Estados Unidos fue el único miembro del Consejo de Seguridad de la ONU que acusó este jueves a Iraq de no cooperar con los inspectores enviados por el foro mundial en busca de armas de destrucción masiva.
Estados Unidos concluyó que la conducta de Iraq de no cooperación, engaño y mentiras constituye una clara violación material de la resolución del Consejo de Seguridad que obliga a Bagdad a colaborar con la búsqueda de armas nucleares, biológicas y químicas en su territorio, dijo el secretario de Estado (canciller), Colin Powell.
Dejaré que otros miembros del Consejo de Seguridad arriben a sus propias conclusiones, añadió Powell desde Washington.
El informe de 12.000 páginas entregado por Iraq al máximo organismo de seguridad de la ONU, donde detalla sus programas de armamentos, está muy lejos de cumplir con sus obligaciones, dijo a la prensa el embajador estadounidense ante el foro mundial, John Negroponte.
Negroponte habló con periodistas tras una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad con el jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix.
Blix, jefe de la Comisión de Inspección, Verificación y Control de la ONU, dijo a la prensa que Iraq está cooperando bien en cuanto al proceso, pero no en la sustancia.
Iraq debe suministrar información adicional y hacer aclaraciones, sostuvo Blix, quien agregó que presentará un nuevo reporte de situación al Consejo de Seguridad el 27 de enero.
Estamos profundamente decepcionados, sostuvo Negroponte, agregando que Iraq desperdició su última oportunidad de entregar una declaración completa de sus programas de armas.
El voluminoso informe iraquí está lleno de materias extrañas y no responde a muchas preguntas pendientes desde 1998, cuando una anterior misión de inspección de la ONU abandonó Iraq, dijo el diplomático.
A nuestro juicio, esto constituye un incumplimiento material de las resoluciones del Consejo de Seguridad, añadió Negroponte.
Estados Unidos fue el único de los cinco miembros permanentes del Consejo (los cuatro restantes son China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) que manifestó este categórico rechazo al documento.
El embajador británico Jeremy Greenstock se negó a contestar repetidas preguntas de los periodistas acerca de si Londres, principal aliado de Washington, considera que Iraq incurrió en incumplimiento material.
Greenstock se limitó a decir que existen notables omisiones en el informe y a reclamar una cooperación (iraquí) ciento por ciento proactiva con los inspectores de armas.
Observadores y expertos en Medio Oriente reaccionaron ante la conclusión de Washington.
Hay resoluciones del Consejo de Seguridad en juego, y compete a este cuerpo determinar si éstas se han infringido, dijo a IPS el profesor de derecho internacional Francis Boyle, del Colegio de Leyes de la Universidad de Illinois.
El gobierno de George W. Bush no tiene derecho a erigirse como juez, jurado y ejecutor del derecho internacional, agregó Boyle.
Ningún miembro aislado del Consejo cuenta con autoridad para declarar que un gobierno está violando una resolución del cuerpo, sostuvo el profesor de política Stephen Zunes, de la Universidad de San Francisco.
Sólo el Consejo como un todo tiene esa autoridad, como lo establecen los artículos 41 y 42 de la carta de la ONU, explicó.
Zunes, editor para Medio Oriente de la publicación Foreign Policy in Focus, sostuvo que este aspecto está reiterado en el artículo 14 de la resolución 1441 sobre el desarme iraquí, adoptada en noviembre, en la que el Consejo de Seguridad decide mantener el asunto bajo su control.
El embajador de Siria, Mikhail Wehbe, dijo a la prensa que se negó a participar en las discusiones pues los 10 integrantes no permanentes del Consejo, entre los que se encuentra su país, recibieron una versión modificada del informe iraquí.
Esta versión omitió toda la información delicada, incluyendo detalles sobre el proceso de fabricación de armas nucleares y los nombres de las empresas que proveyeron de armas a Iraq antes de 1990, cuando Bagdad dispuso la invasión al vecino Kuwait.
La semana pasada, Siria protestó por la decisión unilateral del presidente del Consejo, el embajador colombiano Alfonso Valdivieso, de entregar en primer lugar a Estados Unidos las versiones originales del informe de Bagdad, y luego a los otros cuatro países con poder de veto.
Estados Unidos secuestró el reporte luego de presionar al embajador colombiano, dijo a IPS Phyllis Bennis, del Instituto para Estudios Políticos, con sede en Washington.
El gobierno de Bush tuvo entonces total control sobre la única versión completa del informe durante 24 horas, antes de entregar un texto, no sabemos cuán completo, a los otros miembros permanentes del Consejo, agregó Bennis.
La experta subrayó que transcurrió más de una semana antes de que los restantes integrantes obtuvieron versiones bien redactadas, que apenas contienen menos de un tercio del documento original.
Lo que se omitió no fue sólo información sobre cómo construir una bomba, sino también todas las referencias al aprovisionamiento internacional de armas a Iraq, sostuvo.
Ochenta empresas alemanas, 24 corporaciones estadounidenses, sus 50 subsidiarias y cinco ministerios del gobierno de Estados Unidos —todos ellos envueltos en programas iraquíes de armas de destrucción masivas— fueron excluidos de la versión entregada a los 10 representantes no permanentes ante el Consejo, añadió Bennis. (FIN/IPS/tra-eng/td/dcl/ip/02