DESARME: Gobiernos negociarán sobre explosivos de efectos letales

Pacifistas saludaron la decisión de la comunidad internacional de negociar un nuevo acuerdo para resolver el problema causado por los restos de explosivos de guerra, como las bombas de racimo empleadas en los ataques contra Iraq.

Una reunión de los estados partes de la Convención sobre el Uso de Ciertas Armas Convencionales, que se conoce por sus siglas en inglés CCW, aprobó la creación de un grupo de trabajo que negociará la adopción de medidas para resolver el problema humanitario causado por esos artefactos.

El organismo intergubernamental deberá también examinar la posibilidad de establecer medidas preventivas contra el empleo de armamentos, que cuando no estallan se convierten en restos explosivos de guerra.

Peter Herby, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), estimó que el otorgamiento de ese mandato al grupo de trabajo constituye un paso muy importante hacia la solución del problema.

Los países han asumido el compromiso político de trabajar para reducir las consecuencias de los restos explosivos de guerra que se diseminan por distintas zonas del mundo durante los conflictos y después de ellos, insistió Herby,

Unos 84 países de todas las regiones se encuentran actualmente afectados por los restos de explosivos de guerra y en 53 de ellos se registraron nuevas víctimas de tales artefactos el año pasado.

Los restos de explosivos de guerra se distinguen de las minas antipersonal porque tienen la capacidad potencial de causar numerosos muertos y heridos y también impedir el acceso a grandes regiones.

Por lo general, citó el estudio de un grupo de organizaciones no gubernamentales, las minas antipersonal causan una sola víctima. En cambio, es común que los restos de explosivos de guerra provoquen muchas muertes.

Aunque no existe una definición de los restos de explosivos de guerra, los delegados a la CCW comparten el criterio de que abarcan a todos los artefactos sin explotar, incluidos los abandonados, pero excluyen a las minas terrestres.

El CICR atribuye a la categoría de las submuniciones, que comprende a las bombas de racimo, la responsabilidad por una parte desproporcionada de los muertos y heridos que se producen en las situaciones posteriores a los conflictos.

Richard Lloy, de la organización pacifista Landmine Action, comentó que las bombas de racimo se emplean contra Iraq desde la guerra del Golfo, en 1991, cuando una coalición de países encabezada por Estados Unidos atacó a Iraq, que había invadido cinco meses antes a su vecino Kuwait.

Lloyd indicó que desde esa época las bombas de racimo han sido usadas en forma masiva durante los ataques contra Iraq. En el sur de ese país, esos artefactos son considerados una amenaza mayor para los civiles que las minas terrestres antipersonal.

Por su parte, Steve Goose, director de la división de armas de Human Rights Watch (HRW), la organización con sede en Estados Unidos, señaló que es conveniente precisar, ”cuando la guerra se asoma por Iraq”, que 25 por ciento de las bombas lanzadas por los estadounidenses en la guerra del Golfo fueron de racimo.

El experto de HRW evaluó que la CCW alcanzó algunos progresos en las sesiones finalizadas este viernes en Ginebra. Sin embargo, criticó a los gobiernos porque no se atrevieron a encarar en su globalidad el asunto de los restos de explosivos de guerra.

Las sesiones de la CCW, también conocida como la ”Convención de las Armas Inhumanas”, sufrieron la tiranía del consenso que permite a cualquier gobierno bloquear la adopción de un acuerdo, observó Goose.

Estados Unidos, China y Pakistán eludieron el examen de muchos puntos y, en general, los delegados de los estados miembros del la Convención evitaron discutir las cuestiones más polémicas, como las submuniciones o bombas de racimo.

Tampoco aceptaron negociar los perjuicios humanitarios provocados por las bombas de racimo utilizadas en los conflictos ni las posibles soluciones técnicas al problema de los restos de explosivos que causan inevitablemente la muerte y heridas a civiles por largo período, insistió Goose.

Lloyd resaltó que los 84 países donde los restos de explosivos de guerra causan daños fatales a la población y perjuicios a los bienes se encuentran entre los más pobres del mundo.

Los gobiernos deben negociar con urgencia un nuevo tratado internacional, que obligue a los países que emplean armamentos explosivos a eliminarlos una vez finalizados los conflictos, reclamó el representante de Landmine Action. (FIN/IPS/pc/dm/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe