Un grupo de expertos argentinos presentaron este miércoles un plan de desarrollo con equidad para el país, que según sus autores permitirá un crecimiento económico de seis por ciento anual, erradicar la indigencia y abatir el desempleo.
El modelo neoliberal imperante en Argentina en los últimos 20 años es responsable de la profunda y prolongada recesión, el abultado endeudamiento, alto desempleo y creciente pobreza, se señala en los fundamentos del llamado Plan Fénix, elaborado por unos 30 académicos de la estatal Universidad de Buenos Aires.
El Plan Fénix, que serán entregado este viernes al ministro de Economía, Roberto Lavagna, es producto del trabajo de economistas y expertos de otras disciplinas de diversas trayectorias e ideas, que comenzaron a reunirse a fines de 2000 preocupados por la aceleración de la crisis económica y social del país.
El retroceso del producto interno bruto en los últimos cuatro años fue de tal magnitud que la pobreza creció de 33 por ciento a 52 por ciento de los 37 millones de argentinos, mientras que el desempleo pasó en 15 años de seis por ciento a 21,4 por ciento de la población económicamente activa.
Argentina, pese a contar con una gran riqueza de recursos naturales, humanos y materiales, tiene una deuda pública superior a 125.000 millones de dólares.
La propuesta busca contribuir a resolver los graves problemas actuales, centrándose en una serie de coincidencias básicas que los académicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sintetizaron como desarrollo con equidad.
Se apunta a impulsar el mercado interno mediante un seguro de empleo para desocupados, reactivar la producción y también las ventas externas con un tipo de cambio alto, devolver un papel preponderante al Estado como moderador de los diversos intereses y reestructurar la deuda.
El Consejo Superior de la UBA, dos años después de las primeras reuniones y tras el colapso económico y social del país, resolvió acoger la iniciativa de los expertos como un proyecto estratégico de la misma universidad, convocando a otras academias a sumarse al proyecto con propuestas en el mismo sentido.
Nos dicen que somos utópicos, que no somos realistas, y algo de eso es cierto porque no nos queremos quedar con esta realidad de hambre, miseria e inequidad, dijo el doctor en economía Abraham Gak, director del Plan Fénix, en el acto de presentación del proyecto este miércoles.
A su lado, el decano de la facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Carlos Degrossi, consideró que el mapa de la pobreza y la indigencia actual responde a las erróneas políticas económicas aplicadas en los últimos años que, a su juicio, tuvieron casi como única misión garantizar el equilibrio fiscal.
Esa política, que buscaba optimizar la eficiencia de la actividad privada, resultó un fracaso espectacular que cuestiona la ideología que la inspiró, subrayó.
Degrossi pidió un amplio consenso de la sociedad civil y, particularmente, de los partidos políticos para discutir el modo de cambiar esa política.
Los responsables del Plan Fénix prevén reunir otras iniciativas de desarrollo, orientadas por principios éticos tales como la solidaridad y el bien común.
Las políticas que hicieron del ser humano una abstracción fueron las que nos llevaron a esta realidad agobiante, aseguró Degrossi.
Por su parte, el economista Saúl Keifman, indicó que se propusieron, al momento de diseñar políticas de corto plazo, que no quede un solo hogar pobre en Argentina, mediante un seguro de empleo y una asignación por cada menor nacido en un hogar de padres desempleados.
Keifman destacó que, tras cuatro años de recesión, en el país hay una enorme capacidad ociosa en recursos humanos y materiales para impulsar el crecimiento económico, pero no de tres por ciento como prevé el gobierno para 2003 sino de seis por ciento anual durante los próximos cinco años.
A la hora de destacar la necesidad de devolver un papel preponderante al Estado, el politólogo Oscar Oszlak destacó que en los últimos 20 años éste falló en cumplir esa función integradora y fue responsable del fracaso de todas las políticas económicas que se llevaron a la práctica desde su estructura.
Pero Oszlak advirtió que el Estado también se transformó en un chivo expiatorio del fracaso de políticas neoliberales, que lo utilizaron como botín de guerra para colonizarlo y utilizarlo según intereses a veces legítimos, y muchas otras veces espurios, apuntó.
En tanto, el economista Héctor Valle afirmó que el gasto público es bajo respecto del producto interno bruto (PIB) y, además, se aplica de manera ineficiente.
Se debe incrementar el cobro de tributos a las ganancias y bajar el impuesto al valor agregado (IVA) al consumo, que fue hoy es de 21 por ciento, uno de los más altos de América Latina, añadió.
En cambio, Valle coincidió con la tendencia actual de mantener elevado el tipo de cambio, a fin de impulsar las exportaciones y la sustitución de importaciones.
Su colega Marta Beckerman sostuvo que la política exterior debe ser más agresiva, aunque advirtió que no se logrará el desarrollo sólo a partir de enclaves exportadores.
Los académicos convinieron en que se requiere mantener el equilibrio fiscal, monetario y de balance de pagos, pero no subordinar esos objetivos al desarrollo económico con equidad.
Tampoco se debe sujetar la atención de los urgentes problemas sociales a las negociaciones por el pago de la deuda externa, puntualizaron.
Al respecto, el economista Alejandro Vanoli fue quien más énfasis puso en la necesidad impostergable de reprogramar los vencimientos de adeudos con los organismos multilaterales de crédito y negociar fuertes quitas de capital con los tenedores privados y oficiales de títulos públicos de deuda.
Vanoli entiende que esa estrategia permitirá reducir a 10 por ciento el monto de los vencimientos mensuales para los próximos cinco años, contribuyendo así a obtener los recursos para cumplir con esos compromisos al mismo tiempo que se recupera la economía y se atienden los problemas sociales más imperiosos.
Todos los países que afrontaron crisis —incluidos los industrializados— y convocaron a sus acreedores para negociar, dijo el economista Marcelo Lascano, al justificar la necesidad de discutir los plazos de pago de la deuda pública estimada en unos 125.000 millones de dólares.
El monto de esa deuda equivale hoy a 120 por ciento del PIB y a seis años de exportaciones.
Argentina declaró el cese de pagos a los acreedores privados un año atrás y desde hace dos meses no cumple sus compromisos con los organismos multilaterales a la espera de un nuevo acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional.
En materia de relacionamiento externo, los expertos de la UBA plantearon la necesidad de profundizar el Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y, a la vez, se manifestaron menos atraídos por el Area de Libre Comercio de las Américas en creación.
Finalmente, señalaron su confianza en que el Plan Fénix será examinado por las autoridades, pues están convencidos que en caso de ponerse en práctica Argentina crecerá a un ritmo anual de seis por ciento y, con ello, se podrá eliminar la indigencia y bajar el desempleo hasta menos de 10 por ciento. (FIN/IPS/mv/dm/if ip/02