Muchos cubanos temen que la crisis política en Venezuela prive a la isla de su mayor proveedor de petróleo, y la incertidumbre aumenta debido a imprevistos apagones, déficit de transporte público y llamados oficiales al ahorro de combustible.
Sin embargo, autoridades del sector energético aseguran que el crudo venezolano tiene muy escasa aplicación en la generación de electricidad, y que los cortes se debieron a averías ya reparadas y a labores de mantenimiento en las centrales generadoras.
Los apagones en la capital, de 2,2 millones de habitantes, comenzaron a disminuir esta semana, luego de varios días de prolongadas interrupciones.
Funcionarios de la estatal Unión Eléctrica prometieron este miércoles un fin de año feliz y tranquilo, e indicaron que en las próximas 72 horas serán incorporadas al sistema eléctrico del país las centrales sometidas a reparación.
Los apagones fueron muy fuertes la semana pasada, reconoció en declaraciones a una radioemisora estatal Víctor Puente, directivo de esa empresa, que monopoliza el servicio de energía eléctrica.
En noviembre, el déficit de suministro de energía eléctrica fue unos 210 megavatios en el horario de mayor consumo, de las 18 a las 22 horas, y afectó a miles de hogares según fuentes de Unión Eléctrica.
La coincidencia de ese déficit y la crisis venezolana llevó a muchos ciudadanos a vincular ambos hechos.
Pero Puente insistió en que 92 por ciento de la generación de energía eléctrica del país se realiza con petróleo cubano, luego que las principales centrales termoeléctricas fueron acondicionadas para emplearlo.
Pero ese petróleo cuesta producirlo y cualquier acción de ahorro en su uso contribuye a aliviar al país de gastos, añadió.
De todos modos, el petróleo local cuesta de 30 a 40 por ciento menos que el importado, según fuentes gubernamentales.
El gobierno espera llegar este año a producir unos 3,5 millones de toneladas de petróleo, y unos 644 millones de metros cúbicos de gas natural.
Un convenio firmado en 2000 por el presidente Fidel Castro y su par de Venezuela, Hugo Chávez, garantizó a la isla 53.000 barriles diarios de petróleo venezolano, que junto con el de origen local cubren la mayor parte de las necesidades de consumo.
El suministro desde Venezuela se cortó en abril, cuando opositores a Chávez lograron separarlo del poder durante 48 horas, y siguió interrumpido varios meses después de ese fallido golpe de Estado, debido al atraso de pago cubano por anteriores envíos.
Venezuela y Cuba acordaron refinanciar el pago de esa deuda, de 142 millones de dólares, y el abastecimiento se reanudó en septiembre.
Ahora la huelga contra Chávez lanzada el 2 de diciembre mantiene paralizada la empresa estatal Petróleos de Venezuela, y muchos sospechan que eso ha afectado los suministros a Cuba.
El gobierno de la isla no ha informado sobre el asunto, y funcionarios de la embajada de Venezuela en Cuba optaron por no comentarlo.
La Habana paga 80 por ciento de ese crudo a precios de mercado y 90 días después de la entrega. El plazo de pago para el 20 por ciento restante es 15 años, con dos de gracia y dos por ciento de interés anual.
De diciembre de 2000 a abril de este año, Cuba había recibido 25,589.000 millones barriles de 159 litros de petróleo venezolano, por los cuales había sumado el pago en efectivo de 439,7 millones de dólares.
El país importa unos 100.000 barriles diarios y produce de 75.000 a 80.000 barriles por día, si se suma el crudo y su equivalente en gas.
En 2001, Cuba gastó 1.000 millones de dólares en combustible consumido por las siete centrales termoeléctricas del sistema electroenergético nacional.
Esa cifra debe disminuir a partir del aumento del uso de crudo nacional en el último trimestre de 2002, un año especialmente tenso para la economía debido a escasez de recursos financieros.
Para afrontar esa situación, el gobierno impuso desde principios de año fuertes restricciones en la asignación de combustible a empresas estatales y al transporte urbano, que en la capital funciona muy por debajo de su capacidad.
También la agricultura ha sufrido el impacto de la escasez de combustible. En una reunión con directivos de ese sector en La Habana, el vicepresidente Carlos Lage exhortó a depender menos del consumo de diesel y trabajar con electricidad.
Para ello, los sistemas de riego que emplean diesel comenzaron a ser sustituidos por electrobombas en algunas áreas de agricultura urbana.
A la vez, muchos campesinos han vuelto a usar bueyes en labores de labranza, y reservan los tractores para las tareas en que son imprescindibles.
Fuentes agrícolas de la provincia de La Habana admitieron a comienzos de diciembre que la escasez de combustible ya causó retrasos, por ejemplo en la siembra de papa.
Según la prensa estatal, Lage instó a los directivos del agro a una administración precisa e inteligente del petróleo disponible, ante la inestabilidad de los precios en el mercado internacional.
El gobierno cubano culpa de su débil situación financiera a la disminución de ingresos provenientes del turismo y de la comercialización de azúcar y níquel, sus más importantes exportaciones. (FIN/IPS/pg/mp/if ip/02