Un proyecto de la agencia de la ONU especializada en propiedad intelectual asiste a los países en desarrollo y a sus ciudadanos a enfrentarse con empresas del mundo industrial en igualdad de condiciones.
La red WIPOnet habrá conectado a fines de este año 332 oficinas de propiedad intelectual de 171 países, con el fin de ayudar a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) a responder con mayor eficacia a las demandas de los usuarios de su sistema internacional de registro de patentes.
Cuando el proyecto fue lanzado el año pasado, contribuyó, además, con la conexión de países como Azerbaiyán, Camboya, Chad, Honduras y Líbano a la red mundial informática Internet.
Los resultados fueron alentadores: 51 por ciento de los nuevos firmantes de los tratados de la OMPI son países en desarrollo, y 44 por ciento corresponden a la categoría de economías en transición.
"El debate sobre la propiedad intelectual aumentó con la red. Aún existe una brecha importante entre Norte y Sur, pero los países en desarrollo pueden aprovechar ahora la experiencia de otros", dijo Colin Buffam, de la OMpI.
Mediante redes privadas, la Internet o tecnologías de avanzada, los países pueden conectarse a WIPOnet para acceder a expertos en la materia y a información sobre las patentes registradas en otros países miembros de la OMPI.
Los expertos aseguran que eso facilitará el registro y el control de patentes, marcas y diseños. "Es un paso adelante, en especial para países como el nuestro", dijo el representante permanente de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Kenia, Bob Jalango.
Los conflictos entre países del Sur y el Norte en materia de propiedad intelectual afloraron en los últimos años.
El compositor de India Bappi Lahiri llegó a la portada de numerosos diarios de Estados Unidos cuando presentó en septiembre una querella contra Dr. Dre, productor del la canción "Addictive", de la intérprete de rythm & blues Truth Hurts.
Lahiri sostuvo en su demanda que Dr. Dre se había limitado a grabar una batería y voces sobre una composición suya de hace 20 años, "Thoda Resham Lagta Hai", sin reconocerle apropiadamente la autoría. Se trata de un caso típico de "imperialismo cultural" contra un artista del Sur en desarrollo, advirtió.
El año pasado, la Oficina de Patentes estadounidense rechazó la mayoría de los argumentos de una empresa del meridional estado de Texas para registrar una variedad de arroz basmati que se cultiva hace siglos en Asia meridional.
Con la revolución de la tecnología de la información iniciada en los años 90, países como India comenzaron a advertir la importancia de los derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, la brecha en la materia entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo aún es enorme, advirtieron expertos.
Buffam, quien viajó a numerosos países en los últimos dos años, cree que la conexión a Internet brinda a los países en desarrollo una base de conocimientos suficiente para defender su propiedad intelectual, así como una oportunidad de unir los recursos de diferentes naciones para beneficiarse recíprocamente.
Pero el proyecto tiene otros efectos que en apariencia se relacionan poco con la propiedad intelectual. En Chad, por ejemplo, el lanzamiento de WIPOnet implicó la conexión del país a Internet en junio.
El crecimiento de la conectividad de Africa a Internet se está desacelerando porque la mayoría de los potenciales usuarios ya tienen acceso a la red.
A mediados de año, los usuarios sumaban 1,7 millones, 20 por cient más que el año pasado, pero el crecimiento se concentra en Egipto, Sudáfrica, Marruecos y Nigeria. Del total de internautas, 1,2 millones corresponden al norte y el sur de Africa, mientras 49 países subsaharianos comparten el resto.
De los 500 millones de usuarios de Internet del mundo, 72 por ciento viven en países de altos ingresos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).