INDIA: Fanatismo religioso marca a fuego elecciones en Gujarat

El carácter multirreligioso, multicultural e inclusivo de India estará este jueves en manos de los 33 millones de votantes del occidental estado de Gujarat, asolado este año por violentos conflictos entre hindúes y musulmanes.

Desde fines de febrero, militantes hindúes cometieron en Gujarat los peores actos de persecución contra una minoría religiosa en la historia independiente de India, que dejaron 2.000 musulmanes muertos y obligaron a 150.000 a abandonar sus hogares.

Según la colectividad musulmana, el principal impulsor de la violencia fue el jefe del gobierno del estado, Narendra Modi, del hinduista Partido Bharatiya Janata (BJP), el principal de la coalición que ejerce el poder en este país de 1.043 millones de habitantes.

La violencia estalló el 27 de febrero, cuando una turba de musulmanes mataron a 59 hindúes al incendiar un tren lleno de fieles que regresaban desde Ayodhya, donde exigían construir un templo en el sitio en que hasta hace 10 años había una mezquita del siglo XVI, demolida por fundamentalistas hindúes.

Las apelaciones al sentimiento hindú pronunciadas por los dirigentes del BJP restaron efecto a las condenas a la matanza de hindúes en la estación ferroviaria de Godhra pronunciadas por destacados representantes de la comunidad musulmana, que representan a nueve por ciento de la población del estado.

El BJP ganará si la prioridad que asigna a la ”identidad hindú” sobre el pluralismo y el multiculturalismo tiene eco en el electorado, y perderá si la mayoría de los votantes lo encuentran culpable de las causas y derivaciones de la matanza.

El opositor y secular Partido del Congreso, que gobernó India durante la mayor parte de la vida independiente del país, tiene las de ganar, y aun los simpatizantes del BJP lo admiten.

La policía reprimió una pequeña parte de los incidentes de violencia contra los musulmanes. Por su parte, el gobierno del estado acusó ante la justicia a un puñado de los fundamentalistas hindúes detenidos.

Modi dividió el escenario político indio. La amplia mayoría de los partidos, incluidos varios que participan en la coalición nacional encabezada por el BJP, quieren que abandone el poder en Gujarat. Pero el primer ministro Atal Bihari Vajpayee le mostró su apoyo.

En los discursos que pronunció en la campaña en Gujarat, Vajpayee sostuvo que la violencia religiosa no debería ser un motivo de debate electoral. Pero Modi apareció en carteles proselitistas retratado con un tren en llamas a sus espaldas.

Mientras, el viceprimer ministro indio Lal Krishna Advani y varios candidatos del BJP en Gujarat no tuvieron empacho en referirse a la masacre de los hindúes en la estación de trenes de Godhra o a apoyar la campaña po la construcción de un templo hindú en Ayodhya, donde antes había una mesquita.

Además, los candidatos del BJP hicieron abundantes alusiones al ”orgullo hindú” y demonizaron a la comunidad musulmana y a Pakistán, el rival de India en Asia sudoriental, de mayoría islámica.

La oficial Comisión Electoral de India trató de contener el extremismo. Prohibió algunos avisos y carteles y emitió advertencias contra la apelación a cuestiones religiosas en la campaña, pero no pudo controlar todos los discursos.

La campaña del BJP tuvo como consecuencia una polarización política trazada según la pertenencia religiosa. Los únicos hindúes que se animan a caminar por los guetos musulmanes de la amurallada ciudad de Ahmenabad, otrora próspero centro textil, son periodistas.

Una encuesta realizada por una revista dirigida por simpatizantes del BJP indicó que casi tres quintas partes de los entrevistados de Gujarat no quieren tener como vecinos a practicantes de una religión que no sea la suya.

Sin embargo, el tono beligerante de la campaña alentó a los musulmanes, habitualmente pasivos en materia política, a acudir a las urnas este jueves. Asimismo, la comunidad islámica planifica medidas de seguridad y de supervisión de los comicios, asistidos por la Comisión Electoral india.

En esta ocasión, los musulmanes se sienten más protegidos por organizaciones no gubernamentales y partidos izquierdistas que por el opositor Partido del Congreso, que utilizó en la campaña un tono prohindú, aunque suave, con la finalidad de no herir los sentimientos religiosos de la mayoría.

Los candidatos del Partido del Congreso concentraron su campaña proselitista en las castas medias y bajas en que el hinduismo divide la sociedad. En ese sentido, se esforzó por introducir en sus discursos asuntos como el empleo, el suministro de agua y la seguridad.

El desempeño del BJP en materia social y económica fue desalentador. Los problemas se agudizaron en los últimos cinco años, a medida que el crecimiento del producto se reducía de siete a uno por ciento anual.

Una derrota del partido de Vajpayee a manos del Partido del Congreso en Gujarat tendrá repercusión a nivel nacional. El BJP ha perdido toda elección estadual y local en los últimos cuatro años.

Pero si Modi logra la reelección, resurgirá un hinduismo combativo que dejará al primer ministro indio en una posición comprometida ante los 180 millones de no hindúes del país. (FIN/IPS/tra-eng/pb/rdr/js/mj/ip cr/02

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