BRASIL: Lula pone fin a tregua con Cardoso

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, atacó duramente al gobierno saliente de Fernando Henrique Cardoso en un encuentro este viernes con su futuro gabinete, poniendo fin al cordial proceso de transición.

Las críticas de Lula y de algunos de sus ministros designados a la gestión de Cardoso, en el poder desde 1995, establecen un escenario de tensión para el cambio de mando de este miércoles.

”La situación del país no es buena en casi ningún aspecto, salvo en la consolidación del cuadro democrático”, dijo Lula, basado en el informe de su equipo de transición, que recogió datos junto a las autoridades salientes durante las últimas siete semanas.

Lula afirmó que, considerando los datos obtenidos, el informe pudo ser ”más agresivo” contra la administración de Cardoso, y señaló que los ministros seguramente conocerán hechos más graves después de asumir sus cargos.

Tales hechos deberán ser divulgados, para evitar que el nuevo gobierno sea ”culpable de errores que otros cometieron”, sostuvo Lula en una declaración sorprendente, pues rompe el clima de cordialidad que caracterizó el proceso de transición desde las elecciones de octubre, calificado por él mismo como ”ejemplar”.

El coordinador del equipo de transición y ministro de Hacienda designado, Antonio Palocci, fue más concreto en sus críticas, destacando que la deuda pública interna se duplicó en los ocho años de gestión de Cardoso y que la inflación pasó de 1,8 por ciento en 1998 a 25,3 por ciento en 2002, según el índice utilizado por el mercado financiero.

Existió la ”ilusión” de que el mercado y el uso de capitales extranjeros, abundantes en la primera mitad de los años 90, conduciría al crecimiento económico y a la reducción de la desigualdad social, observó Palocci.

Pero ”la inestabilidad actual cuestiona los avances obtenidos con la estabilidad de la moneda y el relativo control de la inflación”, durante los últimos ocho años, acotó.

El gobierno saliente descuidó la planificación estratégica, lo que se reflejó claramente en la crisis energética del año pasado, recordó.

El fin de la ”luna de miel” entre Lula y Cardoso se anunció algunos días atrás, cuando el presidente electo dijo que heredaría una situación ”más grave que la prevista” y un presupuesto para 2003 que es ”el más apretado de los últimos diez años”.

Cardoso respondió que algunos meses en el ejercicio de la administración llevarán a los nuevos gobernantes a abandonar la ”retórica” electoral y adoptar ”actitudes más serias”.

En defensa del mandatario salieron dirigentes de su Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), que calificaron las acusaciones como intentos de manchar la biografía del principal líder partidario, y recordaron que algunos problemas no fueron resueltos por culpa del propio Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Es el caso de la seguridad social, que Palocci reconoció como principal fuente del déficit del presupuesto del Estado. Los partidarios de Cardoso acusan al PT de haber obstruido una reforma profunda del sistema previsional intentada por el gobierno hace algunos años.

Por implicar una enmienda constitucional, la reforma requería una mayoría especial en dos votaciones sucesivas en ambas cámaras legislativas, imposible de lograr ante la oposición sistemática de partidos como el PT.

Pero ahora, ante el inminente ejercicio del poder, el PT considera prioritaria esa reforma.

El ministro de Previsión Social designado, Ricardo Berzoini, diputado y ex dirigente sindical, anunció que promoverá la unificación de los sistemas previsionales, hoy divididos entre el sector privado y el estatal.

La principal causa del déficit fiscal de 20.000 millones de dólares son las jubilaciones de los funcionarios públicos, que se retiran con una remuneración igual a la que reciben sus colegas en actividad.

En cambio, los trabajadores del sector privado se retiran con una fuerte reducción de ingresos. Muy pocos alcanzan el tope máximo de casi 500 dólares, y la mayoría está cerca del mínimo, equivalente a 57 dólares mensuales.

Mediante la unificación de ambos sistemas y un techo a las remuneraciones, Berzoini espera reducir el déficit y la desigualdad entre jubilados estatales y privados.

La segura resistencia de millones de funcionarios públicos, que constituyen una fuerte base política del PT, podrá superarse explicando que el actual sistema es inviable a largo plazo, en opinión del futuro ministro.

Durante la reunión con 25 de sus 26 ministros designados y varios futuros secretarios con rango ministerial, Lula pidió ética en la elección de colaboradores, cohesión y la elaboración de un plan de trabajo y de metas precisas hasta fines de enero.

Además convocó a su futuro gabinete a un viaje a la semiárida región nordestina, la más pobre de Brasil, el 10 y 11 de enero, con el fin de interiorizarse de la realidad local. (FIN/IPS/mo/dcl/ip/02

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