Dos organizaciones de la sociedad civil estadounidense reclamaron a los gobiernos de Chile y Estados Unidos la divulgación del texto del acuerdo de libre comercio que alcanzaron esta semana.
Las organizaciones Earthjustice y Public Citizens, que procuran mayor participación del público en los procesos de apertura comercial, sostuvieron que ni los ciudadanos chilenos ni los estadounidenses tuvieron voz en la negociación del acuerdo, que, afirmaron, se resolvió a puertas cerradas.
Sin embargo, aseguraron, empresarios industriales y agrícolas y banqueros tuvieron pleno acceso al proceso de negociación y al texto definitivo del convenio, cuya firma está prevista para los próximos días.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, y la canciller de Chile, Soledad Alverar, anunciaron el miércoles el acuerdo, cuya ratificación a comienzos del año próximo en el Congreso legislativo de ambos países se da por descontada.
Las organizaciones llegaron a demandar el año pasado ante un tribunal estadounidense acceso a los documentos de la negociación. En la demanda, Earthjustice acusó a Zoellick de negarse a dar acceso al público de Estados Unidos de las negociaciones con Chile.
La organización actuó en su gestión judicial en nombre propio y en el de otras organizaciones, como el Centro para la Ley Ambiental Internacional, Amigos de la Tierra Internacional y Public Citizen.
El acuerdo entre Chile y Estados Unidos es otro convenio negociado a puertas cerradas por intereses particulares que parecen alérgicos a cualquier tipo de transparencia, dijo el director del Programa Internacional de Earthjustice, Martin Wagner.
Estos intereses particulares, y los burócratas que negociaron, pelearon con uñas y dientes contra las demandas de transparencia de los ciudadanos, agregó.
Las organizaciones afirmaron que el acuerdo de libre comercio representa otra serie de normas internacionales que favorecen a las corporaciones y socavan la capacidad de los legisladores nacionales y estaduales de Estados Unidos para proteger el ambiente y la salud pública.
Esta es una ley internacional creada por corporaciones para corporaciones, con el público marginado del proceso, dijo Wagner.
Mantener detalles del acuerdo fuera del escrutinio público fue un juego publicitario desvergonzado, dijo la directora de Global Trade Watch, entidad de contralor del comercio internacional de Public Citizen, Lori Wallach.
Luego de años de negociar en secreto, el representante comercial (Zoellick) anunció el acuerdo como un hecho, pero otra vez sin dar ningún detalle sobre el texto, afirmó Wallach.
Los consumidores, agricultores y obreros estadounidenses y chilenos aún están a oscuras, pero pueden estar seguros de que un mal proceso conduce a malos resultados, sostuvo la activista.
Washington confía en que el tratado facilite el acceso de la producción agrícola y las inversiones estadounidenses a Chile, un pequeño país aplaudido por las instituciones financieras internacionales por su liberalización económica.
El acuerdo establece que más de 85 por ciento del comercio bilateral de productos industriales y de consumo quedará libre de aranceles de inmediato, y que la mayor parte del resto se eliminarían en los siguientes cuatro años.
Entre las exportaciones clave de Estados Unidos que se beneficiarán figuran las agrícolas, los equipos de construcción, los automóviles y partes de vehículos, el equipamiento informático y médico y el papel.
Funcionarios de Estados Unidos afirman que sus exportaciones a Chile han corrido en desventaja, pues ese país ya tiene acuerdos de libre comercio con Canadá, México y la Unión Europea.
Los importadores chilenos de un tractor fabricado en Estados Unidos pagan un arancel de 13.090 dólares, que se reduce a cero para el mismo modelo fabricado en Canadá, agregaron.
Por su parte, Chile considera que el acuerdo le ayudará a atraer más inversiones, ampliar sus exportaciones a Estados Unidos y alentar el crecimiento económico.
Washington tiene sólo cuatro socios en acuerdos de libre comercio: Canadá y México, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Israel y Jordania. Pero el gobierno estableció el asunto como una prioridad.
Zoellick anunció en noviembre el fin de la etapa inicial de la negociación de un tratado con Singapur, y el gobierno de George W. Bush también planifica iniciar un proceso de diálogo con Marruecos, Australia, cinco países de América Central y los cinco de la Unión Aduanera de Africa Austral.
Washington también confía en que el acuerdo con Santiago, el primero de libre comercio con un país sudamericano, aliente las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) entre 34 naciones. (FIN/IPS/tra-eng/em/ml/if ip/02