Osvaldo Rosales, jefe de la exitosa negociación del tratado de libre comercio de Chile con Estados Unidos, anunció este viernes el inicio de tratativas con otros países y pronosticó un gran dinamismo en las conversaciones del ALCA en 2003 y 2004.
La copresidencia de Brasil y Estados Unidos del proceso de creación del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) debe ser positiva para la materialización de ese gran acuerdo hemisférico, señaló en rueda de prensa Rosales, director de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería chilena.
El funcionario añadió que la instalación el 1 de enero en Brasil del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, del izquierdista Partido de los Trabajadores, ha estado antecedida por señales de acercamiento con Estados Unidos, donde incluso se mencionó la posibilidad de un tratado bilateral de comercio.
Brasil y Estados Unidos comparten desde noviembre la presidencia del ALCA, cuyo proceso de negociación debe culminar en enero de 2005 para que el tratado entre en vigencia a fines de ese mismo año o a comienzos de 2006, una vez ratificado por las instancias legislativas de los 34 países involucrados.
El ALCA no es concebible sin Brasil, ni contra Brasil, subrayó Rosales, tras precisar que el actual gobierno brasileño de Fernando Henrique Cardoso no considera que el acuerdo comercial entre Chile y Estados Unidos haya establecido un precedente que marcará el carácter de la negociación hemisférica.
Los llamados grupos antiglobalización, opuestos al ALCA por entender que beneficiará unilateralmente a Estados Unidos, sostienen que Washington utilizó a Chile como un globo de ensayo para las futuras tratativas colectivas entre los países del continente, todos excepto Cuba.
Estados Unidos y Chile anunciaron el 11 de este mes en Washington el exitoso término de 23 meses de negociaciones para definir el tratado bilateral de libre comercio que debe entrar en vigencia a mediados del año próximo.
El gobierno chileno de Ricardo Lagos rubricó así un año de éxitos en la apertura comercial de este país, que incluyó el acuerdo en abril para la asociación con la Unión Europea (UE) y en octubre la firma de un tratado con Corea del Sur, el primero con una economía del área Asia-Pacífico.
Gabriela Riutort, directora de ProChile, organismo gubernamental de promoción de exportaciones, destacó que su país completó este año tratados de libre comercio con 21 economías.
En ese listado se incluyen los 15 países de la UE, los tres del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Canadá, Estados Unidos y México, así como los tratados con Costa Rica, El Salvador y Corea del Sur.
Chile mantiene desde la década del 90 acuerdos de complementación económica con las restantes economías de América Latina, en un espectro más amplio que el estrictamente comercial.
En ese marco se incluye el tratado de asociación de 1996 con el Mercado Común del Sur (Mercosur), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Rosales anunció que el 20 y 21 de enero se realizará en Santiago la primera ronda de negociaciones en busca de un tratado de libre comercio con Bolivia, único país sudamericano que no ha firmado hasta la fecha un acuerdo de intercambio con Chile.
La ofensiva comercial en 2003 prevé también la apertura de negociaciones con Nueva Zelanda en el curso del primer trimestre del año y con India en el primer semestre, lo cual ampliará la dimensión extrarregional de la apertura chilena.
En esa misma línea, para mediados de enero se programó una reunión en Santiago con representantes de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) que reúne a Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein, países que no son miembros de la UE.
Es probable que en junio del próximo año se firme el tratado comercial con la EFTA, especificó el funcionario chileno.
En cuanto al futuro de las relaciones comerciales con el Mercosur, Rosales indicó que ese bloque debe superar sus dificultades internas, derivadas de la crisis de Argentina y su impacto recesivo sobre Uruguay y Paraguay.
La propia negociación del Mercosur con la UE está paralizada, porque el arancel externo común del bloque está bastante perforado, ya que no opera para 40 por ciento de los bienes, puntualizó.
Según Rosales, en los procesos de negociaciones comerciales del gobierno de Lagos se ha trabajado en estrecha relación tanto con las asociaciones de empresarios, incluyendo a pequeñas y medianas empresas, como con los sindicatos.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la principal matriz sindical chilena, participó en más de 20 actividades vinculadas a la negociación con Estados Unidos e incluso acompañó el cierre de las tratativas en Washington, explicó.
La CUT se puede sentir con absoluta justeza como parte de este proceso, afirmó Rosales, al responder a críticas sobre la exclusión de organizaciones de la sociedad civil en las definiciones de los tratados de libre comercio. (FIN/IPS/ggr/dm/if/02