Proyecciones de expertos sobre el impacto del VIH y el sida en la economía de China indujeron al gobierno a adoptar medidas contra la epidemia, luego de años de negar su gravedad.
Las autoridades chinas anunciaron este mes el envío de un millón de estudiantes a áreas rurales para desarrollar una campaña de alerta a los agricultores sobre la amenaza del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida).
Además, 1.000 canales estatales de televisión comenzaron a emitir una serie de documentales sobre el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), en especial sobre los métodos para evitarlo. Estos programas alcanzarán a la mitad de los 1.300 millones de habitantes del país.
Por otra parte, el gobierno anunció que permitirá la publicidad de condones, hoy prohibida como la de cualquier producto para usar durante las relaciones sexuales. Sin embargo, existen pocas máquinas expendedoras en este país, donde el año pasado se produjeron 2.400 millones de preservativos.
Las autoridades admitieron que la cantidad de portadores de VIH aumentó de 600.000 el año pasado a un millón en la actualidad, de los cuales más de 200.000 personas ya pasaron a la etapa de sida.
La lucha contra el VIH y el sida ha ido más allá de los hospitales y clínicas. Ahora es un asunto social delicado que requiere un esfuerzo conjunto de todos los sectores de la sociedad, indicó el diario en inglés China Daily.
Estos anuncios suponen un cambio de actitud hacia el sida en el país más poblado del mundo. Durante años, las autoridades chinas habían desacreditado los informes sobre el riesgo de una epidemia, a la que consideraban tabú.
Activistas de la salud que manifestaban su preocupación por el sida sufrían detenciones con frecuencia, y las noticias sobre el avance de la enfermedad eran censuradas en los medios de comunicación oficiales.
El gobierno consideró erróneo un informe divulgado en junio por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según el cual el país estaba al borde de una epidemia de sida explosiva y las autoridades no estaban haciendo lo suficiente para impedirlo.
Según el estudio, 10 millones de personas serán portadoras de VIH para 2010 si el gobierno no toma medidas de inmediato.
Detrás del radical viraje de una política de negligencia a otra de responsabilidad está el temor a que la falta de control sobre la propagación del sida repercuta en la economía y deje sin efecto los avances logrados por este país en los últimos años.
Los últimos estudios sobre el sida en China se concentran en los perjuicios económicos que ocasiona de la enfermedad. Una epidemia sacudiría los pronósticos favorables sobre el desarrollo del país, advirtieron expertos nacionales y extranjeros.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) advirtió el 26 de noviembre que varios países de Asia y el Pacífico, incluidos China, Indonesia y Papúa-Nueva Guinea, podrían afrontar un enorme crecimiento de la epidemia.
En Asia central, meridional y oriental viven hoy 7,2 millones de personas con VIH, y 11 millones de personas habrán contraído el virus para 2007 a menos que se tomen medidas de prevención y tratamiento concertadas y efectivas en esas regiones, donde la epidemia aún está en su fase temprana, según Onusida.
En todas las crisis nacionales de sida la epidemia irrumpe desde grupos sociales especialmente vulnerables hacia la población en general, dijo la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Bruntland.
Este es un momento crítico de oportunidades y de peligros. A menos que los gobierno impulsen iniciativas nacionales de prevención, el crecimiento de la infección será irrefrenable. Hoy estamos en ese momento crítico en Europa oriental y en Asia central, meridional y oriental, agregó Bruntland.
El demógrafo estadounidense Nicholas Eberstadt advirtió, desde un artículo publicado en la revista Foreign Affairs, de Washington, que el foco de la crisis mundial del sida podría trasladarse en los próximos años de Africa austral a Asia central, meridional, oriental y Rusia.
Según Eberstadt, en caso de una epidemia suave, con 1,5 por ciento de la población adulta portadora de VIH, morirían 21 millones de personas en India y 19 millones en China en los próximos 25 años.
En un escenario intermedio, con hasta cinco por ciento de los adultos de India con VIH y 3,5 por ciento en China, las muertes serían 56 millones en el primer país y 40 millones en el segundo.
Para China, la primera hipótesis reduciría a la mitad el crecimiento de la productividad por trabajador prevista para el periodo. El escenario intermedio originaría una caída real de la producción y un descenso de la población.
Estudios realizados por expertos de China llegaron a proyecciones similares.
El Centro de Control de Enfermedades y el Ministerio de Salud pronosticaron este año que el sida supondrá una caída de la producción de 2.700 millones de dólares en los próximos 10 años y hundiría a 20 millones de personas en la pobreza absoluta. En 2001, el producto interno bruto ascendió a 5,56 billones de dólares.
Pero, hasta ahora, el gobierno se resistía a afrontar el problema porque creía que la enfermedad se restringía a los sectores de población que no figuraban entre sus prioridades, como drogadictos, homosexuales y personas que vivían de la venta de sangre a clínicas.
Los expertos advirtieron que la enfermedad está a punto de comenzar a propagarse entre la población en general.
La experiencia en todos los países indica que, cuando la incidencia del VIH es muy alta en algunos grupos sociales, en algún momento comienza a afectar al resto de la población, dijo la representante en China del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Siri Tellier.
Si bien las autoridades afirmaron que los portadores de VIH ascienden a un millón, agencias de inteligencia de Estados Unidos calculan que son, en realidad, hasta dos millones.
Sin embargo, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria de la ONU negó a China recursos para luchar contra el VIH, si bien aportó 54,7 millones de dólares para luchar contra las otras dos enfermedades.
Funcionarios de la ONU atribuyeron la negativa a la falta de disposición de las autoridades chinas a cooperar con organizaciones no gubernamentales y con asociaciones de portadores de VIH. (FIN/IPS/tra-eng/ab/ral/mj/he/02