DESARROLLO: Frágil economía mundial frena combate a la pobreza

La lucha mundial contra la pobreza se debilitará aun más en los próximos 18 meses, arrastrada por la pereza de la economía internacional y el escaso crecimiento de la producción, alertó este miércoles el Banco Mundial.

”Luego del crecimiento excepcionalmente lento de 2001 y 2002, se prevé que el producto mundial crezca 2,5 por ciento en 2003, más que en los dos años anteriores pero todavía muy por debajo de 3,9 por ciento de 2000 y significativamente menos que el crecimiento potencial de largo plazo”, indicó el Banco.

La última edición del informe anual ”Perspectivas de la Economía Mundial y los Países en Desarrollo” indica que la incertidumbre en los mercados financieros internacionales agotaron la energía de la modesta recuperación iniciada a fines de 2001.

El informe de 223 páginas, subtitulado ”Invertir para activar oportunidades mundiales”, señala que el crecimiento en el corto plazo estará limitado por factores tales como la escasa confianza de los consumidores y la elevada deuda que afrontan los débiles mercados de valores.

También influyeron los escándalos por fraudes contables en grandes compañías de Estados Unidos y la ansiedad que origina la comprometida situación del sistema bancario de Japón.

Los problemas de deuda pública en América Latina preocupan a todo el mundo en desarrollo, agrega el estudio.

”La recuperación ha sido mucho más vacilante y desigual de lo que habíamos previsto”, dijo el economista jefe del Banco Mundial y vicepresidente de Desarrollo Económico del organismo multilateral, Nicholas Stern.

El informe reitera la recurrente recomendación del Banco Mundial para impulsar el crecimiento económico y reducir la pobreza en el Sur en desarrollo: alentar la inversión extranjera y eliminar barreras comerciales.

”La recuperación mundial es frágil porque la inversión es insuficiente para sostener un crecimiento continuado”, agrega. ”La apertura de oportunidades mundiales comienza con el esfuerzo de los países desarrollados para mejorar el clima de inversión”, según el estudio.

La mayoría de las organizaciones de la sociedad civil rechazan las recomendaciones del banco, con el argumento de que la asfixiante deuda pública, el escaso control de algunos estados sobre la economía nacional y las actitudes explotadoras de compañías internacionales alientan la pobreza.

El Banco Mundial pronosticó que los países de alto ingreso crecerán alrededor de 2,1 por ciento en 2003, mientras las naciones en desarrollo tendrán un incremento promedio considerablemente más rápido, de 3,9 por ciento.

Pero el promedio encubre diferencias entre regiones. Al frente se ubica Asia oriental, con un crecimiento previsto de 6,1 por ciento, seguido por Asia meridional, con 5,4 por ciento.

Africa, Medio Oriente y algunas repúblicas que integraron la Unión Soviética, disuelta en 1991, crecerán menos de cuatro por ciento, y el incremento en América Latina será de apenas 1,8 por ciento, según el pronóstico del Banco Mundial.

”Excepto Asia y Europa oriental, el crecimiento en la mayoría de los países en desarrollo es demasiado bajo como para dar pie a una marcada reducción de la pobreza”, indica el informe.

El pronóstico del Banco Mundial coincide con cálculos anteriores de inversores privados, según los cuales la rezagada economía mundial desaceleró el flujo de capital privado a los países en desarrollo.

El crédito bancario neto se tornó negativo, y la inversión extranjera directa al mundo en desarrollo ha caído desde su máximo nivel, alcanzado en 1999.

”Estamos presenciando la caída más sostenida en la inversión extranjera directa en los países en desarrollo desde la recesión mundial de 1981-1983”, dijo el principal autor del informe, Richard Newfarmer.

”En el ambiente actual, muchos proyectos importantes” para la captación de inversiones extranjeras ”como los de energía, carreteras y sistemas de agua potable no serán capaces de atraer el capital privado necesario”, sostuvo Newfarmer.

El informe también menciona las restricciones a las importaciones impuestas por los países ricos entre los factores que dificultan el desempeño económico del mundo en desarrollo .

”Los países en desarrollo afrontan, en general, barreras externas a su comercio de productos industriales que duplican” las que deben sortear las exportaciones del Norte industrial, según el Banco Mundial, que señaló la existencia de una ”escalada arancelaria”.

El tomate de Chile, por ejemplo, debe pagar al ingresar en Estados Unidos un arancel de 2,2 por ciento, que se eleva a 8,7 por ciento si está desecado o enlatado y a 12 por ciento si es procesado como salsa.

”Estas barreras desalientan tanto la inversión nacional como la extranjera”, advierte el informe.

El experto Uri Dadush, del Departamento de Comercio Internacional del Banco Mundial, sostuvo que medidas tomadas por países industriales complicaron las negociaciones multilaterales para la liberación del intercambio agrícola en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Entre esas medidas, Dadush mencionó el último aumento de los subsidios al sector agropecuario de Estados Unidos y la decisión de la Unión Europea de mantener los suyos en sus niveles actuales hasta 2013.

El informe también llama la atención sobre la existencia de carteles de compañías productoras, en especial del Norte industrializado, que se unen para fijar los precios y repartirse el mercado importador mundial.

Los expertos del Banco Mundial identificaron seis carteles internacionales cuya actividad supuso para el mundo en desarrollo una sobrefacturación de entre 3.000 y 7.000 millones de dólares en concepto de importación de vitaminas, ácido cítrico y cañerías de acero inoxidable.

Algunos carteles, como los del transporte marítimo, están oficialmente eximidos de las sanciones establecidas en las leyes antimonopolio vigentes en el mundo industrial, lamentó el Banco Mundial.

De eliminarse los acuerdos de precios entre las compañías navieras, los costos del transporte de carga bajarían 20 por ciento y los países en desarrollo ahorrarían 2.300 millones de dólares anuales, agregó.

Los países pobres tienen derecho de demandar ante la justicia de los países ricos a los carteles que los perjudican, indica el informe. (FIN/IPS/tra-eng/em/ml/dv if/02

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