TRABAJO-ASIA: Seguridad social, una cuenta pendiente

Los gobiernos de Asia tienen que adoptar cuanto antes programas eficaces para proteger a los trabajadores ante la creciente caída del empleo por la contracción económica, coincidieron analistas este martes en la capital tailandesa.

Estas iniciativas son además necesarias para el futuro del continente, cada vez más vulnerable a los efectos de la globalización, indicaron expertos de 12 países que participaron de un seminario de dos días en Bangkok sobre seguridad social.

El encuentro que terminó este martes fue organizado por la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (Escap).

”Los gobiernos deben concentrarse en buscar qué políticas y qué sistemas de protección social pueden funcionar para ellos. No hay otra solución”, afirmó Linda Low, profesora adjunta de la Escuela de Negocios de la Universidad Nacional de Singapur.

Por su parte, el jefe de la división de investigación sobre desarrollo y análisis político de la Escap, Raj Kumar, dijo que Asia debe encarar el problema desde la perspectiva de los derechos del trabajador, como hacen los países occidentales.

”En Occidente, hay una red universalmente aceptada y las personas saben qué derechos tienen. Esto no ocurre en Asia, y la crisis financiera de 1997 dejó esto en evidencia”, explicó Kumar.

En Tailandia, por ejemplo, donde comenzó el contagio financiero que luego se propagó a los demás países del sudeste asiático, los sistemas del gobierno no ofrecen la adecuada seguridad social a los que perdieron su trabajo, señaló el experto en políticas de desarrollo Juree Vichit Vadakan.

”Un gran número de personas encuestadas luego de la crisis de 1997 afirmaron que recurrieron a la ayuda de sus familias y de su comunidad durante la crisis”, indicó Juree, director del Centro para la Filantropía y la Sociedad Civil del Instituto Nacional de Administración para el Desarrollo, de Bangkok.

Es una realidad que la familia y la comunidad forman una red informal de seguridad social en los países del sudeste asiático, y esto es uno de los siete aspectos que debe tomar en cuenta un gobierno a la hora de elaborar un sistema de protección para el trabajador, concluyó un estudio divulgado en la reunión.

El Estado es el que debe ser el principal ”proveedor de la protección social”, lo que requiere ”la creación de una red de seguridad completa, que no obstante podría contar con la participación de las comunidades locales”, señala el trabajo.

Asimismo, una red de protección social en Asia debería reconocer la necesidad de programas especiales para el sector rural y para los trabajadores informales, recomienda el estudio de 136 páginas, titulado ”Protegiendo a los grupos marginados durante la crisis económica”.

El trabajo también subraya la importancia del seguro de desempleo, así como del esfuerzo conjunto del gobierno, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales.

Hasta ahora, sólo los países de la región Asia-Pacífico han puesto en práctica unas pocas iniciativas para afrontar el impacto de la situación económica, señaló el director de la división Asia- Pacífico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Ian Chambers.

Corea del Sur lideró el camino, con sus sistemas de seguro de desempleo y sus programas de capacitación, que fueron de gran beneficio para los ciudadanos que quedaron fuera del mercado laboral debido a la contracción económica.

Pero Tailandia, por ejemplo, todavía no puso en práctica ninguno de estos programas, a pesar de que sí adoptó un sistema universal de atención médica, por el cual los ciudadanos pueden recibir asistencia con sólo pagar una orden de 70 centavos de dólar.

”Malasia, un país que sufrió la crisis de 1997 de una manera muy especial, está llevando adelante importantes programas de seguridad social”, destacó Chambers.

La crisis financiera de 1997 afectó particularmente a las economías de Corea del Sur, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Malasia, Singapur y Taliandia, que cayeron en promedio 13 por ciento ese año.

Las mujeres trabajadoras en países como Corea del Sur, Indonesia y Tailandia fueron las más afectadas por la crisis, pues carecían de seguridad social y, si eran contratadas, conseguían sólo un trabajo de tiempo parcial, según la OIT.

Ahora, mientras los países del sudeste asiático luchan por alcanzar los niveles económicos que tenían antes de 1997, todo el continente se esfuerza por controlar la creciente desocupación de los jóvenes.

Asia-Pacífico es la región que concentra a más de la mitad de los jóvenes sin empleo de todo el continente, de acuerdo con un estudio de la Escap divulgado este año.

En Sri Lanka, 29 por ciento de los jóvenes en edad de trabajar no tienen empleo, en Filipinas 25 por ciento, en Corea del Sur 15 por ciento y en Japón casi 10 por ciento.

Los expertos reunidos en Bangkok coincidieron en que Asia afronta una ”época de riesgos”, y advirtieron que cuanto más acepte la globalización, más pronunciada será la crisis económica. (FIN/IPS/tra-en/mmm/ral/rp/mlm/lb/02

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