GUATEMALA: Las heridas siguen abiertas

Guatemala, uno de los países más pobres de América Latina y el Caribe, celebra este mes el sexto aniversario de los acuerdos de paz interna en un panorama de creciente exclusión social y delincuencia, muy lejano a la reconciliación.

Pese a la firma de los acuerdos de paz el 29 de diciembre de 1996, que pusieron fin a una cruenta guerra civil de 36 años, la sociedad guatemalteca no ha podido cerrar sus heridas, estimaron especialistas.

Más de 60 por ciento de los 12 millones de habitantes son pobres, los indígenas —que constituyen más de la mitad de la población— padecen una marcada exclusión, y la actividad económica está empantanada.

”Para lograr la reconciliación falta mucho”, dijo a IPS la rusa Seda Pumpyanskaya, portavoz de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (Minugua).

Las violaciones a los derechos humanos siguen en aumento, el delito ha crecido y persisten las matanzas de ”limpieza social”, señaló el decimotercer y último informe de Minugua.

”Desde que se firmó la paz, la criminalidad ha sido la principal amenaza al derecho a la vida de los guatemaltecos”, sostuvo el documento.

En efecto, uno de los principales problemas del país es la violencia que seguramente se agudizará en 2003, pues será un año de elecciones presidenciales, explicó Pumpyanskaya.

Este es el escenario del país donde, hace seis años, gobierno e insurgencia firmaron una serie de acuerdos que pusieron fin a la guerra iniciada en 1960.

El conflicto dejó 150.000 muertos, 45.000 de los cuales fueron víctimas de desapariciones forzadas, la mayor cantidad padecida por un país latinoamericano, según organizaciones no gubernamentales.

La guerra dejó asimismo un millón de desplazados, 250.000 huérfanos y 100.000 viudas, de acuerdo a datos oficiales.

Los acuerdos de paz establecieron metas y cronogramas para el desarme, el resarcimiento a las familias de las víctimas, la distribución de tierras, la reconciliación y el aumento del gasto social, entre otros aspectos.

En 1996 se abrió para el país la esperanza de un futuro mejor. Pero la realidad señala la persistencia de enormes retos, sobre todo en el ámbito rural, donde hay enormes rezagos.

”Estar en el sector rural de Guatemala es como viajar en una máquina del tiempo, es estar fuera de la realidad. Hay grandes problemas sociales que llevan a la exclusión”, sostuvo Pumpyanskaya.

De acuerdo a expertos guatemaltecos, esta situación obedece a múltiples factores, como la frustración social, la falta de oportunidades y el desempleo que padecen miles de ex combatientes.

Entre 2001 y este año, Minugua recibió 89 denuncias de violaciones de derechos humanos y confirmó 13 ejecuciones extrajudiciales y 53 intentos de ejecución.

La misión de la Organización de las Naciones Unidas alertó asimismo sobre el fenómeno de los linchamientos. Es cada vez más frecuente que grupos de ciudadanos ejercen la justicia por mano propia.

”El deterioro de los derechos humanos en Guatemala está estrechamente relacionado con el incumplimiento de los acuerdos de paz. La falta de voluntad política y la débil respuesta del Estado han defraudado a los guatemaltecos”, destacó el documento de Minugua.

Sólo en los primeros cuatro meses de este año 2002 se perpetraron 1.143 homicidios.

”Los acuerdos de paz sólo nos dejaron una democracia de fachada, pero los problemas estructurales persisten igual que hace 40 años”, dijo a IPS la politóloga guatemalteca Carmen Ortiz.

Ortiz, analista de la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), señaló como ejemplo que varios sectores sociales continúan reclamando acceso a la tierra y mayor inversión social, dos de los compromisos de los acuerdos de paz.

Según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre el panorama social de la región, la pobreza afecta a 60,4 por ciento de los habitantes de Guatemala.

Sin embargo, organismos no gubernamentales consideran muy conservadora esa estimación y advierten que la pobreza podría afectar a más de 80 por ciento de los guatemaltecos.

En el Informe de Desarrollo Humano 2002, preparado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Guatemala aparece en el lugar 120 entre 173 países del mundo.

De acuerdo al PNUD, es el país centroamericano con mayor retraso económico, social y político.

Datos oficiales indican que unos 556.000 niños y niñas no asisten a la escuela, y la gran mayoría de estos potenciales analfabetos son indígenas.

Las estadísticas también señalan que en los últimos veinte años el porcentaje de familias rurales con acceso directo a la tierra disminuyó de 61 a 49 por ciento.

Sin embargo, el gobierno considera que la situación no es tan grave.

El vicepresidente del Congreso legislativo, Jorge Arévalo, del gobernante Frente Republicano Guatemalteco, dijo a IPS que los acuerdos de paz se han cumplido y que el país va por buen camino.

”Cada día hemos consolidado más la fraternidad entre los guatemaltecos. Los actores del conflicto hoy están reinsertados plenamente a la vida democrática nacional”, declaró Arévalo.

El legilsador restó importancia a las críticas de quienes advierten sobre el aumento del presupuesto militar, contrario a las previsiones de los acuerdos de paz.

”Es falso que se ha aumentado el presupuesto del ejército”, indicó Arévalo.

Sin embargo, reconoció que hasta el momento sólo se ha podido implementar 70 por ciento de los acuerdos y que es necesario avanzar en una serie de reformas constitucionales. (FIN/IPS/nms/dcl/dv/ip/02

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