BALCANES: Soldados de paz alientan tráfico de mujeres

Las repúblicas que integraron la antigua Yugoslavia se convirtieron en el principal centro de tráfico de mujeres de Europa, en especial debido a la proliferación de centros nocturnos visitados por integrantes de misiones internacionales de paz.

Unas 700.000 mujeres son víctimas todos los años de tráfico ilegal de personas a través de las fronteras europeas, informó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Javier Solana, en una conferencia sobre el crimen organizado en Europa sudoriental.

Más de 200.000 de estas mujeres pasan por Albania, Yugoslavia (integrada hoy por las repúblicas de Serbia y Montenegro) y las repúblicas separadas de esa federación en los años 90 (Bosnia- Herzegovina, Croacia, Eslovenia y Macedonia).

”La zona se convirtió en el principal centro de tráfico de mujeres jóvenes, cautivadas con falsas promesas de empleos con buen sueldo en Occidente”, afirmó la activista Mara Radovanic, representante de la organización no gubernamental Lara en la pequeña localidad bosnia de Bijeljina.

”Terminan como prostitutas y esclavas sexuales, vendidas como sacos de papas. Los precios van de 500 a 1.500 dólares, y algunas son vendidas por sus 'jefes' varias veces”, afirmó Radovanic.

La mayoría de las víctimas proceden de Moldavia, Rumania, Rusia y Ucrania, y después de ser explotadas en los Balcanes terminan como esclavas en otros países de la UE, informó el grupo de derechos humanos Human Rights Watch y la intergubernamental Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

”El tráfico de seres humanos es la actividad criminal trasnacional que crece más rápido y también es la más grande violación de derechos humanos en el mundo”, sostuvo la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La activista Ljiljana Raicevic, de la organización no gubernamental yugoslava Hogar Seguro para las Mujeres, dijo a IPS que el tráfico de personas no puede llevarse a cabo ”sin el conocimiento y la aprobación tácita de las autoridades policiales y judiciales”.

Raicevic participó meses atrás en una investigación que terminó con la detención de un alto funcionario judicial de la república de Montenegro por vínculos con el tráfico de mujeres.

La mayoría de las mujeres vendidas en los Balcanes terminan en centros nocturnos, como los 227 abiertos en Bosnia-Herzegovina desde la firma de los acuerdos de paz de Daytona en 1995, según Human Rights Watch.

En Bosnia-Herzegovina, con 3,5 millones de habitantes, se han desplegado más de 50.000 soldados de la misión internacional de paz. La mayoría de las mujeres llevadas a los centros nocturnos, de entre 13 y 33 años, terminan explotadas por proxenetas.

Las autoridades bosnias lanzaron en julio de 2001 una campaña contra la explotación sexual de las mujeres y lograron cerrar 124 clubes nocturnos.

La situación no es muy diferente en la provincia yugoslava de Kosovo, administrada por la ONU, y donde fueron desplegados unos 35.000 soldados de paz internacionales.

Más de 600 mujeres que trabajaban como prostitutas en Kosovo fueron llevadas de regreso a sus países de origen desde 1999, según el último informe de la OIM.

Estas mujeres, 13 por ciento de las cuales de entre 14 y 17 años, trabajaban en unos 266 clubes nocturnos en distintas localidades de esta provincia de 1,8 millones de habitantes.

La OIM informó que existen nueve prostíbulos promedio en cada una de las 30 municipalidades de Kosovo. La localidad de Urisevac, donde está radicada la mayor base militar estadounidense en los Balcanes, tiene 74.

El dueño de un prostíbulo con 10 mujeres puede llegar a ganar 100.000 dólares al mes, según la OIM.

”El principal problema en toda la zona es que no hay leyes claras contra el tráfico de seres humanos”, sostuvo Jelena Djordjevic, de la organización no gubernamental yugoslava Astra.

Las leyes sólo se refieren a la privación de libertad, un crimen que se castiga con tres años de prisión, aunque los jueces tienden a ser más flexibles.

”Yugoslavia se comprometió en el Pacto de Estabilidad para Europa Sudoriental, auspiciado por la UE, a luchar contra el crimen organizado”, dijo este mes la asistente federal del Ministerio del Interior yugoslavo, Brankica Grupkovic.

”Además de aumentar la cooperación policial para prevenir el tráfico de personas, debemos crear nuevas leyes que den ocho años de cárcel a los responsables de la trata de seres humanos. Quizás esto podría ser un buen comienzo para solucionar el problema”, agregó Grupkovic. (FIN/IPS/tra-eng/vz/s/rp/mj/hd/02

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