Comunidades colombianas de la septentrional sierra Nevada de Santa Marta pidieron este viernes al gobierno mayor protección ante los ataques de organizaciones armadas irregulares, que este año han asesinado a 30 indígenas.
El líder de la comunidad de los arhuacos, Jeremías Torres, advirtió que el gobierno habla insistentemente de que ejerce control sobre el territorio nacional y que los paramilitares (de derecha) han declarado una tregua, pero una cosa es lo que se dice en el papel y otra la realidad.
Torres informó que el domingo fueron asesinados cuatro jefes de la comunidad kankuama por presuntos paramilitares pertenecientes a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), tras ser sacados de sus viviendas en la localidad de Atanquez.
Ese mismo día, otros dos líderes arhuacos fueron muertos a manos de supuestos guerrilleros izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), indicó.
Entre los indígenas asesinados estaba el mamo (máximo guía espiritual) de los kankuamo, Abel Alvarado, cuya muerte fue lamentada este viernes por intelectuales de la septentrional ciudad de Barranquilla, con los que había mantenido contactos.
Margarita Galindo, escritora y ex directora del Museo de Antropología de la estatal Universidad del Atlántico, dijo a IPS que el asesinato del mamo Abelacho, como era llamado por sus amigos, es una pérdida irreparable para las comunidades indígenas de la sierra Nevada de Santa Marta.
Era de una gran sabiduría y espiritualidad y un incansable trabajador por el bienestar de su comunidad, apuntó Galindo.
La Defensoría del Pueblo había alertado el 22 de octubre a las autoridades civiles y de seguridad del riesgo que corren los indígenas a causa de la disputa territorial entre guerrilleros y paramilitares en la sierra Nevada de Santa Marta, que se extiende por los departamentos de Magdalena, La Guajira y César.
Asimismo, indígenas arhuacos habían denunciado el 13 de julio el asesinato de María Torres, una joven líder de la reserva yerewa, cometido por un grupo de hombres armados que la hicieron bajar del autobús en el que viajaba hacia la ciudad de Santa Marta para concurrir a clases en la escuela secundaria.
Portavoces de la Defensoría del Pueblo señalaron que este año han sido asesinados en Colombia 150 indígenas en medio de la disputa de guerrilleros y paramilitares por el control de varios territorios.
Paramilitares de las AUC e insurgentes asesinan desde hace 10 años a líderes indígenas y atentan contra su cultura para obligarlos a abandonar su tierra, aseguró a IPS un dirigente de la Organización Indígena de Colombia (ONIC), que pidió no ser identificado por razones de seguridad.
El territorio de la sierra Nevada de Santa Marta, de difícil acceso y en el que conviven 25.000 indígenas arhuaca, kogui, kankuama y arzaria, es rico en diversidad biológica y sus costas sobre el mar Caribe son propicias para el embarque de drogas y el ingreso de armas y productos de contrabando.
El cabildo (concejo) indígena confirmó este viernes el pedido que hicieron a los grupos armados irregulares el 15 de julio en un comunicado, para que no los incluyan en una guerra que no comparten.
No formamos parte de ese conflicto y estamos en un territorio en el que hemos vivido por miles de años, no hemos propiciado que los sectores armados hagan presencia en nuestra tierra y no nos cansaremos de pedir que nos excluyan de los enfrentamientos, señalaron las autoridades indígenas.
La sierra Nevada de Santa Marta, declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Patrimonio de Biosfera, es una de las áreas estratégicas más importantes de Colombia y centro de un conflicto en el que están atrapadas los indígenas y campesinos que la habitan.
La zona fue epicentro en los años 70 del cultivo y tráfico de marihuana y en la década del 90 florecieron las plantaciones de coca, tras la llegada de las FARC, del ELN y de los paramilitares.
La persecución que sufren los indígenas fue señalada también por el Consejo Regional Indígena del Cauca, en el sur de Colombia, y por la ONIC en otro comunicado emitido en julio, en el que afirmaron que no volvieron a tener paz desde que los comandos armados se instalaron en sus territorios.
El viceministro del Interior, Juan Vives, recomendó este viernes a los gobiernos de César, La Guajira y Magdalena montar un sistema de protección especial para los líderes indígenas y realizar mensualmente consejos de seguridad para evaluar la situación en las zonas habitadas por indígenas. (FIN/IPS/yf/dm/hd ip/02