La Organización Mundial del Comercio (OMC) atrae nuevos miembros pese a que las negociaciones multilaterales se retrasan por las diferencias entre países del Sur en desarrollo y del Norte industrializado.
El consejo general de la OMC aprobó este martes la incorporación de Armenia, que se suma a la reciente de Macedonia, con lo cual la cantidad de integrantes de ese sistema multilateral se elevará a 146, una vez que los parlamentos de esos dos países hayan ratificado el protocolo de ingreso.
El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, comentó que con la incorporación de Armenia, la institución da otro paso importante hacia el objetivo de abarcar a todas las naciones involucradas en los intercambios internacionales.
Sin embargo, la política de puertas abiertas seguida por la OMC desde su creación en 1995 encuentra una excepción en el caso de Irán, pues su ingreso fue bloqueado esta semana por Estados Unidos, que repite por octava vez consecutiva esta medida en el último año y medio.
El representante de Malasia ante la OMC, M. Superamaniam, alegó en favor de la creación de un grupo de trabajo para examinar la solicitud iraní. Pero la embajadora de Estados Unidos, Linnet Deily, replicó que el gobierno de su país se encuentra en proceso de revisión de sus relaciones con Teherán.
Con ese argumento, la delegación estadounidense negó otra vez el consenso necesario para el establecimiento del grupo de trabajo, la primera etapa del prolongado procedimiento que concluye con la admisión de un nuevo miembro.
Fue el caso de China, que debió esperar 15 años hasta que su incorporación a la OMC quedó formalmente aprobada, el 11 de diciembre de 2001.
Al cumplirse el primer año de la entrada de China, el consejo general de la institución resaltó los esfuerzos de Beijing por cumplir con los compromisos comerciales asumidos.
El presidente del consejo general de la OMC, Sergio Marchi, representante de Canadá, estimó que la diligencia de China en la aplicación de los acuerdos de su incorporación constituye la nota sobresaliente de este fin de año de actividades de la institución.
China, que con sus 1.300 millones habitantes se convirtió en el primer mercado de consumidores entre los miembros de la OMC, dispone de un periodo de transición de ocho años para adaptar su economía a los acuerdos multilaterales de comercio.
El consejo general también aprobó esta semana una serie de directrices para facilitar y acelerar las negociaciones de acceso a la OMC de los países menos avanzados (PMA).
Supachai aludió a la vulnerabilidad de los PMA y en especial a las dificultades estructurales que enfrentan en una economía globalizada.
La participación de los 49 PMA en el comercio mundial pasó de 0,8 por ciento en 1980 a 0,5 por ciento en la actualidad. La marginalización de los países menos avanzados representa uno de los mayores retos que afronta el sistema multilateral de comercio, dijo el director de la OMC.
Sin embargo, las disposiciones aprobadas para acelerar el ingreso de los PMA todavía requieren una serie de medidas complementarias de aplicación.
Supachai prometió que informará sobre ese proceso de implementación durante la conferencia ministerial de la OMC, que se realizará en septiembre de 2003 en el centro turístico mexicano de Cancún.
Los atrasos en la aplicación de los aspectos de los acuerdos comerciales que benefician a los países en desarrollo se han constituido en uno de los principales motivos de discordia en la OMC, que separan a países del Sur de los industrializados.
El sistema multilateral todavía tiene pendiente la aplicación de numerosas disposiciones adoptadas durante la negociación de la Ronda Uruguay (1986-1994), que dio origen a la OMC.
Los países en desarrollo obtuvieron el compromiso del resto de los miembros de la OMC de resolver esas cuestiones en 2002. Sin embargo, el director general de la institución aceptó esta semana que no existen acuerdos para resolver esos asuntos aplazados.
En varios de los temas de aplicación que interesan a los países en desarrollo, el plazo para alcanzar un entendimiento se tendrá que extender por lo menos hasta junio de 2003, aunque los países en desarrollo se oponen a nuevas demoras.
Una suerte parecida ha corrido la cuestión del tratamiento especial y diferenciado que el sistema multilateral otorga a los países en desarrollo en reconocimiento de las profundas diferencias estructurales que los separan de las naciones industrializadas.
La negociación de las cláusulas necesarias para aplicar ese tratamiento ha sido también diferida. Los representantes de los países del Sur responsabilizan de esa mora a las naciones del Norte.
A esos obstáculos se suman las dificultades en las negociaciones sobre agricultura y servicios, al igual que las divergencias entre un grupo reducido de países industrializados, encabezados por Estados Unidos y Suiza, y todas las naciones en desarrollo respecto de la influencia del comercio sobre el acceso a la salud pública.
Supachai compartió la preocupación de las delegaciones de países en relación a la forma en que se encaminan las cosas.
El director general ha exhortado a los miembros de la OMC a incorporar un toque humano en las negociaciones, en especial cuando se trata de cuestiones vinculadas con el desarrollo. (FIN/IPS/pc/dm/if/02