasos” en la ayuda de Corea del Sur, harán que la agencia de la ONU no cumpla gran parte de sus objetivos de distribución.
”Estamos muy preocupados por eso. Entendemos que hay muchas consideraciones políticas, pero se trata de una población que está sufriendo, y las mujeres y los niños son los más vulnerables”, añadió el portavoz.
Corea del Norte necesitaría este año unas 512.000 toneladas de alimentos, 100.000 menos que el año pasado. Casi 96 por ciento de las necesidades fueron cubiertas en 2002, 30 por ciento de ellas gracias a Estados Unidos.
Japón, otro importante contribuyente del PMA, no envió alimentos a Corea del Norte el año pasado.
La Oficina General de Contabilidad del Congreso legislativo de Estados Unidos, órgano fiscalizador de la actividad del Estado, señaló en su informe de octubre de 1999 que el PMA no había sido capaz de verificar que los alimentos donados por Washington llegaran a los afectados.
”La política de Estados Unidos es ésta: no más asistencia alimentaria a Corea del Norte si no se puede controlar de manera adecuada”, subrayó la Oficina.
El estudio también señala que 90 por ciento de las instituciones norcoreanas receptoras de ayuda, entre ellas orfanatos, escuelas y hospitales, no fueron visitadas ni controladas por el PMA.
La escasez de alimentos en Corea del Norte se originó por desastres naturales – – dos inundaciones seguidas por una sequía y un tifón desde 1997 – – y se agravó por la crisis económica.
El gobierno norcoreano se vio forzado a buscar asistencia internacional para cubrir las urgentes carencias sociales que sufre gran parte de sus 22 millones de habitantes.
Estados Unidos propuso a la ONU imponer sanciones económicas a Corea del Norte por su decisión de reanudar el programa nuclear y por haber expulsado la semana pasada a dos inspectores de desarme de la multilateral Agencia Internacional de Energía Atómica.
El acceso a alimentos es un ”derecho humano básico” tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
”Las leyes humanitarias limitan el derecho de las partes en un conflicto a elegir los métodos de combate para así, entre otras cosas, asegurar que la población civil no pierda el acceso a los alimentos”, señaló la organización.
”Por lo tanto, un país no puede atacar, destruir o llevarse elementos indispensables para la supervivencia de la población civil, como los productos alimenticios, los cultivos o el agua potable, ni hacerlos objetivos de represalias”, añadió la FAO.