Largas filas de automóviles ante las pocas gasolineras aún abiertas en Venezuela marcaron este lunes el inicio de la segunda semana de huelga general contra la permanencia en el poder del presidente Hugo Chávez.
La banca se sumó este lunes al cese de actividades, que ya afecta a casi todo el sector petrolero, la industria manufacturera, la construcción, la educación, la salud, y las grandes tiendas comerciales y, en menor medida, al transporte, el comercio minorista, los restaurantes y las principales oficinas públicas.
La huelga se inició el lunes pasado, convocada por la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la confederación de cámaras empresariales Fedecámaras.
El fantasma al desabastecimiento se apoderó de los consumidores, que formaron filas para aprovisionarse en supermercados y farmacias, abiertos sólo unas pocas horas al día, mientras gobierno y opositores instaban a sus seguidores a mantenerse alerta y efectuar manifestaciones en plazas y calles.
En las principales ciudades del país gravita el temor a nuevos hechos de violencia, luego que el viernes hombres armados mataron a tres personas e hirieron a otras 20 en la caraqueña plaza Francia de Altamira, una zona residencial donde grupos de civiles mantienen una vigilia en apoyo a militares contrarios a Chávez.
El gobierno ordenó a las Fuerzas Armada la custodia de las gasolineras, mientras patrullas militares requisaron en varias regiones camiones que transportaban combustible a algunas estaciones de servicio.
La empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), pierde 35 millones de dólares diarios por el cese casi total de sus exportaciones a Estados Unidos, de 1,5 millones de barriles por día, sostuvo el ex vicepresidente de la compañía, Jorge Kamkoff.
La situación internacional de abastecimiento y los precios han resistido el cese del suministro del crudo venezolano porque hay mucho petróleo en el sistema, una sobreoferta, y los precios ya estaban altos, estimó Luis Giusti, ex presidente de Pdvsa.
En diálogo con corresponsales extranjeros, Chávez dijo el sábado que me preocupa más, y ahí centramos nuestros esfuerzos, el abastecimiento petrolero interno.
Entretanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, intenta reunir a los representantes del gobierno y de la oposición en la mesa de negociación, conformada hace un mes para buscar una salida a la crisis política, pero paralizada desde el inicio de la huelga.
Estados Unidos hizo este lunes un nuevo llamado al entendimiento entre las partes. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aseveró que Washington reitera su apoyo total a los esfuerzos del secretario general de la OEA para llegar a una solución pacífica, democrática, constitucional y electoral en la crisis de Venezuela.
Exhortamos a todas las partes a actuar con responsabilidad, para continuar apoyando el proceso de diálogo, y rechazar la violencia, agregó Fleischer.
Yo aconsejaría negociar con buena voluntad, intentar llegar a algún acuerdo con la oposición y considerar si en el marco de la Constitución el pueblo venezolano puede decidir si el presidente Chávez debería poner fin a su mandato, recomendó desde Oslo el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, en vísperas de recibir el premio Nobel de la Paz.
El Centro Carter, la OEA y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo patrocinan la mesa de negociación, coordinada por Gaviria, en la que participan delegados gubernamentales y de la opositora Coordinadora Democrática, conformada por 34 partidos políticos.
Timoteo Zambrano, uno de los seis representantes de la oposición, aseguró que la OEA se apresta a convocar a su Consejo Permanente para tratar la crisis venezolana, y pidió a Gaviria que gestione una autorización para que la Coordinadora Democrática sea escuchada en esa sesión.
Además de la Coordinadora, la CTV y Fedecámaras, la coalición contraria a Chávez incluye a decenas de oficiales sin mando de tropas, algunos ya retirados, que se mantienen desde octubre en desobediencia legítima al gobierno, en la plaza de Altamira.
El también delegado opositor Manuel Cova sostuvo que el tiempo se agotó para el gobierno. Se impone que la mesa presente ya la salida electoral, o que el presidente renuncie y entienda que fracasó su proyecto político.
Mientras, Chávez reiteró que no renunciaba y recomendó a la oposición a aguardar hasta agosto de 2003 cuando, según la Constitución vigente, podrá ponerse en marcha un referendo revocatorio de su mandato previsto hasta 2006.
Algunos diputados hasta ahora aliados del gobierno, y que podrían inclinar la balanza del parlamento a favor de la oposición, propondrán este martes el análisis de una reforma constitucional para habilitar elecciones generales anticipadas. (FIN/IPS/hm/dcl/ip/02