Una organización de derechos humanos de Kenia cuestionó los vínculos militares y económicos de este país con Estados Unidos e Israel, a los que atribuyeron los frecuentes atentados cometidos por radicales islámicos.
Los keniatas no deberían ser asesinados, sacrificados, humillados y rebajados por una competencia en que no somos jugadores centrales. Somos vistos como corderos de sacrificio, advirtió este martes la Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KHRC) en una conferencia de prensa.
La KHRC pidió al gobierno que dé completa información al pueblo de Kenia de la naturaleza, alcance y pertinencia de sus relaciones militares y económicas con Occidente y con Israel para que la población decida si mantiene estos vínculos.
El ataque en que murieron 10 keniatas y tres israelíes el mes pasado en el hotel Paradise, en la ciudad oriental de Mombasa, fue el tercero en 22 años. La operación fue reivindicada por la red islámica Al Qaeda, a la que Washington atribuye los atentados contra Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001.
Más de 200 keniatas murieron cuando la embajada de Estados Unidos explotó en 1998, al mismo tiempo que también sufría un atentado la representación de Washington en Tanzania. Ambos atentados fueron atribuidos también a Al Qaeda, organización que lidera el dirigente saudita Osama bin Laden.
El hotel Norfolk, en Nairobi, sufrió en 1980 un atentado con explosivos, con un resultado de 15 muertes y más de 80 heridos. El autor del ataque, natural de Marruecos, argumentó que el hotel era propiedad de israelíes. También lo era el Paradise.
No podemos simplemente sentarnos sin hacer nada a esperar que ocurran atentados y soportar pérdidas incalculables y daños al prestigio de nuestra nación, a nuestra economía, a nuestra imagen en el extranjero sin hacer nada, dijo el presidente de la organización, Makau Mutua.
Ya nos atacaron tres veces en el pasado. ¿Qué debemos hacer para impedir que vuelvan a atacarnos? Los perpetradores decidieron que Kenia es un blanco fácil, y podemos estar seguros de que lo harán de nuevo, agregó el activista.
Debemos decidir como nación si podemos mantener relaciones a un costo de vidas keniatas. El gobierno no debería limitarse a ir a Washington y regresar sin decirnos qué se decidió pues, antes de saberlo, más personas habrán sido asesinadas, dijo el director ejecutivo de la KHRC, Willy Mutunga.
El presidente keniata Daniel Arap Moi se reunió la semana pasada con el de Estados Unidos, George W. Bush. Uno de los principales puntos de la agenda fue la guerra contra el terrorismo.
Queremos participar. Queremos ser partícipes de la decisión de quiénes son nuestros amigos y nuestros enemigos, sostuvo Mutunga.
El gobierno keniata y la embajada estadounidense evitaron detallar sus acuerdos militares por razones de seguridad. Estados Unidos posee bases militares en Kenia, utilizadas en 1991 en la guerra del Golfo contra Iraq y 1993 en las operaciones de paz en Somalia.
La semana pasada y en febrero, infantes de marina estadounidenses y soldados keniatas realizaron ejercicios militares en la isla Manda, cerca de la frontera con Somalia, con el fin de afinar y robustecer el ya firme vínculo militar entre los dos países, informaron funcionarios estadounidenses.
La KHRC sostuvo que los atentados y sus réplicas militares constituyen una competencia entre las civilizacciones de Occidente y del mundo islámico.
La amenaza estadounidense de una guerra para desalojar del poder al presidente de Iraq, Saddam Hussein, la conflagración del año pasado en Afganistán y el apoyo de Washington a Israel en su conflicto con Palestina aumentan la ira en el mundo musulmán, agregó la organización.
El atentado contra el hotel Paradise de Mombasa tuvo el objetivo de herir a judíos y a ocupantes cruzados (soldados estadounidenses en tierra santa musulmana), según una declaración de Al Qaeda publicada en el sitio de la red mundial informática Internet http://www.azfalrasas.com.
La operación envió el mensaje a los judíos de que su corrupción en la Tierra, la ocupación de nuestros santuarios y los crímenes contra nuestro pueblo palestino no quedarán sin respuesta, agregó.
Muchos keniatas también manifestaron malestar por el comportamiento de los funcionarios del Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadounidense y de la agencia de inteligencia israelí Mossad que viajaron a Kenia para analizar el último atentado.
Los agentes israelíes exigieron trasladar piezas de evidencia del hotel Paradise a su país con la finalidad de someterlas a examen forense, lo que originó tensión entre los equipos de los tres países.
No podemos permitir que nuestro país sea deshonrado por extranjeros que hacen comentarios racistas sobre nuestras fuerzas de seguridad, dijo Mutua.
La KHRC advirtió que Estados Unidos e Israel tienen la obligación de compensar a las víctimas del atentado en Mombasa. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/mj/ip/02