El tratado firmado por el gobierno de Indonesia y los separatistas de Aceh no es el primer intento de lograr la paz entre ambas partes, pero el sufrido pueblo de esa provincia noroccidental espera que sea el definitivo.
Para muchos, el acuerdo firmado el lunes en Ginebra, Suiza, marca el comienzo del fin de un conflicto separatista de 26 años entre Yakarta y Aceh que ha costado la vida a más de 10.000 habitantes de esa provincia, en su mayoría civiles.
Se trata del primer acuerdo de paz que involucra la presencia de observadores internacionales, un factor que aumenta las probabilidades de éxito.
Multitudes de aldeanos recibieron con alegría la noticia del pacto, que otorga autonomía a la provincia y prevé la elección de un nuevo gobierno en 2004.
Ellos esperan una rápida aplicación del acuerdo de ambas partes para que no haya más soldados ni combates en sus aldeas a partir de ahora, comentó Juanda, integrante del Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil de Aceh, con sede en Banda Aceh, la capital provincial.
Lo que desean es reanudar su vida normal sin temor a la violencia, agregó.
Aceh, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra, es una provincia muy rica en recursos naturales y tiene una población de 4,5 millones de habitantes, dos por ciento del total nacional.
Aunque las reservas de gas natural de la provincia equivalen a 20 por ciento del total de Indonesia, apenas 1,6 por ciento de los ingresos obtenidos por la venta de ese recurso vuelven a Aceh, 40 por ciento de cuya población vive en la más abyecta miseria.
Esta es la principal causa de la guerra que libra desde 1976 el Movimiento Aceh Libre (GAM).
El tratado del martes prevé que el gobierno provincial elegido en 2004 podrá administrar hasta 70 por ciento de los ingresos derivados del gas y el petróleo de Aceh.
Pero el optimismo reinante luego del pacto logrado con la mediación del Centro Henry Dunant, de Suiza, está moderado por cierta dosis de pragmatismo.
Los habitantes de Aceh estamos muy felices por el acuerdo, pero somos conscientes de la difícil tarea que tenemos por delante, declaró Hasballah Saad, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de Indonesia y ex ministro de Derechos Humanos.
Activistas de Aceh se reunieron el martes para analizar los nueve puntos del acuerdo, que comenzaron con un cese del fuego.
El contenido del pacto revela que tanto Yakarta como el GAM han suavizado sus posturas, que hace unos meses habían llevado al proceso de paz al estancamiento.
Uno de los nueve puntos es la aceptación por ambas partes de una ley especial de autonomía propuesta por el gobierno central como punto de partida.
El GAM no aceptó esa norma plenamente porque contradice su objetivo de la independencia, pero el tratado prevé la posibilidad de revisar la ley de autonomía según las aspiraciones populares luego de las elecciones de 2004 en Aceh.
Por su parte, Yakarta, que antes insistía en que el conflicto de Aceh era interno y rechazaba cualquier participación extranjera, permitió por primera vez la presencia de un equipo internacional de vigilancia en la provincia.
El acuerdo prevé la activación a partir del día 15 de una fuerza conjunta compuesta por 150 miembros del ejército indonesio, tropas locales de Aceh, y soldados de Filipinas y Tailandia.
El equipo, que encabezará un alto oficial militar tailandés, estará supervisado por el Centro Henry Dunant. Los primeros 12 supervisores del Centro llegaron a Aceh este miércoles.
Para prevenir choques armados, las fuerzas de ambas partes trasladarán sus posiciones defensivas durante el período de gracia de dos meses, y no se permitirá el despliegue de tropas adicionales en ese período.
Ambas partes acordaron desmilitarizar ciertas áreas y crear una zona de paz en dos meses. El GAM también aceptó dejar sus armas bajo supervisión internacional.
El GAM, Yakarta y el Centro Henry Dunant formarán un consejo conjunto para resolver disputas relacionadas con la aplicación del tratado, mientras el Centro facilitará un diálogo sobre el futuro de Aceh.
La presión internacional sobre Indonesia para poner fin al conflicto de Aceh ayudó a concretar el acuerdo esta semana, y además provee incentivos para el mantenimiento de la paz.
Antes de la reunión de Ginebra, se celebró la primera conferencia multigubernamental sobre Aceh en Tokio, el día 3.
En la capital japonesa, representantes de 23 países e instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo prometieron apoyo financiero para la reconstrucción de Aceh.
Hasballah advirtió que quedan muchos detalles del acuerdo por resolver.
La asignación de los fondos del exterior no debe quedar en manos del gobierno solamente, sino que debería hacerse desde Aceh a través de una comisión, para garantizar la transparencia, opinó.
El tratado tampoco prevé el castigo de las violaciones a los derechos humanos del pasado; sólo establece que se podrían investigar y compensar los abusos cometidos desde 1976, el año de comienzo del conflicto.
Hasballah y Juanda coincidieron en que el problema de los derechos humanos es el más importante a resolver en el futuro cercano. (FIN/IPS/tra-en/pd/js/mlm/ip/02